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Juan de Dios García fundó la empresa O-MED en 2004 con un sueño claro: producir su propio aceite de oliva virgen extra. Desde su infancia en Cambil (Jaén) vivió rodeado de olivos y aprendió a amar este cultivo. Hasta hace 20 años, ese momento ... en que pusieron en marcha su propio negocio, la familia solo había estado en contacto con el olivar, pero él siempre tuvo la ilusión de dar un paso más. Cuando surgió la oportunidad de adquirir una almazara familiar en Granada, no lo dudó. Esa oportunidad la encontró en la comarca del Temple de Granada, en un pueblo que se llama Ácula, perteneciente a Ventas de Huelma.
Tras dos décadas, Juan de Dios y Paula García, los hijos, destacan que tienen el «privilegio de continuar con ello». Mantienen su legado, ahora que él no está y lo miman para que siga creciendo. Actualmente cuentan con unas 200 hectáreas de olivar y se dedican a producir un aceite de oliva de la «más alta calidad». Subrayan que para ellos esta almazara «es más que un negocio, es un proyecto familiar lleno de pasión, trabajo y respeto por la tierra y el olivar». 'O' de oliva –y en inglés 'olive oil'– y 'med' de mediterráneo. Han aunado las bondades de lo que les rodea en su nombre y en su gestión.
Su padre les trasladó la pasión por el aceite de oliva virgen extra desde pequeños. Esta nueva generación lo está plasmando en su producto y buscando ser algo más en la oferta turística donde están enclavados. O-MED no es el primer negocio de esta familia. «Nuestro padre era farmacéutico y nosotros seguimos sus pasos en ese campo –los dos hijos también estudiaron Farmacia–. Ya gestionábamos una farmacia cuando se decidió a comprar la almazara y ya contábamos con conocimientos sobre la importancia de la calidad. Nosotros concebimos el virgen extra como un producto natural de tal importancia que debería venderse en todas las farmacias», valoran Juan de Dios y Paula.
O-MED es una empresa familiar en la que sus dueños están muy involucrados con cada etapa del proceso, desde el olivar hasta la comercialización del propio aceite. Fundamentalmente, en su almazara se muelen las aceitunas de su propia finca, lo que les permite tener un control total sobre la calidad del producto final. «Esto también significa que somos nosotros quienes decidimos el momento exacto de la cosecha, lo cual es fundamental para garantizar que nuestras aceitunas se recojan en su punto óptimo, maximizando la calidad de nuestros aceites. Cuidamos de cada detalle para obtener la excelencia en todos nuestros zumos», añaden.
Principalmente cultivan dos variedades, arbequina y picual. Una primera variedad más afrutada y una segunda mucho más intensa. La exportación es clave para esta pyme. Actualmente, su aceite está presente en más de 40 países, en los cinco continentes. En América, Estados Unidos es uno de sus mercados principales, mientras que en Oceanía incluyen Australia y Nueva Zelanda como lugares importantes para exportar. «Para nosotros, es un orgullo que nuestros productos lleguen tan lejos, ya que cada nueva región en la que estamos presentes representa una oportunidad para compartir la cultura del aceite de oliva virgen extra con más personas. Este es uno de nuestros objetivos», resaltan.
En O-MED, la innovación es uno de sus pilares fundamentales. Buscan mejorar constantemente tanto en el aspecto técnico dentro de la almazara, optimizando maquinaria y procesos, como en la creación de productos que sorprendan y aporten algo nuevo al mercado.
Un ejemplo de ello es «nuestra línea de productos 'Pecaditos', donde nos permitimos explorar sabores, como con nuestro aceite de yuzu, un fruto japonés híbrido entre mandarina y limón, o nuestro aceite ahumado, en el que utilizamos los propios huesos de aceituna para el proceso de ahumado», describen. Participan en proyectos como el de 'olivares vivos', que se basa en la recuperación de la biodiversidad en los olivares. La idea es que el olivar no solo sea una fuente de producción, sino también un espacio en el que coexisten numerosas especies. «En O-MED, nos unimos a este proyecto porque creemos en un modelo de agricultura sostenible, con el que encontrar el equilibrio entre el medio ambiente y la producción de alta calidad. Para nosotros la sostenibilidad es uno de nuestros pilares, no solo en las fincas, formando parte de este proyecto, sino también en la almazara», exponen los hermanos.
En la línea de lo anterior, reformaron en 2020 su almazara con un enfoque claro en la sostenibilidad y en la apertura al público. Lo hicieron para crear un espacio que respetara el medio ambiente e incorporaron elementos sostenibles como exutorios que permiten la climatización autónoma del edificio, un sistema de recogida de aguas pluviales, paneles solares, y un sistema de calefacción a base de pellet que aprovecha el hueso de aceituna.
Además de ser un edificio inteligente en este aspecto, la almazara está diseñada para «compartir nuestra pasión por el aceite de oliva virgen extra con todo el mundo». Para ello «crearon espacios desde los que los visitantes pueden observar cada fase del proceso, desde la llegada de la aceituna hasta su transformación en aceite. Al final del recorrido, cuentan con un espacio especial para catas y eventos, donde «profundizamos compartiendo nuestra forma de entender el aceite y todo lo que envuelve».
Los hermanos Juan de Dios y Paula detallan que su proyecto más importante en esta etapa es el de desarrollar el oleoturismo. «Nace con el propósito de crear una experiencia completamente inmersiva en el mundo del aceite de oliva virgen extra, bajo nuestro lema, el 'del olivar al plato'. Queremos que cada visitante no solo conozca nuestras instalaciones, sino que se sienta parte de la cultura del aceite de oliva virgen extra, entendiendo a fondo su valor y su impacto en nuestra gastronomía y tradición», describen.
Por último, apuntan que han diseñado una amplia variedad de experiencias, desde visitas guiadas con cata hasta experiencias gastronómicas más completas, como maridajes de quesos y aceites, o incluso actividades inmersivas como «cosechero por un día». Son solo algunas pinceladas de todo lo que ofrecen. «Cada actividad está diseñada para que los visitantes se sientan parte activa del proceso y puedan llevarse con ellos mucho más que una visita», relatan para animar a visitarlos.
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