La familia Castilla, con el fundador, Diego Castilla, en el centro. Pepe Marín

Sagas empresariales

La empresa de Granada que pasó de la Vespa a los vehículos de alta gama

Avanti ·

Diego Castilla Prados comenzó el negocio familiar, en la década de los setenta, con motocicletas y en la actualidad son distribuidores de varias marcas del sector de la automoción

Andrea G. Parra

Granada

Domingo, 12 de mayo 2024, 23:06

SOBRE ruedas. Primero dos y después cuatro. No es una expresión hecha usada por casualidad. En Avanti Motors lo saben bien. Sobre todo el «jefe» Diego Castilla Prados. Alejandro y Diego Castilla Rodríguez están al frente de este negocio familiar, pero su padre es el ... alma mater de esta firma que tiene sus raíces en la década de los setenta del siglo pasado sobre las dos ruedas de una Vespa primero y después de miles.

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La empresa echó a rodar a finales de los setenta como concesionario Vespa en Granada. Además, representaba inicialmente a Moto Guzzi y Ossa. Castilla Prados, que trabajaba en el sector, dio el paso y se introdujo en la distribución.

El fundador dedicaba 'más de veinticuatro horas al día' para que todo arrancara, creciera y se profesionalizara. Lo hizo con trabajo, constancia y «una pasión absoluta por los buenos resultados». La competencia en el mercado de las motocicletas era intensa, y Avanti Motors se esforzó por diferenciarse y ganarse la confianza de sus clientes. Y así sucedió. Con una combinación de «calidad excepcional, servicio al cliente personalizado y una sólida pasión por la industria» fue como, según rememoran lo herederos de ese «jefe», como llaman los hermanos Castilla Rodríguez a su padre, la empresa comenzó a ganar reconocimiento y a forjar su reputación.

Primera sede.

El inicio de las operaciones fue en el Camino de Ronda, y tras un breve periodo se mudaron al número 63 de esa calle donde durante mucho tiempo estuvo la Casa Vespa. Esas instalaciones fueron visitadas por miles de granadinos, que compraron allí sus vespas y vespinos. Según recuerda la segunda generación, Alejandro y Diego Castilla, en aquellos tiempos llegaron a vender en un año en la provincia, a través de una extensa red de agentes en todos los pueblos, hasta 4.000 motos y ciclomotores. Otras marcas como Yamaha, Aprilia, Mecatecno, entre otras, fueron representadas, pero Vespa (más tarde Piaggio) fue el origen de todo.

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Todo el proceso de venta de esos años se basaba en una estrecha colaboración con una red de agentes de todos los pueblos de la provincia. Más de 80 talleres pequeños y tiendas de motos daban soporte a la actividad comercial y vendían motos en todos los rincones de la provincia.

La pasión por estos vehículos y el oficio era muy destacada. Así, basado en esa estrategia de la empresa, se fundó el Vespa Club, una agrupación cuyo objeto era el realizar actividades con los clientes en toda la provincia. Hicieron múltiples actividades, pero destacó la primera expedición de vespas y vespinos a Capileira, con más de 1.000 inscritos, quienes en sus motos y ciclomotores disfrutaron de aquel hermanamiento con motoristas de todo el territorio provincial. Hubo premios para todos, pero es digno de mención la cuchara de madera al último clasificado, quien a pesar de todo consiguió llegar a la meta a lomos de su Vespino GL.

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De la misma manera, esa extensa red de agentes de todos los pueblos de la provincia tuvo la oportunidad de ir a Italia en un viaje organizado a conocer las instalaciones de Vespa en su país de origen, así como de realizar otras actividades relacionadas con el negocio (visitas al salón del automóvil y la motocicleta de Barcelona) y lúdicas (viajes de hermanamiento a Marruecos).

