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Mariano y Juanjo brillan con luz propia desde el patrulla. Junto a la gorra y al uniforme lucen con orgullo los preciosos metales que cuelgan de sus cuellos. Unos de oro, otros de plata. No los han incautado en mitad de ninguna intervención contra el estraperlo, sino que los han ganado por sí mismos con esfuerzo y el sudor de sus frentes. Un premio al sacrificio con el que compaginan su pasión con su labor hacia todos los ciudadanos.
Estos agentes de la Policía Local de Granada participaron recientemente en los Juegos Europeos de Policías y Bomberos de Braga 2024. Se trata de un torneo donde los integrantes de los cuerpos y fuerzas de seguridad de todo el continente se miden en distintas pruebas deportivas en las que reina el espíritu olímpico. Tras varios días de competición, los dos agentes consiguieron reunir ocho medallas. Seis oros y dos platas entre natación y tiro policial, las dos especialidades a las que se dedican cuando no están de servicio.
«Llevaba años queriendo ir a los Juegos, pero nunca se había dado la ocasión. Este año he debutado en categoría máster y he tenido unas sensaciones muy buenas. He quedado campeón europeo en 50 metros mariposa, 50 metros libres y 100 metros libres. Además, también me llevé el subcampeonato en 200 metros libres y en la prueba de aguas abiertas», explica Mariano Ruiz a IDEAL sin despeinarse.
A sus 50 años, el policía entrena y compite con la sección de natación del CD Universidad de Granada. Un club en el que retomó su amor por la piscina tras cambiarlo por el balonmano por razones de causa mayor. «Mi vida ha estado unida al deporte desde siempre. De pequeño compaginé los dos, pero por falta de tiempo tuve que dejar la natación. Cuando logré mi plaza en la policía decidí volver. La verdad es que me ayuda a mantenerme en forma, lo que me viene bien para luego rendir al máximo en mi profesión», añadió.
Mariano ganó sus cinco metales en apenas cuatro días de Juegos, haciéndose de oro en su estreno. «Tuvo que competir en dos pruebas diferentes en menos de media hora, aunque estoy acostumbrado por la actividad de mi club. Salté a la piscina con algunos nervios, pero me encontré bien y fui el más rápido», apunta. Al día siguiente se colgó la tercera presea dorada, ya con tablas en la competición, y se preparó para rendir al máximo nivel en las dos últimas jornadas con los 200 libres y las aguas abiertas. «Sacrifiqué mis vacaciones de verano para prepararme física y técnicamente. Especialmente de cara a las aguas abiertas, que no es mi especialidad. Meses antes me probé en las carreras del circuito oficial de Diputación en La Herradura y en Torrenueva. Quedé segundo en ambas aunque no de manera oficial, pero en Portugal fue diferente. Hizo mal tiempo y el agua estaba a más baja temperatura de la cuenta. Tuvimos que nadar con neopreno y me aseguré la plata», sentencia.
También hubo éxito granadino en el campo de tiro. El agente Juanjo Rojas asistió a sus primeros Juegos tras acumular rodaje en mundiales y europeos, donde su máximo logro había sido el tercer puesto continental. Una barrera que pulverizó después de una exigente jornada. «Me presenté a tiro policial, una disciplina en la que hay que acertar una serie de objetivos en el menor tiempo posible y con mínimos errores dentro de un circuito. Participé en las modalidades de exterior y metales, con tres medallas de oro», informa el policía local de 51 años.
Juanjo se sometió a una prueba extenuante y de un nivel de gran exigencia a la que hubo que sumar una sorpresa. «Cuando llegué comprobé que las pistolas de los rivales eran más avanzadas. Las que trajimos nosotros eran de un menor rango, pero lo importante de la competición es saber controlar tus nervios y entender la situación por la que pasas en cada momento. Estuvimos tirando durante diez horas consecutivas. A la gente sin experiencia en estos deportes le puede pasar factura. Hay que conseguir relajarse, relativizar los esfuerzos, cuidar el ánimo...», desgrana.
El tirador es un asiduo del centro de Tiro Olímpico de Las Gabias. Allí entrena y mejora en pro de su técnica para los torneos, aunque también para su día a día. «El tiro es mi vida. Es un deporte que puedo aplicar en mi labor como policía. Te da un gran manejo del arma que puedes necesitar en ciertas situaciones, lo que no implica que vaya a disparar a diestro y siniestro. Además, soy instructor de tiro para compañeros de la capital y de otros municipios. Les inculco lo que sé para que ganen seguridad en su trabajo», justifica Juanjo.
Después del éxtasis del medallero, toca volver a la rutina. Ambos patrullan por las calles de Granada con la mirada puesta en la seguridad de todos. Su verdadera vocación. Una competición que nunca descansa.
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