«He vivido el biatlón por el mundo»
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A sus 32 años y después de anunciar su retirada, Victoria Padial ya forma parte de la historia del deporte español. Se va un referente, para ganar a una futura descubridora de talentosLeyenda ·
A sus 32 años y después de anunciar su retirada, Victoria Padial ya forma parte de la historia del deporte español. Se va un referente, para ganar a una futura descubridora de talentosLunes, 28 de septiembre 2020, 00:34
Catorce años para la memoria. Para llenar las paredes de diplomas y las vitrinas de casa de trofeos. Pero también para colapsar la memoria de viejos y buenos recuerdos. Victoria Padial no llegó a vivir del biatlón, porque en España nadie pudo hacerlo, pero ... sí que ha vivido este deporte en medio mundo. Y eso, sumado a que ha conseguido triunfos para su país que la convierten en pionera y referente, hace que en la balanza pese más todo lo bueno vivido, y lo que viene, que los sinsabores que ya se quedan atrás.
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Porque a la granadina siempre le quedará la espina de saber qué hubiera pasado si tanto las federaciones como el CSD hubieran apostado un sólo céntimo al biatlón. A un deporte que engancha porque combina el esquí de fondo con el tiro de precisión. Una actividad que es pura adrenalina y concentración, y que por suerte a partir de ahora, podrá ser inculcada a los talentos del futuro porque Padial, además de decir adiós, aprovecha para anunciar que volverá como maestra de los bastones y la carabina.
Esta semana confirmó de forma oficial su retirada del deporte al que se ha dedicado durante los últimos catorce años. Ha puesto punto final a una carrera en la que brilla sobre todo aquella medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de Forni Avoltri (Italia) en 2013, además de las dos medallas de plata en persecución y sprint en el Campeonato de Europa de Nove Mesto en 2014 y el haber sido nueve veces campeona de España. Se marcha después de la friolera de 74 participaciones en pruebas de la Copa del Mundo, diez en Campeonatos de Europa y otros tantos mundiales. Estuvo en las Olimpiadas de Invierno de Vancouver 2010 y Sochi 2014. Hizo historia.
Dice que «tenía mucha ilusión puesta en el 2020», año que venía «con muchos proyectos». Pero después de pasar un año en blanco por una mononucleosis que no se detectó a tiempo, el confinamiento posterior le ha dado mucho en lo que pensar «y al final he tomado una decisión que ha sido bastante dura, pero firme», confirma.
En cuanto al proceso viral que pasó, fue detectado tarde por lo que Padial seguía entrenando sin encontrarle explicación a por qué estaba tan cansada. «Durante este tiempo me sobrecargué con los entrenamientos y claro, acabé estando realmente cansada», afirma. La línea era buena. Llegaban sus participaciones tanto de Copa como de Campeonato del Mundo, haciendo puntos para el equipo nacional. Pero el año se empieza a torcer después de que la IBU (International Biatlon Union) se planteara el organizar o no competiciones esta temporada, el hacerlo a partir de noviembre o el retrasarlas hasta enero por la Covid-19. Un parón demasiado largo para los deportistas que por desgracia no pueden vivir del que realmente es su trabajo.
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Ocurre a sus 32 años y pese a dedicarse en cuerpo y alma. Gestionar sus viajes, buscar sus propios patrocinadores, entrenar y posteriormente representar a su país en todo el mundo, con buenos resultados, Victoria Padial se retira sin haber podido cotizar un solo día a la Seguridad Social. Una situación que es insostenible y que tantos deportistas están soportando. «La verdad es que está siendo difícil porque no se nos ayuda a deportistas que tenemos más dificultades para vivir de nuestro deporte. Por eso nos hace replantearnos el tomar otros proyectos para seguir saliendo adelante», abunda.
Para Victoria, el biatlón «es un deporte fascinante». Pero después de muchos años representando a España, «sin apenas ayudas», después de muchas reuniones con la Federación «para intentar incentivar esa participación por parte de ellos, sin un equipo, sin una estructura fija, sin nada». «Es desolador», explica. Porque precisamente esa falta de ayuda de las altas instancias del deporte nacional ha sido el detonante para que se vaya una gran deportista. «Después de tantos años de buenos resultados, ganando medallas históricas para el biatlón español que no se habían conseguido antes… Teniendo esas respuestas –por parte de la Real Federación Española de Deportes de Invierno– negativas o silencios, que es lo más incómodo porque es lo que más incertidumbre te crea. Ahora, la gente lo vive con la pandemia. No sabes qué pasará mañana con tu futuro. Pues así llevo yo viviendo todos estos años, buscando patrocinadores privados, esperando respuestas de la Federación que no llegaban… Es una situación muy incómoda, vivir siempre a la espera de una respuesta que acaba por desilusionarte. Que acaba con tus grandes retos, con tu estado de forma», alega, lejos de un tono totalmente resignado, pero con un toque de enfado, también de esperanza.
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Para eso, España necesita una ley que los ampare a todos. «Yo me he dedicado en cuerpo y alma estando al cien por cien, todo el día orientado a mejorar mi rendimiento, organizar viajes, entrenamientos, prepararme a tope física y psicológicamente, para que después no te quede nada. Ni un sustento para vivir económicamente», se queja.
Aunque, por suerte, la balanza se sigue desequilibrando para el otro lado: «Me llevo una gran experiencia. He vivido el biatlón por el mundo, he viajado, he acercado un deporte fascinante a más españoles que aunque no tengamos una gran cultura, cada año vemos a más gente practicarlo, porque es un deporte muy adictivo. Pero sí que es desolador, porque lo dejo con 32 años, sin haber cotizado ni un solo día como deportista profesional. Y para mí esto ha sido un trabajo realizado con mucha pasión y en el que he representado a mi país».
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Y sabe que ahora es el momento de empezar a trasladar a las nuevas generaciones todo lo aprendido por el camino. El objetivo es seguir vinculada al biatlón, «es mi vida y mi pasión y voy a seguir dedicándome a este deporte». «Creo que hay que hacerlo desde la base. Estamos lanzando un proyecto que se llama biathlón-fit. Y se trata de hacerlo con carabina láser y zapatillas de deporte, con circuitos muy divertidos con saltos, con pruebas de coordinación de agilidad. Creo que esa combinación de llegar con el impulso a tope y ponerte a disparar, puede ser algo muy divertido. Y vendrá acompañado de una aplicación móvil, de una liga nacional… algo muy ambicioso que creo que puede crear cantera y nos puede ayudar a crear un futuro equipo nacional de biathlón, pero hay que empezar por la base», egrime. Por los cimientos.
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