Lituania invita a Ainhoa Pinedo a su Gran Premio Internacional tras la plata de Getafe

Ainhoa Pinedo ha vuelto a alcanzar seguramente su mejor nivel. O está muy cerca de volver a los tiempos que acostumbra. A sus 37 años afirma estar «muy contenta» por la plata que alcanzó este pasado fin de semana en Madrid, comunidad que acogió el Campeonato de España de atletismo en todas sus modalidades entre cuatro sedes. La marcha hizo su puesta de largo en la pista de atletismo Juan de la Cierva de Getafe y, allí, esta granadina nacida en Algeciras tiró de orgullo, de rabia y experiencia para hacerse con un subcampeonato que le supo «agridulce».

Pinedo paró su reloj en 48:49,43, sólo 14 segundos por detrás de Antía Chamosa, de la Sociedad Gimnástica de Pontevedra, quien fue la que se llevó el oro. Marina Sillero, del Ianuarius, hizo el bronce. Plateado «agridulce» para Ainhoa porque el corazón quería, pero la pierna volvió a hacerle frente en el ecuador de la carrera. Además, la sombra de volver a pasar un proceso de depresión volvió a aparecer. Lo sufren los mejores deportistas. Que tu cabeza quiera y alguna parte de tu cuerpo diga que no es un choque de trenes interno difícil de gestionar.

Sin embargo, Pinedo se encuentra ahora muy feliz en Lituania para disputar el Gran Premio Internacional al que ha sido invitada por la propia organización. Allí se reencontrará con la distancia olímpica, los 20 kilómetros, y eso le inyecta felicidad. Una sonrisa se le dibuja cuando habla de su entrenador, Manolo Segura, quien la guía desde hace más de 20 años y, desde Guadix, la apoyará para ver cómo alcanza otra cota internacional.

Del Nacional dice la marchadora que lo asimila con positividad. «Estoy muy contenta, aunque un segundo puesto siempre deja un sabor agridulce, sobre todo cuando veías que tenías ahí el oro, la posibilidad de ganar… te deja mal sabor, pero también he tenido que valorar que la situación que hemos pasado, que en el confinamiento se hizo mucho más difícil el poder entrenar. En mi caso, además, se da que el año pasado caí en una depresión, y preparando el Campeonato de España tuve una recaída por la que, bueno, no me veía hace un mes y medio compitiendo ahí. Por eso esta medalla para mí tiene un valor personal mayor a cualquiera de las que he podido conseguir antes», confiesa Ainhoa Pinedo.

Pistoletazo de salida y tranquilidad tanto en las piernas como en su cabeza. «Sabía que no íbamos a ir a un ritmo desorbitado así que me mantuve en un segundo plano hasta que pasó la mitad de la prueba», recuerda. Pero en el kilómetro cinco aparecieron los problemas en esa pierna que se duerme cuando la pone al máximo nivel. La granadina perdió ritmo pero luchó viendo el podio tan cerca. «Al final, con molestias, aseguré esa plata que tanto me estaba costando», confirma.

Manolo Segura

Reparte alegrías. Dice que esta plata le ha dejado mucha felicidad, tanto por su entrenador Manolo Segura como por toda la gente que le ha ayudado a llegar hasta quien es hoy día. «Pero bueno, ya sabes cómo somos los deportistas: una vez que llegas hasta aquí, sólo quieres un poco más», avisa con media sonrisa. Habla con devoción del preparador de Guadix: «Creo que si sigo en el atletismo es gracias a él porque, con 37 años, llegar donde he llegado ya con un nivel de exigencia tan alto y sin ganarme la vida con esto, cuesta. Lo hago por hobby porque económicamente no compensa, pero Manolo siempre hace que tenga la ilusión de una niña, animándome para preparar el próximo gran campeonato».

Y así será hoy. Ainhoa Pinedo defenderá a Algeciras, a Granada y a España en los 20 kilómetros marcha, «con buenas sensaciones» y el objetivo de acercarse «a marcas de cierto nivel». Es una de las grandes invitadas por la organización. Embajadora de la humildad y el esfuerzo que busca recompensa lejos de casa.