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Sierra Nevada sabe siempre a champán para Lucas Eguibar, el 'rider' español referente nacional que volvió a vivir este sábado una fiesta en la estación granadina a pesar de su cuarto puesto en la final de la primera de las dos Copas del Mundo de snowboard cross que allí se acogen este fin de semana. Victorioso en todas las series clasificatorias previas, al donostiarra la penalizó una mala salida en la definitiva pelea por el podio que no impidió que fuese aclamado por los cerca de 40 amigos y familiares que se desplazaron desde San Sebastián para hacerle sentir como en casa. No acabar entre los tres mejores no impidió que descorchase la botella que le tenían preparada, bañando a todo aquel que se acercara, porque no hay mayor triunfo que el de quien se siente acompañado lejos de su hogar. Con todo, espera resarcirse del mal sabor de boca deportivo en su reválida del domingo en la misma pista.
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Lucas Eguibar saltó el último a la nieve desde el portillón y no pudo en ningún momento dar alcance a sus tres rivales. En una final de infarto, con 'photofinish' incluida, la gloria fue para el alemán Leon Ulbrich, de 19 años, para estrenarse en lo más alto en el circuito mundial de snowboard cross tras el pulso con el canadiense Elliot Grondin. Les acompañó en el podio el estadounidense Jake Vedder. Los amigos del 'rider', sin embargo, esperaron a su saludo entre cánticos de 'Lukino, campeón' antes de recordarle que al día siguiente tendría otra oportunidad.
La madre de Lucas Eguibar, Graciela, sostuvo en declaraciones a IDEAL que Sierra Nevada «da vida» a su hijo pese a que este sábado no pudiera elevarle como en ocasiones anteriores. «Lleva viniendo aquí a entrenar y competir desde muy niño y se siente como en casa», reflejó, acompañada por sus hermanas. De los hermanos del 'rider' solo pudo viajar esta vez Sara, con el carismático Nico, con el que le une un vínculo aún más estrecho si cabe desde el accidente de moto que sufrió años atrás, de aventura por Argentina esta vez.
Iker, uno de los veinte amigos de Lucas Eguibar que le acompañaron en Sierra Nevada, no cabía en sí de orgullo. La mayoría en la cuadrilla se conoce desde el colegio y disfrutan siguiéndole en su carrera deportiva. «Granada nos encanta, tanto a él como nosotros, y además de la estación procuramos disfrutar de la ciudad y de su noche», reconoció, ansioso por que el deportista pueda unirse tras competir el domingo. «Lucas está siempre con nosotros, animándonos a viajar, y le hace muy feliz que estemos aquí. Nos sentimos importantes para él», compartió, bajo las bromas del resto. Desatados desde primera hora, prepararon caretas con su amigo bizco y una pancarta con el mensaje 'Lukino Pepino Txapeldun (campeón)', además de una ikurriña.
Muchos de ellos terminaron optando por situarse en una pequeña colina próxima a la meta quizás ante la competencia de más de una decena de franceses, la mayoría familiares de la 'rider' Manon Petit Lenoir, que acabó cuarta al igual que Lucas Eguibar. Sus padres, Jerome y Jessica, se mostraron «nerviosos pero emocionados por una carrera con un recorrido tan corto, que la hace más disputada». «Esta vez no hace tan buen día como esperábamos, pero la cultura española se agradece mucho», esgrimió este matrimonio, que ya estuvo en Sierra Nevada por el Mundial de 2017 aunque esta vez también con el pequeño Charlie, hermano pequeño de Manon. Todos apreciaron que, a diferencia del resto de pruebas de Copa del Mundo, en la estación granadina sí se habilitase una grada para aficionados.
Entre las mujeres volvió a reinar en Sierra Nevada la británica Charlotte Bankes, que, a diferencia de Eguibar, sí pudo prolongar su idilio con la estación con una tercera conquista consecutiva tras las dos de 2023. En las montañas de Granada, además, ya ganó una medalla de plata en el Mundial júnior de 2012 y también subió al podio en los Campeonatos del Mundo absolutos de 2017. A ella la siguieron la checa Eva Adamczykova y la francesa Chloe Trespeuch, que aún lidera la Copa del Mundo.
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Como por su casa, porque lo es, iba de un lado para otro María José Rienda. «Es un día enorme no solo para Sierra Nevada sino para Andalucía, por este gran evento deportivo de características internacionales con los mejores 'riders' del mundo disfrutando de unas pistas que costó mucho preparar. La estación trabajó durísimo desde septiembre para poder ofrecer un circuito espectacular. Estamos muy contentos porque la nieve está mejor que nunca, para disfrutarla a lo grande», expresó la exesquiadora. También le dejó muy satisfecha la expectación alrededor de la prueba: «Los deportistas agradecen todo el apoyo que tienen aquí a su alrededor. Es un orgullo hacerles sentir como en casa en Sierra Nevada».
El temporal que amenazó Sierra Nevada desde antes de lo previsto, al poco de pasar del mediodía, condicionaron una primera Copa del Mundo marcada por las interrupciones debido a la falta de visibilidad que provocó la niebla, obligando a repintar la pista en una ocasión en plenos cuartos de final. Por momentos, los aficionados que poblaban las gradas dispuestas frente a la meta no pudieron ver a los 'riders' hasta los últimos metros ya del circuito sin poder tampoco seguir la retransmisión televisiva que ofrecía una pantalla gigante.
La meteorología mermó también la afluencia en un sábado que se esperaba de récord de la temporada aunque, finalmente, acabó con algo más de 12.000 personas en Sierra Nevada, que demostró seguir de dulce, en sus mejores días de la temporada pese a que el sábado acabara truncándose. Aun así, la expectación volvió a ser mayúscula al agotarse las plazas de párking subterráneo antes de las diez de la mañana, con largas colas en el acceso a la estación que aprovecharon vendedores ambulantes de trineos de plástico en los últimos kilómetros de carretera.
El perjuicio adicional del viento también provocó el cierre de remontes y pistas hasta pasar de los 76 kilómetros esquiables abiertos a los 10 con los que se cerró el sábado. De hecho, estaba previsto que la jornada acabase con un concierto de Alaska y Mario en Pradollano que tuvo que suspenderse al poco de iniciarse.
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