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El médico granadino Jesús Olmo posa agarrado a su iPad en una pista de la Real Sociedad de Tenis de Granada, de la que es socio. PEPE MARÍN
Entrevista | Jesús Olmo: «Hice cambios drásticos en el Real Madrid, pero ganamos tres Champions»

«Hice cambios drásticos en el Real Madrid, pero ganamos tres Champions»

Entrevista ·

El doctor granadino Jesús Olmo fue el jefe de los servicios médicos del club blanco entre 2013 y 2017, hasta que su influencia chocó con la de Zinedine Zidane

Lunes, 8 de junio 2020, 01:26

El granadino Jesús Olmo es un médico absolutamente convencido de que sus ideas son las correctas. Los resultados de sus proyectos se lo han demostrado. Se aferra a ellas con la firmeza con la que agarra un iPad inseparable. Doctor en medicina física y rehabilitación, cofundador del revolucionario Football Science Institute (FSI), instauró un modelo de alto rendimiento en la tradicionalísima estructura del Real Madrid como jefe de sus servicios médicos entre 2013 y 2017 ganando tres Champions League en ese periodo tras una década sin ganarla. Un periplo triunfal, inacabado en la faceta que a él le ocupaba, por diferencias con el cuerpo técnico que dirigía Zinedine Zidane.

-Se formó en la Universidad de Granada. ¿En qué momento se imaginó que acabaría tratando a los mejores futbolistas del mundo?

-Fue algo gradual. Me fui a Madrid para terminar de formarme en el CSD y me fichó el Hospital Quirón. Veía a muchos deportistas, no solamente de fútbol, y el Real Madrid empezó a mandarme jugadores con lesiones serias. La primera que llevé fue la hernia discal lumbar de Gonzalo Higuaín, a quien le llevé la rehabilitación. Volvió a competir en solo ochenta días; no conozco ningún caso similar. A partir de ahí empecé a colaborar en consultorías puntuales y esporádicas durante bastantes años hasta que ya en 2013 me llamaron para ofrecerme la jefatura de sus servicios médicos. Hay que demostrar mucho antes de que te llamen para un cargo de esa magnitud.

-¿Cuál entiende que debe ser la labor fundamental de un cuerpo médico en un club de fútbol del máximo nivel?

-Tradicionalmente el servicio médico de un club de fútbol ha tenido una labor muy marginal, muy limitada al cuidado de los futbolistas una vez se lesionan. Estos clubes tienen un departamento reducido y de perfil bajo, bajo un prisma asistencial sin incidir en el rendimiento. Yo no lo entiendo así. Para mí, los servicios médicos deben estar integrados en algo mucho más importante, que es la salud y el rendimiento físico y fisiológico del jugador. En un modelo de alto rendimiento, es esencial que el deportista esté rodeado de toda la ciencia y tecnología que es hoy día capaz de conseguir que esté en plenas condiciones de rendimiento físicas y fisiológico y libre de lesiones, crónicas sobre todo. Y si se lesiona, que se recupere bien.

-¿Cuáles fueron los principales cambios que acometió?

-El Real Madrid tenía un modelo muy tradicionalista e hice cambios muy profundos y revolucionarios. Drásticos. Se llevaron a cabo con mucha dificultad; todo el mundo sabe que fui muy polémico. El servicio médico tenía unas competencias muy reducidas; llegué y vi una plantilla con una calidad técnico-táctica impresionante, de altísimo nivel, como la sigue teniendo, pero me pareció sin embargo que los jugadores no estaban ni mucho menos cerca de su mejor rendimiento. Estaba convencido que si mejorábamos el rendimiento físico y fisiológico de sus jugadores volveríamos a ganar. Cambié el vestuario para poner una sala de fisioterapia mucho más grande, una nueva zona de agua y recuperación y otra de trabajo biomecánico de compensación y contraté a muchos más profesionales, ampliando mi equipo a catorce personas con un fisioterapeuta para cada tres jugadores. Cambié a los nutricionistas. Asesorábamos los entrenamientos individuales de los jugadores con un plan para cada uno intentando en la medida de las posibilidades mejorar aquellos aspectos que creíamos que los podían hacer mejores jugadores. En mi etapa, el equipo médico y de rendimiento trabajó cuatro horas al día con los jugadores sanos y muchas más con los lesionados; el triple que antes.

