Un genialidad da al Huétor Vega el derbi ante el Motril

El Huétor Vega se impuso al Motril en un derbi que tuvo todo lo que prometía:intensidad, goles, un final de infarto y, al final, deportividad y cordialidad. A pesar de que los hueteños llegaran como favoritos por jugar en casa y por la situación en la tabla, el Motril fue un digno rival que estuvo a solo unos minutos de llevarse un punto de Las Viñas. Los blanquiazules, que pelearon hasta el final, no pudieron aprovechar su mejor momento, al inicio del partido, y se desdibujaron tras un polémico gol anulado.

Y es que los de Barderas fueron mejores en los primeros diez minutos. Salieron a incomodar al Huétor Vega y con seguridad a pesar de tener bajo palos a un juvenil debutante en Tercera, Jorge Reyes. El chico estuvo de fábula en balones colgados y mandando a la defensa, pero no pudo hacer nada en los goles. Los locales, por su parte, con un 'once' muy reconocible, no estuvieron bien en los compases iniciales. En el minuto 4, una falta muy bien colgada por Gámiz, fue rematada por Carrillo al fondo de las mallas, pero el linier tenía el banderín levantado por fuera de juego. De serlo, fue por apenas unos centímetros.

Salvado el Huétor Vega, el susto espabiló a los verdes, con Hurtado y Ariza haciéndose con el mando del partido. El varapalo del gol anulado se le juntó al Motril con el 1-0 de Óscar al cuarto de hora. El primer acercamiento local subió al marcador. La efectividad del delantero, brillante en el desmarque y en la definición, señalaron el partido. De hecho, primero por mediación de Ariza y luego en un balón al que no llegó Salvatierra, el Huétor Vega perdonó el 2-0.

Poco antes del descanso, un alicaído Motril volvió a meterse en el partido. Un córner bien puesto al corazón del área fue rematado por Darío y un defensa local que saltó de espaldas bloqueó el testarazo con el brazo. Claro penalti que ejecutó a la perfección Gámiz.

La segunda mitad fue mucho más trabada. Ambos equipos se ofuscaron con centros al área sin crear apenas peligro, si bien el Huétor Vega parecía mucho más sólido e incisivo con Salvatierra y la entrada de Antonio Fernández. Se fue acercando a la meta de Reyes, pero sin fortuna. El Motril, peleón, no lograba asustar. Hasta que en el 86 brotó la magia de Antonio Fernández. Se escapó de dos rivales sobre la línea de fondo y la puso atrás para que Óscar la empujase. Una obra de arte para decantar el derbi.

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