Omar, junto a algunos de sus entrenadores y compañeros, se prepara para dar el gran golpe en el circuito nacional. ALFREDO AGUILAR
DXT

Omar y la nueva vida de la RST

La casa del talento ·

El club social decano de Granada contaba con 90 jugadores en edad de formación antes de la pandemia y hoy son casi 300 gracias a la implantación de una metodología que es tendencia en toda Europa

César Guisado

GRANADA

Domingo, 26 de diciembre 2021, 20:57

Llegar a ser un gran deportista no depende de ti, sino de un guiño de la Diosa Fortuna. Que cuando ella reparta los naipes, caigan en tus manos los que te espanten las lesiones, al menos uno que ponga en tu camino a las personas ... adecuadas y otro que te otorgue la fuerza para ejecutar el golpe perfecto en el momento más adecuado. Pero aún así, no será suficiente. Si durante tu infancia no has realizado un trabajo concienzudo, por mucho que tus planetas estén alineados, no llegarás a ser una Lidia Valentín, un Pau Gasol, una Teresa Perales o un Rafa Nadal.

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Omar Lorenzo tiene trece años y, de momento, sabe lo que es el trabajo duro en una pista como cauce para embocar la bola de sus sueños allí donde ningún rival pueda salvarla. Granadino de Nigüelas, empezó a jugar al tenis por recomendación de unos amigos. Se puso en manos de un entrenador y comenzó a avanzar niveles con una maestría que asombraba a quienes disfrutaban viendo su talento hasta que llegó a la Real Sociedad de Tenis. Poco tiempo después, ha conseguido ganar dos TTK Warriors, torneos que reúnen a algunas de las mejores promesas del tenis nacional.

En la RST todo el mundo habla de Omar. Él habla muy bien del tenis. Y con una madurez brillante, dicho sea de paso. «Me gusta el tenis porque es un deporte con el que disfruto jugando y en el que quiero llegar a ser algo. Sé que es difícil, porque es un deporte en el que estás sólo en la pista y tiene que trabajar mucho con tu cabeza para remontar un partido que se te ha puesto en contra, por ejemplo, pero yo tengo la suerte de afrontarlo con un gran equipo en el que está mi entrenador, mi preparador físico y por supuesto mi familia», aduce, dejando pasmado a quien le presta un oído.

Le fue muy bien a Omar la pasada temporada. De sobresaliente. Se clasificó entre los ocho mejores jugadores de España, ganando los TTK Warriors de Alicante y Sevilla. «Pero para mí lo más importante fue vencer a un top-5 de España, que ya era infantil», dice, en referencia a Maxi Carrascosa, una de las promesas del tenis español en formación.

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Omar es un diamante en bruto cubierto con una capa de pureza, de humildad y de ambición. «Pienso en tenis todo el día. No descuido mis estudios, me va bien en el colegio, pero además cuido de mi salud, de mi alimentación y de mi preparación física. Creo que, aunque sea muy joven, debo empezar a pensar como un jugador profesional si algún día quiero llegar a serlo», abrocha.

José María Garrido es uno de sus entrenadores. Para este veterano de la raqueta, que jugadores como Omar acaben tocando el éxito con sus dedos queda determinado por el trabajo que realizan a edades tempranas. «Un jugador que aspira a convertirse en una referencia de su deporte debe empezar a entrenar de una forma constante durante toda la semana desde muy temprano. Se tienen que dedicar al tenis siendo jóvenes. Los entrenadores veremos que es diferente si cumple dos factores: interés y un buen golpeo. Esto hace que suba su nivel y, a partir de ahí, lo debes complementar con una capacidad física y un aspecto competitivo que llevas en un ADN», explica.

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Pero no es suficiente. «Alrededor de todo esto, tienes que llevar bien todo lo demás. Hablamos de horas de sueño, de estudios, familia, de tus relaciones con los entrenadores, con los rivales… no es fácil». Y el caso de Omar es especial. «Él no te va a destacar que ganó un gran torneo. Te va a hacer hincapié en que le ganó a un determinado rival, que ha batido una de las metas que se ha propuesto», abunda Garrido.

Antes de la pandemia, la Real Sociedad de Tenis, la 'erreseté' como dice Omar, reunía cerca de noventa jugadores en edad de formación. Hoy son casi 300 niños y niñas los que pasan por aquí cada tarde para entrenar desde categorías pretenis a competición.

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Pero, ¿cuál ha sido el secreto de un éxito exponencial en una época tan dura como esta? «Yo diría que son varias patas», golpea Jaime Costa, quien se encarga de la gestión global de una cantera formada por muy buenos profesionales. «Una de ellas ha sido conseguir una estructura de escuela según niveles, lo que nos ha permitido que se integren chavales de un nivel más homogéneo», apunta. Y esto hace que al final todos rindan más, con más eficacia, y por lo tanto lleguen cada noche a casa más contentos por hacer deporte.

«Aquí tenemos la suerte de contar con un gran personal de monitores que tienen muchísima implicación en este proyecto, en cuanto al tiempo que le dedican. Y por supuesto, el apoyo de un club social como es la Real Sociedad de Tenis de Granada. Si no tienes el apoyo de los vocales y del club, es complicado que tengas el nivel de crecimiento que hemos experimentado, porque hay que hacer un esfuerzo en cuanto a instalaciones y, desde luego, aquí lo están haciendo», afirma el coordinador.

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La Real Sociedad de Tenis acoge cada tarde a decenas de niños y niñas desde los tres años hasta las categorías de adultos. ALFREDO AGUILAR

Un equipo que forman otros maestros de la raqueta como Eduardo Coca, encargado del nivel de competición en categorías cadete, júnior y absoluto. José María Garrido hace lo propio en la parte de competición de jugadores alevines e infantiles. Y Jaime Cost se encuentra actualmente focalizado a la base y a la competición sub-11, además de a labores en la gestión global de la escuela. «Pero además a esto hay que sumar el trabajo incansable de nuestros monitores como Andrés Macías, Lorena Hernández, José Linares o Álvaro Arco…», apunta.

Pero, ¿por qué diría que están satisfechos niños y padres? «Porque, además de profesores de tenis, somos educadores. Lo primero que se llevan de aquí los chavales son unas relaciones sociales muy buenas. Y luego, la mejora en nuestra metodología deportiva que hemos puesto en marcha permite que el niño aprenda más». En definitiva, aquí hay buen ambiente, buenas instalaciones y una formación multidisciplinar.

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Aquí viene la fórmula del éxito. En la Real Sociedad de Tenis de Granada han implantado el sistema de aprendizaje que es tendencia en toda Europa gracias a la inclusión en el mismo de federaciones y las grandes marcas que orbitan alrededor de este deporte, lo que ha convertido a la RST en una referencia en toda Andalucía en cuanto a la formación de sus tenistas más jóvenes.

Los profesores de la escuela implantan los materiales a utilizar, en función de la edad del jugador. Es decir, los niños de entre 3 y 5 años juegan con una pelota de espuma que avanza un 75 por ciento más lenta que una normal. Cuando son un poco más mayores, entre los 6 y 7 años, se van a la pelota naranja, que bota un 50 por ciento más lenta. De ahí pasan a la pelota verde, que solo es un 25 por ciento más lenta y empiezan a jugar en una pista de tres cuartos. Una vez dejan todas estas categorías atrás, están preparados para la tradicional pelota amarilla y para afrontar los torneos que determinarán, como en el caso de Omar, si están preparados para ser unos campeones.

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