-Tuvo resultados.

-En cuatro temporadas ganamos tres Champions. 2017, cuando más pudimos hacer porque trabajamos mejor, fue el mejor año de la historia del club. No solamente por los resultados, que fueron extraordinarios, porque el rendimiento de la plantilla completa fue fantástico, con el equipo B de Lucas Vázquez, Marco Asensio, Álvaro Morata o James Rodríguez, que rindieron al mismo nivel de los titulares. Los últimos tres meses fueron tremendos. El equipo incrementó su rendimiento al final de la temporada, algo que no es normal en los equipos de fútbol. Si tenía pocas dudas del modelo, ahí quedaron disipadas. Inculcamos hábitos en los jugadores y eso tuvo su inercia con otra Champions.

Jesús Olmo posa junto a los títulos conseguidos en 2017. REAL MADRID

-¿Qué le probó esta experiencia?

-Que un club no puede confiar plenamente en que el jugador sea responsable por sí mismo como en el modelo tradicional, y si no lo es se vende y se trae otro. Hay que mejorar al jugador con una estructura diferente a la del entrenador porque él no puede hacerlo así: su formación es técnico-táctica y muy corta. Para hacer esto se requiere mucho conocimiento científico. Además, el entrenador no debe individualizar, porque actúa como un padre para todos y no puede dar más a unos que a otros; no puede dedicar una hora a entrenar a un jugador determinado y no a su competencia. Aunque sean compañeros, y a todos les interesa que el equipo gane, todos son sus propias multinacionales. Ahí hay muchos intereses y compiten entre ellos para jugar el domingo con una estructura económica brutal montada tras ellos que depende de que jueguen; de ahí que no pueda hacer sino un entrenamiento grupal para todos.

-¿Qué jugadores le sorprendieron más en su trayectoria allí?

-Todos son técnicamente superdotados y te impresionan, pero los niveles de rendimiento físico de los futbolistas está muy lejos del de otros deportistas de otras disciplinas olímpicas aunque actualmente aunque hay algunos que empiezan a acercarse, como los casos de Sergio Ramos, Lucas Vázquez o Cristiano Ronaldo. Keylor tenía una rapidez de movimientos tremenda, Carvajal tiene unas condiciones físicas espectaculares… pero quizás el mejor atleta que vi es Gareth Bale. Es un atleta natural capaz de ser bueno en cualquier deporte prácticamente. Tiene una genética y unas capacidades atléticas fuera de lo común, y diría que también técnicas. Es el que más me ha impresionado en todos los aspectos, aunque luego está el rendimiento que pueda sacarse por diferentes circunstancias.

-¿Cuál era entonces su problema?

-No puedo contar intimidades, ni quiero, pero todos los deportistas tienen sus hándicaps. La gente sólo ve que el deportista se lesiona, pero hay futbolistas que cuando están jugando tienen problemas. Un buen servicio médico procura que tengas los mínimos problemas físicos crónicos posibles y la única manera de superarlos es trabajando mucho y muy bien, de forma orientada. Eso requiere un esfuerzo y un trabajo que depende mucho del deportista. Nada resta más rendimiento a un deportista de alto nivel que un dolor crónico; resolverle un pequeño problema en un tendón es lo mejor que puedes hacer por un futbolista.

GRANADA CF / PEPE VILLOSLADA

«Vallejo, como todos los futbolistas, necesita un trabajo individualizado»

-Como granadino que es imagino que seguirás las evoluciones del Granada CF. ¿Tiene contacto con su actual cuerpo médico?

-No, no, la verdad es que no conozco a nadie en su cuerpo médico. Tengo buena relación con algunos jugadores como Jesús Vallejo, que es un buen amigo al que he ayudado en bastantes ocasiones, y alguno más al que asesoro de vez en cuando. Admiro mucho lo que está haciendo el Granada, sin conocerlo me da la impresión que está haciendo un gran trabajo. Por los resultados, por cómo veo a los jugadores, creo que están haciendo las cosas muy bien.

