«Quiero revalidar mi título de campeón en Sierra Nevada»

Será con una primera cita en Cantabria, concretamente en la Estación de Alto Campoo. Allí, a dos mangas con gigante y eslalon, los mejores esquiadores del país, buscarán posicionarse en la clasificación para que la plaza leridana de Espot decida a los mejores un mes más tarde. Preparado, con las pilas cargadas y la ilusión desbordada, Boira afronta ambos retos con el objetivo inequívoco de tocar metal.

Y lo hará después de una temporada en la que en lo físico no salieron bien las cosas. Se sobrecargó el tendón de su rodilla después de una jornada intensa de senderismo. Lo que parecía una molestia se agravó sobre la nieve y tuvo que parar. Una espera casi eterna que le ha servido para reordenar las ideas, visualizar sus anhelos dentro y fuera de las pistas y, lo más importante, volver con más fuerza que nunca.

Manu Iglesias, su guía, también ha estado apartado de las pistas. Sufrió una lesión justo unos días antes de la final del Campeonato de España en el que Boira tuvo que buscar otro guía prácticamente en cada estación del país. Al fin dio con él y ganó el título nacional, con un oro y bronce en gigante y eslalon que ahora, quienes han formado equipo durante tres intensas temporadas, quieren volver a reeditar.

«Mi objetivo es clasificarme para el Campeonato de España», dice este esquiador certificando que «físicamente me encuentro mejor que el año pasado, por lo que me quiero revalidar mi título, por ser además en casa, en Sierra Nevada. Otras veces me he centrado más en la Copa Fedc, pero me hace ilusión poder ganar este título en una pista que me es familiar, que la conozco porque entreno ahí y porque la considero mi casa», argumenta.

«Mis primeras sensaciones están siendo muy buenas, he renovado el material con la casa Head, que nos ha hecho una gran promoción y además hemos cambiado el sistema de bluethoot, para que no nos vuelva a pasar lo que en la última copa». Esto fue, una rotura del aparataje minutos antes de salir, que obligó a guía y esquiador a entenderse a pleno pulmón. Con las instrucciones a viva voz en pleno descenso. Y pese a todo ganaron, con las técnicas que se utilizaban hace algunos años. Andrés Boira, vuelve a las pistas. Y lo hace aferrado a sus bastones, confiado en la palabra de su guía y encomendado a Alodia y Nunilo, las patronas del Huéscar que lo vio triunfar, las que lucen tatuadas en su pecho, cerca del corazón. Porque a veces, todo empieza por volver a ponerle corazón a cada reto.