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El particular 'expreso de medianoche' de Belén Arrojo
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La alero internacional granadina vivió un calvario en el viaje del Gernika a Turquía para el partido de vuelta de la primera eliminatoria de la EurocupJose Manuel Puertas
Granada
Viernes, 7 de enero 2022, 23:31
En 1977, el director Alan Parker filmó la historia real de Billy Hayes, un joven estadounidense que padeció un calvario en Turquía tras ser detenido en el aeropuerto de Estambul por posesión de hachís. Un relato –'El expreso de medianoche'– ganador de dos Oscar y seis Globos de Oro que no dejaba en muy buen lugar a la burocracia del país de la media luna y que, salvando las obvias distancias, se asemeja a lo padecido esta misma semana por la granadina Belén Arrojo.
La jugadora internacional con España, en su tercer curso con el Lointek Gernika, buscaba el martes defender la renta de 83-59 del partido de ida de la primera ronda de 'play offs' de la Eurocup en la cancha del Çukurova. Mersin Un escenario desde luego no fácil pese al resultado previo –por el potencial del equipo turco–, pero que acabó convertido en un infierno para la mayor de las hermanas Arrojo.
La granadina venía de superar la covid, como buena parte del equipo en el que ejerce además las labores de capitana, lo que había obligado a retrasar el duelo de vuelta. Empezaron las especulaciones cuando el equipo turco exigió «una PCR en su territorio para celebrar el partido», relata la jugadora. Con la mosca detrás de la oreja, el club vasco solicitó poder hacerla en España petición que, con la connivencia de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), cayó en saco roto. De ahí que el Lointek decidiera realizar las pruebas una vez con el equipo en Estambul y antes de embarcar a Adana –a una hora por carretera de Mersin, destino final–, «con el objetivo de tener pruebas si nos intentaban engañar, además ya en Turquía», razona Arrojo. Toda la plantilla dio negativo, lo que a priori era el mejor salvoconducto posible para los intereses del equipo vizcaíno.
Pero el gran esperpento arrancó tras aterrizar en el lunes en Adana. Una furgoneta esperaba allí a la expedición vasca con varios directivos del club local y alguien identificado como enfermero para realizar, en una sala improvisada y con material médico de dudosa calidad, nuevos test. Ya el martes, a la hora de comer, saltó la bomba. «El segundo entrenador, Lucas Fernández, me dijo que era positiva. Me lo tomé a broma, pero rápidamente entendí que ellos no iban a jugar con eso», cuenta la alero, consciente de que, aunque «los médicos avisaron que alguna podríamos dar positivo tras pasarlo», estaban empezando a ocurrir cosas extrañas.
Posible cuarentena
Rápidamente, la granadina acudió a un hospital para realizar otra PCR. El objetivo ya no era solo poder jugar, sino evitar una temida cuarentena en Turquía. «Se me vino el mundo encima, tanto por eso como lógicamente por perderme un partido tan importante y bonito de disputar», relata. «Sentí mucha impotencia y rabia», añade. Emocionada, Arrojo se queda sin palabras.
El siguiente paso fue iniciar la obligada cuarentena tras el positivo, anhelando que el resultado estuviera antes del encuentro para «coger un taxi o lo que fuera y salir pitando». Mientras, sus compañeras se dirigían a la 'encerrona' preparada por el Çukurova: pabellón más pequeño del habitual, música a todo volumen en los ataques del equipo español, altavoces junto a su banquillo, sirenas antiaéreas en los tiros libres… Un escenario indigno para 2022, que recordaba a lo peor de algunas competiciones FIBA en los años 80. «Lo vi aislada en el hotel, en una habitación con agua y algo de comida mientras esperaba la PCR, pero cada vez más impotente viendo lo que sucedía», recuerda. Casualidad o no, el resultado de la prueba no llegó hasta las 22 horas, ya tras la eliminación (69-40) del Gernika. Más casualidad o no, fue negativo. Y el cabreo, claro, sideral. «El positivo lo asumí como que nada podía hacer, pero cuando la otra salió negativa, ya vi lo feo que fue todo», relata indignada. «Jugaron con mi salud», zanja.
Vuelta retrasada
Aún le tocó a la granadina someterse a otra PCR más, pues sin dos negativos consecutivos no podía volver a España. De hecho, regresó a Bilbao el jueves –acompañada por el entrenador Mario López–, 24 horas después que el equipo. Ahora se muestra agradecida por las «gestiones de la FEB, con Jorge Garbajosa y Elisa Aguilar al frente» para su vuelta, pero decepcionada por cómo «la FIBA se ha lavado las manos en todo» en la que califica como «la peor experiencia de mi vida profesional, y algo que no le deseo a nadie ni a nivel individual ni de equipo».
Belén Arrojo cierra, ya de vuelta en la rutina , asegurando que «lo que menos me preocupa es haber sido eliminadas, pues es mucho peor la sensación de encerrona sufrimos». Queda claro una vez más que las cosas en Turquía no siempre son como uno imagina. Y aunque Billy Hayes acabara reconociendo que en la exitosa cinta hubo alguna exageración, la realidad, cuanto menos, hace recordar que las normas donde se presume de ser el nexo de unión entre Oriente y Occidente a veces son cuestionables.
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Inés Gallastegui | Granada
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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