-En la actual plantilla rojiblanca tiene un jugador que trató mucho en su periodo en el Real Madrid. Se trata de Jesús Vallejo, un jugador que tuvo muy mala suerte. ¿Cómo es su caso?

-Es un deportista que como todos necesita un trabajo individualizado para estar bien, y eso fue lo que trabajé con él, sobre todo cuando estaba en el Eintracht. Vino a Madrid a recuperarse conmigo de varios problemas que tuvo allí e iniciamos un trabajo de cuidado propio. Trabajamos mucho. Espero lo mejor de él porque es muy trabajador y muy honesto, con unas cualidades físicas buenas. Es muy rápido y tiene mucho oficio dentro de su posición. Le tengo un cariño especial y espero que le vaya muy bien aquí. En Granada es imposible no ser feliz.

-Últimamente parece recuperado y feliz en Granada. Todavía pertenece al Real Madrid. ¿Cree que para sus problemas le vendría bien tener continuidad aquí con otra cesión?

-Un jugador que compite habitualmente debe cuantificar sus cargas y tener recuperaciones optimizadas. Con uno que compite con menor regularidad hay que asegurar que recibe esas cargas, porque si no se condiciona. Debe entrenar fuerte por su cuenta, dentro de un planning. Jesús ya sabe bastante sobre esto, ha aprendido y se cuida bien. Creo que le va a ir bien, aunque el Granada tiene muy buenos centrales y muy en forma. Es bueno tener competencia.

-En esa optimitización del rendimiento, hay una parte psicológica a la que no se llega.

-O sí, porque cada vez sabemos más de su influencia en el rendimiento. El 80% del rendimiento de un jugador viene de la cabeza. Eso es así. Nosotros nos dedicamos mucho al cuerpo, pero ahí se puede trabajar y cada vez sabemos más. Hay una relación clarísima con las lesiones. Un jugador con preocupaciones tiene una mayor incidencia de lesiones. Está demostrado. ¿Por qué se lesiona un jugador a los tres minutos de un partido? Por la presión psicológica. Pero también se puede trabajar, es ciencia. El entrenamiento mental, que tiene un componente visual y neuromotor, es un área que me dejé sin desarrollar en el Real Madrid aunque lo tenía previsto. Me fijo mucho en el trabajo pionero de los All Blacks. El rugby es el deporte a la vanguardia del entrenamiento mental.

-¿Escuchan lo suficiente los futbolistas de ese nivel a los servicios médicos? ¿Es difícil ganarse su confianza?

-Para que cualquier paciente te haga caso, no solamente un futbolista, tiene que confiar en ti. Eso requiere un tiempo, porque no te conocen. Eso cuesta trabajo, y más en un club de fútbol porque los jugadores tienen una formación académica muy reducida. Muchas veces no saben distinguir a una persona que sabe de una persona que parece que sabe y ejerce pseudociencia; he visto disparates absolutos. Cuesta trabajo ganarse la confianza de un futbolista, acaso una oportunidad. A mí me costó porque venía de otro deporte, no me conocían y era muy trasgresor en mis métodos.

-Como entrenador coincidió con Carlo Ancelotti, Rafa Benítez y Zinedine Zidane.

-Fueron buenas experiencias, aunque sí es cierto que mi equipo fue adquiriendo un rol muchísimo más grande del común, pasando mucho más tiempo con los jugadores, y eso puede generar desconfianzas. Los entrenadores suelen preferir un modelo tradicional en el que controlan todo. En mi modelo, yo estaba al mismo nivel del entrenador y dirigía mi área. Yo defendí ese modelo, lo creé, y cuando se detuvo me fui. Lo respeto porque sé que me metí mucho en el aspecto físico de los jugadores. Todo lo que se me critica es verdad, pero es que ganamos tres Champions.

-Se cuenta que le apodaron 'el doctor estiramientos'.

