Roberto Carballés pasa de la tierra a la hierba

Roberto Carballés tiene la mente puesta en el próximo grand slam, que está casi a la vuelta de la esquina, por lo que el jugador granadino ha preferido prepararse a fondo para Wimbledon, que se disputará del uno al catorce de julio, en vez de competir en otras citas del circuito mundial de tierra batida.

Carballés ha realizado una buena campaña en la arcilla. Esta temporada jugó de nuevo la final de Marrakech, torneo marroquí que ganó en 2023, pero la temporada de tierra se le hace larga al participar en muchos torneos, también menores, como challengers, en los que sumó puntos para mantenerse cerca de los 50 primeros de la ATP.

El jugador de la Real Sociedad de Tenis de Granada no tuvo, por tanto, problemas para participar en los masters 1.000 y también en los grand slam, sin tener que disputar previas ni clasificatorias, de forma directa en el cuadro final. Esto le permitió avanzar una ronda en Roland Garros sin desgaste, aunque en la siguiente se topara con Novak Djokovic, dejando una gran imagen en su confrontación.

Ahora Carballés ha optado por cambiar el 'chip' y adaptarse cuanto antes a la hierba, una superficie donde el tenis es muy distinto, con Wimbledon en el horizonte.

Por eso el jugador granadino optó esta semana por renunciar a su participación en el torneo holandés de Hertongenbosch, donde aparecía en el sorteo emparejado con el checo Jakub Mensik, para descansar unos días y, rápidamente, centrarse en la puesta en forma junto a su entrenador José María Garrido y el preparador físico Pedro Franco. Primero, se puso en manos del equipo de fisioterapia, en lo que considera una minipretemporada.

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