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Díaz sostene el balón oficial de la NBA GLeague Capitanes de Ciudad de México
Un granadino en territorio de gigantes

Un granadino en territorio de gigantes

Ramón Díaz ·

El entrenador ha comenzado su primer curso en la liga de desarrollo de la NBA al frente de Capitanes de Ciudad de México, el gran proyecto del país azteca

Jose Manuel Puertas

Granada

Miércoles, 24 de noviembre 2021, 00:39

El pasado 5 de noviembre un entrenador granadino hizo historia en el baloncesto español. Ramón Díaz se convirtió en el segundo compatriota –tras Jordi Fernández, hoy técnico asistente en Denver Nuggets– en dirigir un partido de la GLeague, la competición de desarrollo de la NBA. Lo hizo en Memphis, el reino que fuera de Elvis Presley y que rinde pleitesía al apellido Gasol mientras sueña con otro español, Aldama. Y lo rubricó con victoria ante los Hustle, equipo vinculado a los Grizzlies de la NBA. Un día grabado ya en las efemérides de México, su segundo hogar, como la fecha en que su primer representante debutó, con un claro reto, en la lujosa competición vecina.

Porque el país azteca tiene un plan y un anhelo: albergar antes de un lustro una franquicia NBA, en una expansión que hasta ahora solo ha llegado hasta Canadá y en la que México quiere ser el siguiente, mucho antes de los castillos en el aire de los que la esperan pronto en Europa. «Estamos en buen camino. Será complicado porque las exigencias son máximas en lo deportivo, lo comercial y lo social y nos mirarán con lupa, pero si somos capaces de acercar a la comunidad latina a la NBA, México puede tener una franquicia en tres o cuatro años», explica Díaz desde su ajetreado vaivén de partidos y aeropuertos en el país de las libertades.

El granadino está al frente del ambicioso proyecto de Capitanes de Ciudad de México, el elegido por la NBA para monitorizar el posible salto final a su vecino del sur. Una hoja de ruta con demasiadas trabas recientes, especialmente por mor de la pandemia que retrasó un año el estreno en la competición. «Necesitábamos volver a jugar tras tanto tiempo. Yo personalmente ansiaba entrenar, y el equipo también competir», admite, sincero.

No ha sido un proceso fácil, pues Capitanes abandonó la competición mexicana para enrolarse en la GLeague. «Pero debutamos con victoria, así que estamos todos muy contentos», ratifica. De modo que el plan sigue su marcha. «Moisés Cosío –propietario de Capitanes– persigue el sueño de que México tenga una franquicia NBA. Lo puso sobre la mesa hace cinco años, empezamos en la liga nacional y ya hemos dado el segundo paso pese a tener que esperar un año por la pandemia», relata el granadino, entrenador del equipo capitalino desde su creación.

Eso sí, el estreno no está resultando fácil, especialmente en lo logístico. Capitanes no puede jugar esta temporada en México, debido a las restricciones por la covid-19. Su campo de operaciones se ha establecido en la texana Fort Worth, cerca de Dallas. Además, jugarán todos sus partidos como visitantes y solo disputarán el primer torneo oficial y el 'showcase' –una especie de Copa– que se jugará en Las Vegas del 19 al 22 de diciembre. Pese a todo, Díaz cree que el paso no podía esperar. «Dos años sin jugar hubiera sido mucho», asegura.

Sin filiación

Igualmente, Capitanes no tiene filiación con ninguna franquicia NBA, como prácticamente todos los equipos de la GLeague. A este respecto, el técnico granadino entiende que «ha sido una dificultad». «Los demás tienen jugadores a caballo entre el primer equipo y el de GLeague y nosotros no podemos hacer eso, pero quizá también seamos un equipo más estable en cuanto a plantilla», aprecia. Eso sí, añade un dato relevante y especial: «Cualquier equipo NBA se puede llevar al jugador que quiera en cualquier momento».

Y es que la GLeague es una competición muy particular, incluso con normas propias. Un hecho que ha obligado a Ramón Díaz a adaptarse a algo más que a dirigir partidos en inglés. «El objetivo no siempre es ganar, sino prepararse para saltar a la NBA. En eso piensan el 95% de jugadores de la Liga», sentencia. Por ello, cuenta que «es muy diferente la preparación del partido a lo que se ve en Europa, ya que los jugadores siempre están trabajando, incluso si no juegan». Además, aclara que «si se pide tiempo muerto, automáticamente el partido se para, no como en FIBA, así hay que estar atento a ciertas normas de arbitraje, como el que menos en los dos últimos minutos, en las faltas de tiro solo se lanza un tiro libre, que vale dos o tres puntos, por lo que es muy importante trabajar en meter ese primer –y único– lanzamiento».

Desde que sonara su teléfono en 2013, con Sergio Valdeolmillos pidiéndole acompañarle a México, Ramón Díaz no ha parado de crecer en el universo del baloncesto. Ya ha tocado una cima casi inexplorada en España. ¿Lo siguiente? Quién sabe si la NBA. El plan está en marcha.

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