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a b-girl 'Raw Law' realiza un truco 'freeze airchair' sobre el suelo. PEPE MARÍN

«El breakdance va a sorprender en París 2024»

Juegos Olímpicos ·

La granadina Law, campeona nacional en 2019, acogió «con mucha ilusión» el reconocimiento de su pasión como disciplina olímpica

Lunes, 1 de marzo 2021, 23:44

Suena música rap en toda la instalación y los pies de los 'b-boys y b-girls' toman vida propia. Los primeros pasos son burlones, retadores, atrevidos. Desbordan confianza en lo que van a ejecutar, aunque siempre exista una improvisación necesaria. Tarde o temprano las manos se posan sobre el suelo y empieza la magia, un truco tras otro, una secuencia de piruetas imposibles a velocidad de vértigo. Es el breakdance: un baile urbano perteneciente a la cultura callejera del 'hip hop' no exento de competición que el Comité Olímpico Internacional ha incluido en el programa para los Juegos de París 2024.

Laura García Arroyave lleva la mitad de su vida bailando breakdance, a sus 26 años, y jamás había pensado que su pasión podría llevarle un día hasta unos Juegos Olímpicos. «Todavía estoy sorprendida. Yo, y todos. Ha sido una ilusión muy grande, no ha sido indiferente para nadie», reconoce. Esta hija de Ogíjares se proclamó campeona de España en el 'Red Bull BC One' de 2019, lo que le llevó a competir contra 'breakers' de todo el mundo en Bombay. Incluso entonces, la posibilidad de participar en unos Juegos Olímpicos le parecía tan remota como la de que se desatara una pandemia. Ambas, sin embargo, son hoy una realidad.

«Creía que 2020 iba a ser mi año, con muchos compromisos y campeonatos a nivel nacional e internacional, pero con el coronavirus he tenido que dedicar estos meses al entrenamiento y a reflexionar sobre mis nuevos retos para 2021. Me obligó a detenerme a pensar en lo que quería hacer, y me he propuesto estar en los Juegos Olímpicos de París en 2024», asegura 'Law', su nombre artístico por 'Raw Law', que le viene por su estilo «crudo, duro y muy directo». «Estar tanto tiempo en casa y tener una sala acondicionada me ha permitido entrenar aspectos para los que antes no tenía tiempo con tantos viajes. Yo me centraba mucho en mi 'footwork' –el trabajo de pies y manos sobre el suelo– y me ha venido bien para saber más de mi cuerpo y aprender nuevos trucos. Lo he aprovechado. Ahora soy mejor 'breaker' que hace un año, estoy a otro nivel», remarca la granadina, tratando de centrarse en «lo positivo» que le ha dejado la pandemia.

Un 'b-boy' apoya todo el peso de su cuerpo sobre el codo en el espacio 'The Movement'. PEPE MARÍN

Para Law, como para todos, fue «un choque» ver cómo todo se desmoronaba al paso del virus. «Se terminaron haciendo competiciones on line, algo inédito hasta ahora, pero no me llamó mucho la atención y no participé, porque al final dependías demasiado de la conexión a Internet que tuvieses, por ejemplo. Me conciencié para entrenar para mí misma sin un objetivo firme y ya de cara a 'competis' de verdad en 2021. Me ha servido para evolucionar», comparte. «Tengo muchas esperanzas puestas en 2021, en que haya competiciones de verdad y pueda cumplir mis objetivos, empezando por el Campeonato de España el próximo 20 de marzo», sostiene.

Ella se ve con «muchas opciones» de estar en París 2024, aunque aún tiene por delante una larga carrera de tres años y medio y muchas incertidumbres por resolver respecto a los criterios de clasificación, que de momento apuntan a 16 'b-boys' y 16 'b-girls' de todo el mundo. «Ojalá que España tenga representación porque por nivel estamos en el top-10 mundial», apunta. «Yo me veo fuerte y creo que puedo optar a estar entre los atletas que vayan a esos Juegos Olímpicos, aunque hay que trabajar duro y prepararse física y mentalmente. No deja de ser un sacrificio, pero a los que queremos ir ya nos ha cambiado el chip de entrenamiento. Tenemos que sentirnos atletas y vivir como ellos», subraya.

Su gran aval, por ahora, es su conquista nacional en 2019. «Fue una experiencia brutal. Representar a España tan lejos, en Bombay, fue un subidón muy grande. Allí me fallaron los nervios por la presión y porque había mucho nivel, pero estaba preparada», cuenta Law, que ahora incrementará su rutina de entrenamiento a las tres horas al día de baile, más un apartado físico propio que afronta desde su preparación como monitora fitness y quiromasajista, que es de lo que come, aunque espera que la inclusión del breakdance como deporte olímpico le abra las puertas de algún patrocinio, además de la consideración como atleta de alto rendimiento si ganase el próximo Campeonato de España.

Contorsionismo en pleno 'freeze rocksteady'. PEPE MARÍN

No obstante, y más allá de su ilusión personal, Law se alegra por todos los 'b-boys' y 'b-girls' del mundo. «Nunca nos habíamos propuesto que pudiéramos asistir a unos Juegos Olímpicos, pero es una manera de acercar a las nuevas generaciones un deporte y una danza que puede llevarles a hacer cosas que ni sabían que podían hacer. Va a ser muy bueno para todos. De la calle a los Juegos Olímpicos es un paso muy grande. Va a haber un 'boom'», expresa convencida. «Es una oportunidad muy grande, tanto para los que bailan como para los que ya no lo hacen pero pueden enseñar a otras generaciones todo lo que aprendieron», reseña.

Debate

Law no es ajena al debate que suscitó la inclusión en el programa olímpicos de disciplinas como el breakdance y la exclusión, entre otras, del kárate. «Nosotros no tenemos la culpa, no menospreciamos a ningún deporte. Todos merecemos estar en los Juegos Olímpicos», se encoge. «El 'breaking' va a sorprender en París porque no es solo lo que se ve, sino lo que hay detrás: muchas horas de entrenamiento, muchos campeonatos y mucho sacrificio de muchas personas que dejan sus trabajos solo por bailar. Esto se tiene que valorar, porque además no tenemos ningún apoyo institucional detrás», sostiene.

La de Ogíjares espera estar 'ready' para 2024, pero puede que no sea la única. «En Granada hay mucho nivel, fue una ciudad pionera a nivel andaluz y tiene mucha historia. Quizás 2024 sea el año en el que los granadinos demos un salto», apunta. La de 'Raw Law' es una de las caras de una potente escena local que, dentro de la cultura 'hip hop', procura «pasarlo bien desde la unidad, la paz y el amor». «El 'breaking' me ha permitido experimentar en mi propio cuerpo cosas que nunca en mi vida habría imaginado y entablar amistad con personas de todo el planeta. Es un camino que puede ayudar a mucha gente también como refugio», valora. La música sigue y su cuerpo no se detiene. Ahora, además, tiene un sueño olímpico.

Un grupo de 'b-boys' posa para la cámara en formación. PEPE MARÍN

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