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Joaquín Galera posa con el maillot del Kas junto a la patrona de los ciclistas, la Virgen de Dorleta, en su querida Armilla. RAMÓN L. PÉREZ
Ciclismo | Joaquín Galera: El águila de Armilla vuela alto

El águila de Armilla vuela alto

Ciclismo ·

Joaquín Galera es símbolo del mundo del pedal granadino, corredor de fama en los 60 y 70, director y organizador de pruebas y escalador que marca el camino a las futuras generaciones

Miércoles, 3 de marzo 2021, 00:26

La cuna del ciclismo granadino la ubican en Armilla. Es la sede por excelencia del deporte del pedal en la provincia, aunque otras localidades también hayan dado enormes corredores, caso de La Zubia por ejemplo. Allí se vive el ciclismo como en ningún sitio. De hecho existen muchos recuerdos, menciones, placas y símbolos, historia que el Ayuntamiento de Armilla ha querido conservar como patrimonio singular. La patrona de los ciclistas se trasladó desde el Suspiro del Moro a una plaza armillense próxima a la casa de Joaquín Galera, espejo en el que las generaciones de corredores posteriores y venideras se miran. La Virgen de Dorleta y otras inscripciones, como la que hay en memoria de su malogrado hermano Manuel, fallecido tras sufrir un accidente durante la Vuelta a Andalucía, adornan la plaza donde se celebra el Día del Ciclismo, tradición anual que la pandemia impidió cumplir en 2020 como mandan los cánones. Joaquín estuvo confinado por la dichosa covid. Desde que se jubiló prefiere pasar largas temporadas en Almuñécar «porque hace mejor tiempo para montar en bicicleta». «En Armilla también la cojo, unas dos veces por semana, pero me gusta ir por la carretera antigua de la costa, hacia Nerja o Carchuna, ya apenas hay circulación desde que existe la autovía y no te encuentras camiones; voy por el arcén y sin peligro», afirma, feliz de poder salir de nuevo hacia la Costa Tropical.

Galera disfruta de las 'bicis' y ha visto evolucionar materiales y reglamentos desde que empezara allá por 1961. «Antonio Jiménez Quiles me saca unos seis años. Me ayudó mucho, yo era un chaval, ja, ja, ahí empecé, en el Kas». Una de las divertidas anécdotas de su extensa trayectoria como leyenda ciclista estuvo «en el servicio militar». «Me tocó en Pamplona, allí lo pasé muy bien. Me presenté con la 'bici' a cuestas y me miraron raro. Yo la llevaba todos los días, en vez de un fusil, ja, ja. Coincidí en la 'mili' con Serena, el futbolista del Osasuna que acabó en el Real Madrid», resalta. «El teniente coronel López Vinuesa siempre me daba permiso para correr», abunda Galera. «Cuando me puse de líder en la Vuelta al País Vasco tras ganarle a Anquetil, Poulidor y Julio Jiménez quise llevarle el ramo de flores a su esposa, pero se adelantaron y vinieron ellos al hotel», recuerda. El 'Maitre Jacques', Pou Pou, el eterno segundón, y 'El relojero de Ávila' fueron sus adversarios.

Joaquín es un libro abierto sobre detalles históricos del ciclismo español e internacional. Y goza de una publicación titulada: 'Joaquín Galera, el escalador de Armilla', escrita por Juan Osés. Ahí agradece a López Vinuesa el haberle permitido abandonar el acuartelamiento de El Carrascal siempre que una competición lo esperaba. También menciona a Manuel –su hermano–, que «estaba llegando lejos»; a Antonio Jiménez Quiles –el corredor que más le ayudó, en sus palabras– y a Antonio Rodríguez, expresidente de la Federación Andaluza, que también le echó una mano.

Galera posee datos deportivos para varios libros, pero en ese falta la etapa Cádiz-Ronda que ganó en la Vuelta a España, puntualiza. Al César lo que es del César, no le quitaré yo tal mención honorífica al 'Águila de Armilla', que merece un homenaje en vida, ya, sin demora. Si Joaquín se parece a algún corredor, al que más, es a Federico Martín Bahamontes, antes 'el Lechuga' que el 'Águila de Toledo', otro escalador de ensueño. Fantasía hasta la cima.

Agarrado al manillar, todavía hoy el histórico escalador entrena dos veces por semana, un ejemplo de pundonor. RAMÓN L. PÉREZ

Joaquín Galera Magdaleno (Baúl, Granada, 25 de marzo de 1940) posee un palmarés de vértigo. Habitual en la Vuelta, el Tour y el Giro, su mejor puesto en la ronda nacional fue octavo en 1970. «Mi norma era siempre ir por delante», asegira. Sus mejores recuerdos están en la etapa de Granada a Motril que ganó en la Vuelta a Andalucía. Menciona la Vuelta a Suiza o la Dauphiné Liberé, pruebas en las que se midió al 'Caníbal' Eddy Merckx, las subidas a Urkiola y Arrate, el título en el Campeonato de España de montaña, la Vuelta Eibarresa... «En esa hubo una edición preciosa, con crono por equipos de más de 80 kilómetros, hicimos podio Carlos Echeberría, Julio Jiménez y yo», rescata.

La flor y nata

Se pueden pasar horas de charla ciclista y detenernos en episodios épicos con Joaquín, nostalgia sobre aquellos memoriales de Armilla dedicados a su hermano, en los que reunía a la flor y nata del momento ciclista español. Se refiere sin preguntarle al accidente de Manuel, aunque lo haya contado mil veces. «Los dos esprintábamos para puntuar en la montaña y ganar el premio y a veces saltaba la corona de los piñones; eso es lo que le pasó a mi hermano, no iba bien regulado el cambio. Manuel marchaba a mi rueda y yo a la de Antonio Gómez del Moral en la subida de Cabra de la Vuelta a Andalucía...», relata el trágico suceso en el mojón egabrense.

Joaquín ve razonable que ahora «no permitan lanzar bidones» o impedir «pedaleo en las bajadas en extrañas posturas, sentado en la barra o el cuadro». Ha modificado sus bicicletas «con diez piñones porque antes eran de cinco y once coronas». «Yo subía al 53 y quitaba el plato pequeño, como hacía Bahamontes, con mayor agilidad y más suelto, blando, con dos dientes, entonces pesaba solo 62 kilos, estaba en forma...», comparte. También ha observado progresos en «los tubulares, cubiertas a la cámara de las ruedas para evitar pinchazos». «Las mías llevan 24 radios, no 36, ahora son de 28/32; los pedales también mejoraron... y las bicicletas son ya muy ligeras, de titanio, entonces eran de acero...», señala. Pulmones de hierro macizo en el curtido escalador, los que impulsan al águila de Baúl que anida en Armilla y sobrevuela la Costa Tropical.

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