Paco Hernández ensayando para la Selección IDEAL
RUGBY

«Ha llegado el momento para mi otra pasión»

Leyenda. El motrileño Paco Hernández se retira como capitán de la Selección Española de rugby 7 para dedicarse a aquello para lo que se formó, la ingeniería

CÉSAR GUISADO

Granada

Jueves, 10 de septiembre 2020, 00:40

Uno de los mejores deportistas granadinos de los últimos tiempos ha decidido colgar las botas. Y la noticia, que él mismo ha dado en redes sociales esta semana, ha sorprendido porque sin lugar a dudas Paco Hernández deja el rugby en una trayectoria claramente ascendente. ... Lo ha sido todo para la Selección Española. Jefe de manada en el vestuario y fiera en el césped, el de Motril deja el VII del León para emprender una nueva aventura en su otra gran pasión, la ingeniería. De momento seguirá lejos de Granada, pero no se perderá un verano en la Costa Tropical. Y dice que, aunque no juegue más de forma profesional, su ilusión es la de transmitir todo lo que ha aprendido en sus 295 partidos con la Selección.

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Paco lleva en su cincelado torso los galones de quien ha jugado 26 torneos de las World Rugby Seven Series, ocho del Europeo y cinco torneos internacionales. Fue una pieza clave en aquel Preolímpico de Mónaco en el que España consiguió una histórica primera clasificación para los Juegos Olímpicos, los de Río '16. Luego, ya como capitán de los Leones, el motrileño lideró a España en Hong Kong, donde ganó el Torneo Clasificatorio de 2017 para acceder a las World Rugby Sevens Series, competición en la que los de Pablo Feijoo llevan tres temporadas exhibiendo su juego junto a los mejores del mundo.

Dice que ha sido una decisión «dura de tomar», pero también «muy meditada». Como a tantos deportistas, perdió media temporada pasada y esta, aún está por arrancar. El coronavirus influye de tal forma en el profesional que este, no hace sino tomar la mejor decisión para su futuro, por dolorosa que esta sea. La pandemia ha hecho que esta temporada «sea menos ilusionante y creo que para mí ha llegado el momento de dedicarme de lleno en la ingeniería que es mi otra pasión, y en la que espero me vaya tan bien como en el rugby», desea.

A Paco no le tiembla la voz. No teme a los cambios. Sabe que el secreto está en seguir creciendo. Siempre. «Nunca he dejado de aprender. Nunca he dado nada por perdido, siempre he pretendido mejorar y de hecho en cada partido que jugaba, me sentía mejor. Me quedo con eso», dice.

Cuestionado por un recuerdo, alega que le vienen mil a la mente. Experiencias con jugadores, dentro y fuera del campo. Pero si tiene que quedarse con una milésima de segundo, sin duda es aquella en la que Ignacio Martín ensayaba para ganar a Samoa por primera vez en la historia. Y de paso, para meter a España en unos Juegos, también por primera vez en la historia. Fue en el último minuto del Preolímpico de Mónaco y fue «algo épico, que sobre todo nos dio ese cohete para que el rugby se estableciera en España como un deporte súper bonito y que la gente empezara a tomarlo en cuenta tanto a nivel nacional como internacional».

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Paco Hernández es un tipo humilde y con los pies en el suelo. Tanto, que en su carta de despedida, hizo tanto balance de su experiencia como jugador olímpico, como de su aprendizaje. Aquel niño de once años que pisaba por primera vez la hierba en Motril para aprender a jugar al rugby. «En España, los clubes tienen un papel súper importante en el desarrollo de los jugadores. Yo empecé con once años sin saber lo que era el rugby, en el CR Motril. Y estoy súper orgulloso. He conseguido llegar a un hito tan importante como son los Juegos Olímpicos y ha sido gracias a todo ese camino que he realizado durante todo este tiempo, en Motril y más tarde en el Universidad, con una carrera en la que creo que todas las experiencias han sido positivas, porque en todos los clubes en los que he estado han sido agradecidos y formadores», confiesa.

Palabra de campeón

Y avisa a quien quiera seguirle los pasos, que necesitará ponerle «mucho trabajo y mucha ilusión». Y en la fórmula será también importante «no desesperarte y desfallecer en el primer error que puedas tener. Porque al final el trabajo, la humildad y la perseverancia, van a ser los tres pilares fundamentales en el desarrollo de un jugador. Si sigues estos pasos, vas a llegar muy lejos», aconseja, como palabra de campeón.

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Ingeniero y ya ex rugbista, sus derroteros profesionales de momento no lo traerán a Granada ni a Motril, pero lo que sí tiene claro es que en ningún lugar, dejará de pisar el césped. «Me gustaría seguir ligado al mundo del rugby. Lo estoy haciendo desde mi academia aunque ahora está en 'stand-by' por el coronavirus. Pero ya he hablado con mi seleccionador Pablo Feijoo, y sabe que estoy ahí para seguir ligado para lo que haga falta. Yo en la Selección cogí el rol de patear, de sacar y de tirar a palos y me gustaría que esa experiencia que gané, no se perdiera, me gustaría poder transmitirla». Afortunados quienes aprendan, de un top granadino.

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