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Si Ramón Ortiz tuviera que visitar un paisaje una y otra vez, sería uno cercano a las Chorreras del Molinillo. R. O.
Montañismo | Ramón Ortiz, enciclopedia de las sendas granadinas

Ramón Ortiz, enciclopedia de las sendas granadinas

Montañero veterano ·

A sus 74 años, registra en su blog cada una de las salidas que hace en alta montaña. Escribe una guía que se ha convertido en material de cabecera para miles de senderistas

César Guisado

GRANADA

Lunes, 3 de agosto 2020, 00:05

Cuando Ramón Ortiz comenzó a registrar en un blog sus salidas a la montaña, lo único que quería conseguir con ello era compartir sus experiencias. Que a otros aficionados como él le sirviera de apoyo informativo antes de cruzar las veredas de las Alpujarras, Sierra Nevada o la Costa Tropical. Lo que no imaginaba era que, tecla a tecla, terminaría por armar una auténtica guía del senderismo en la provincia.

Contabiliza 282 entradas, todas con fotografías y bien diferenciadas por bloques según se quieran descubrir rutas en Sierra Nevada (42), La Alpujarra (10), a través del Valle de Lecrín (17), en la Costa (2) o en la propia capital (4). Tienen un capítulo aparte las de media montaña (94), con registros en los Montes Orientales, la Sierra de Huétor, Arana o en el Poniente granadino. Gracias a su trabajo, más de sesenta mil usuarios han visitado ya esta auténtica enciclopedia del montañismo que tiene enlaces a la aplicación móvil de Wikiloc, tan importante para no perderse en una montaña a la que nunca hay que perderle el respeto.

Ramón Ortiz es un «montañero a la vejez». Nacido en Loja hace 74 años, su profesión de controlador aéreo lo llevó a viajar por toda España e incluso el extranjero. Pero aún no había descubierto cuál iba a ser su gran pasión en la vida. Fue cerca de la jubilación, algo que, confiesa, se reprocha a sí mismo muy a menudo. Lamenta no haberse calzado las botas en sus años de juventud. Pero nadie es capaz de adivinar el futuro, tampoco qué hubiera pasado si…

Diputación, el comienzo

«La verdad es que el único deporte que había hecho fue el remo que pude practicar cuando estaba en la mili, con veinte años. Luego me dediqué a mi trabajo, y no fue hasta que cumplí los sesenta cuando un amigo mío me recomendó un programa que estaba llevando a cabo la Diputación, que se llamaba 'Caminando por los senderos de Granada', y la verdad es que me animó mucho el poder hacerlo porque ese año nos habían prejubilado», relata.

El grupo baja a descansar a la sombra del algarrobo centenario de Restábal. R. O.

Ramón Ortiz no olvida su primera ruta. «Fue en Lanjarón. Tuvimos que subir un cuestarrón hasta la Fuente de Pedro Calvo, de ahí a Nigüelas y atravesamos todo el Valle de Lecrín hasta llegar a Restábal. En el mes de marzo estaba aquello de dulce, los naranjos todavía sin recoger y el azahar queriendo salir… Al día siguiente no me podía ni mover», admite, pero lo cierto es que ya se había enganchado.

Tanto que se hizo el curso entero. Cada quince días, Ramón se calzaba sus botas, se ajustaba los pantalones de montaña y allí que se presentaba. Empezó siguiendo a uno de los grandes mentores de los senderos granadinos: Manolo Cortés, a quien se le conocía en campo abierto como 'El Zapatos'. Aquello tuvo lugar en el año 2006, y hasta hoy. El miércoles pasado tocó subir con sus hermanos de callao Richard, Pepe Mauro, Luis, Gaspar, Paco, Pepe Mateos y Clemente al Mulhacén por el Chorrillo y bajar por Siete Lagunas.

Disfrutar la montaña

«Con Manolo hice amistad y me junté con la gente de su club, La Vera. El senderismo tiene una ventaja: este deporte es el más agradecido del mundo, coges el nivel en nada de tiempo. Sólo necesitas un poco de constancia», apunta. Consiste, dice Ramón, en dejarse enamorar por los paisajes que ofrece Granada vista desde cada uno de sus picos. «La montaña –como todo en la vida– hay que aprender a disfrutarla». «Cada ruta tiene su momento y tienes que dejar que sea ella la que te descubra su esplendor, pero hay que comprenderla. El día que está de buenas te subes al Mulhacén y ves el Atlas marroquí», advierte. Cuando no, siempre quedarán las modestas sendas urbanas.

Con casi trescientas salidas distintas registradas en su blog, lo que supone miles de veredas contadas, sería muy difícil quedarse con una sola de ellas. Pero si Ramón Ortiz pudiera repetir una y otra vez una experiencia, sería la de contemplar los Lavaderos de la Reina en los días de deshielo. «También me encantó Río Verde, porque es un paraíso que no imaginas en Granada. Parece que has ido a andar al Caribe. Pero ahora, que si te vas para la zona de Loja, te encuentras los Lapiaces y parece que estés caminando sobre la Luna», afirma.

Rumbo a Ítaca

Ramón habla sobre la montaña granadina con tanta pasión que es capaz de contagiar a quien lo escucha con atención. Porque es capaz de extraer poesía de las veredas. «Dijo Constantino Cavafis que, en el viaje a Ítaca, la meta no era llegar sino el propio viaje. Desprendiéndote de todo lo que llevas, abriendo la mente… Y yo no quiero llegar a Ítaca mañana, yo quiero disfrutar de mi viaje, de la montaña. Y lo seguiré haciendo mientras pueda», expresa. Que será para toda la vida.

Ramón Ortiz, junto a la Arista del Cartujo, en el techo de la península ibérica. R. O.

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