-Sí, pero eso no venía de la plantilla sino de la gente de la que prescindí. Aunque sí, es verdad que yo me metía en lo que tenían que estirar los jugadores, pero también en lo que tenían que fortalecer y entrenar. Se me criticaba que un médico influyera tantísimo en el trabajo diario de los jugadores, pero es que mi especialidad es el alto rendimiento deportivo. Con todo el respeto, para ocuparme de jugadores lesionados y llevarlos a que los operen, pueden optar por un médico menos polémico y trasgresor que yo. Si el club creyó que eran demasiadas competencias, yo lo entiendo porque los entrenadores están muy bien pagados, son muy famosos y yo soy un mero médico. Pero creo que cada vez hay más equipos que optan por un modelo de alto rendimiento y terminará imponiéndose, porque es un modelo superior. El Leicester que ganó la Premier fue un ejemplo magnífico: Ranieri tenía un segundo y todo lo demás era una estructura de alto rendimiento de ocho personas. Pese a tener un presupuesto inferior, tenía una optimización del rendimiento deportivo superior.

-Vivió tres Champions pero también muchas etapas difíciles en el club. ¿Con qué se queda?

-Una de las emociones más intensas de mi vida fue el gol de Sergio Ramos en Lisboa. Pasas de estar hundido, viendo que se te escapa una Champions, a la mayor euforia posible. Estaba con todos los jugadores que no se habían vestido en la grada y teníamos unas caras de depresión máxima. Fue una sensación absolutamente desbordada, con Xabi Alonso saltando la mampara. Todos locos perdidos. Ese fue el cambio drástico en el Real Madrid, de estar abajo a estar arriba. Fue memorable.

-Hubo quien dijo que su salida fue una guerra…

-No guardo rencor a nadie, de verdad. Yo estas cosas las entiendo, hablamos del alto nivel y hay unos intereses socioeconómicos brutales. Yo soy un mero médico y cuando se me dijo que trabajara, trabajé. Cuando me dijeron que no podía seguir trabajando como lo estaba haciendo, me fui. Y encantado. No soy tan importante como para creer que el Real Madrid deba dedicar cinco minutos a pensar en mí. El club es mucho más grande.

-¿Es tan obsesivo como dicen con su preparación Cristiano Ronaldo?

-Sí. Debe serlo cualquier deportista, y Cristiano Ronaldo es uno muy bueno. Mi relación con él es muy buena y le admiro mucho como deportista, es un gran trabajador, estricto con todo el mundo pero con él primero. Todas las primeras figuras mundiales tienen una personalidad especial, no sólo en fútbol, y es normal porque son los mejores del mundo, pero lo más importante es que no pierdan el respeto por los demás y Cristiano tiene un respeto extraordinario por los profesionales que trabajan con él. Lo aprecio muchísimo.

-Creo que también tiene una relación especial con Sergio Ramos.

-Con Sergio es especial porque tuvimos un enfrentamiento muy grande. Es una persona que, como yo, dice las cosas a la cara. Hice cosas que él no consideró adecuadas, aunque se las expliqué, y cada uno defendió su posición con el máximo respeto. Aun así, no me pongo a sus órdenes; mi criterio debe ser el mío. Tuvimos diferencias, pero a partir de ahí nuestra relación profesional fue muy buena. Nos respetamos mucho y siempre confió en mi criterio con sus lesiones e hizo lo que yo le fui diciendo. Sigo teniendo muy buena relación con él y trabaja con profesionales muy afines a mí. Cuando le tengo que echar una mano, se la echo.

Jesús Olmo muestra sus manos, las que tantos futbolistas han tratado, ante la cámara. PEPE MARÍN

-La excepcional situación que se avecina, con once jornadas comprimidas en seis semanas, supondrá una prueba de fuego.

-No sé si los equipos están preparados, pero sí que con la ciencia en la mano se puede planificar perfectamente, y más con cinco cambios. Con un buen conocimiento científico, un equipo puede rendir al máximo durante esta congestión de partidos, gestionándolo con rotación de plantilla y preparación complementaria del jugador. Es perfectamente posible superar estos partidos con rendimiento alto, pero también habrá rendimiento bajo y lesiones. Va a ser interesante saber qué equipos hacen los deberes. Yo sostengo que es perfectamente posible mantener el rendimiento y que no haya lesiones, aunque no es fácil. Para muchos equipos será un desafío gestionarlo.

-Si esta situación le hubiese cogido en un equipo, ¿qué habría propuesto para su equipo?

-Habría sido muy interesante, habría disfrutado (sonríe). Se deben optimizar las cargas y las recuperaciones. Habría hecho un plan, como lo hice para preparar las finales de la Champions con el Real Madrid cuando en las dos semanas previas no hay partidos. Cambia toda la sistemática. Ahí hay que ser muy cuidadoso porque te puedes pasar o te puedes quedar corto. Se debe calcular el entrenamiento de los suplentes, es algo básico que supone un defecto del modelo tradicional, en el que todo el equipo va al ritmo de los titulares y los suplentes no entrenan el día de antes al partido, no juegan y al siguiente descansan, y de nuevo el miércoles. De siete días a la semana no se entrenan ni cuatro. Pierden rendimiento y cuando salen no rinden. En mi modelo los suplentes trabajan si no juegan, reciben cargas de estímulo y se optimiza su recuperación. Es algo básico. El futbolista debe estar preparado individualmente. Habría sido un desafío bonito.

-¿Cómo reorientó su carrera tras dejar el Real Madrid?

-Quería volver a Granada por motivos personales después de desarrollar mi carrera profesional durante muchos años en Madrid. Tengo una familia, una niña pequeña, y buscaba una calidad de vida que Granada ofrece, con mis allegados. Cofundé el Football Science Institute con Bernardo Requena viendo tras nuestra experiencia profesional que había necesidad de que los profesionales del fútbol se formasen en estos aspectos de cara a lo que entendemos que será el fútbol moderno, pero no había ningún lugar para hacerlo. Fuimos llamando colegas para que se uniesen a la causa y cada vez somos más, ya más de cien. Tenemos un 'dream team'. Tenemos tres cursos internacionales del máximo nivel funcionando de forma 'online'. Queremos ofrecer nuestro conocimiento a todo el mundo.

-¿Con qué otros deportistas trabaja a día de hoy?

-Si te digo la verdad, la mayoría son futbolistas, al menos a un nivel más continuado. De forma puntual y por lesiones, de muchos otros deportes. Del rugby, por supuesto. También de pádel, atletismo… No quiero dar nombres porque nunca me ha gustado hacerme publicidad con los deportistas. No me verás en fotos ni redes sociales. No me parece que yo tenga derecho a aprovecharme de la imagen que un deportista se ha ganado con mucho sacrificio. Yo sólo soy médico. No me parece ético promocionarme de esa manera.

-Sí ha diseñado la nueva preparación de Roberto Carballés.

-El tenis es un deporte que me encanta, que practico y que voy conociendo cada vez más en sus aspectos de rendimiento. Para mí Roberto tiene un potencial tremendo, estoy ilusionado con este proyecto. Es un excelente deportista, un gran trabajador. Tiene un margen de mejora muy importante y supone un desafío. Estaría muy satisfecho de poder ayudarle a dar un empujón importante en el ránking. Ese es nuestro objetivo y le estoy poniendo mucho interés. He hecho una revisión general de todo con él, solucionando algunos problemillas de lesiones crónicas que tenía, entre otros muchos factores para que entrene muy fuerte y compita en las mejores condiciones. Veremos qué tal funciona. Lo importante es que esté contento, ya se nota mejor.

-¿Le gustaría volver a un club de fútbol profesional en el futuro?

-Lo veo muy difícil porque no cambiaría mi calidad de vida, salvo por un proyecto muy ambicioso que tuviese como objetivo ganar y que me dejase trabajar. No como médico, que no me interesa ya, sino bajo un puesto motivante por el que pudiese sacrificar mi fantástica vida en Granada. Como jefe de alto rendimiento. en un equipo de alto nivel que quisiera ganar con objetivos claros. En ese caso podría ser, pero es difícil. Tiene que ser muy atractivo.

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