Con el Club Vespa Club realizaron actividades con los clientes en toda la provincia

Con posterioridad, durante la década de los ochenta, tras viajes profesionales a Canarias, donde no existía limitación a la importación de producto japonés, Diego Castilla descubrió que Mitsubishi estaba por delante en tecnología, diseño y prestaciones a casi todas las marcas tradicionales que se vendían en la península. A partir de ese momento inició una búsqueda pormenorizada de la distribución de esta marca en España; esperando a que la misma se decidiera y pudiera por normativa entrar en península. Estaba a punto de iniciarse una nueva etapa. Cuando eso ocurrió, cuando consiguió que el equipo de Mitsubishi confiara en el proyecto, inició el salto a los vehículos de cuatro ruedas. Era el año 1989. Fue para la empresa familiar una época «dorada», con una enorme demanda de vehículos como el Montero, un ícono de los noventa, que se convirtió en el producto referencia de muchos conductores.

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Antigua sede.

Después llegó Galloper dentro del propio grupo, que también representó un «enorme empujón» hacia el éxito. «Podemos decir que todo ello fue la base de lo que actualmente somos, con todas las marcas del grupo (Mitsubishi, Kia, Mazda, MG, Isuzu y Maxus)», describen los hijos de Diego Castilla.

Aquella transición marcó un punto de inflexión en Avanti Motors. Con su experiencia en el mundo de las motocicletas y una mentalidad de innovación constante, el negocio aplicó los mismos estándares de calidad y rendimiento a sus nuevos productos. A través de «una selección cuidadosa de fabricantes y modelos», se consolidó «rápidamente» como un actor importante en el sector automotriz.

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En la actualidad hay un equipo de más de 120 personas en esta compañía, que «son la clave de que la empresa funcione. Ellos son el mayor activo de nuestra organización». Los hermanos Castilla no dudan en elogiar a sus trabajadores y «su implicación, capacidad, visión así como desempeño. Es lo que nos lleva a conseguir unos resultados inmejorables, con más de 3.000 unidades vendidas en el año 2023, principalmente en Granada, pero también en otros mercados y canales». Defienden que «nuestro foco en el cliente y en su satisfacción como motor de la sostenibilidad, nos permite mantenernos e ir mejorando año a año».

Actúan desde Granada, Motril y colaboran en Baza y Guadix con «grandes profesionales locales, lo que nos permite tener una capilaridad completa en la provincia». En Granada está en la avenida de Andalucía, polígono Fatinafar. Cuentan, además de las propias webs oficiales de cada marca, con soportes tecnológicos para llegar a sus clientes.

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A la pregunta sobre la gestión del trabajo en un negocio familiar como el suyo, la respuesta: «El relevo generacional ha sido sencillo y trabajar en familia no supone problema alguno, al revés, es lo que alimenta el desarrollo y crecimiento de cada uno. Nos encanta ser convencidos por las opiniones de otros que nos permitan tener una mejor visión y tomar mejores decisiones. Si bien la familia es la base del negocio, consideramos que todos los miembros de la empresa somos una gran familia en la que debemos combinar los valores relacionados con el trabajo con los valores personales, que nos permiten conectar mejor entre nosotros».

«Trabajar en familia no supone problema, al revés, alimenta el desarrollo»

Los retos, en este mundo globalizado y en donde los viajes a Canarias se hacen ahora a China y otros países, son muchos para esta nueva generación de empresarios. Los describen y resumen así: «Poner el foco en la sostenibilidad, tomar decisiones escuchando a las personas que nos rodean y enriquecen, trabajar y dejar trabajar, ser constantes en nuestras decisiones y en la implicación de todos, disfrutando de lo que hacemos, son las claves fundamentales para que estemos donde estamos y para que sigamos creciendo hacia un futuro que nos va a deparar muchos éxitos y alegrías».

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Apuesta, de nuevo esta familia, por la innovación y dar respuesta a las tendencias. Lo hacen con marcas asentadas como Kia, que fue en su día desconocida, pero que el año 2023 se convirtió en la segunda marca preferida por los granadinos (uno de cada 10 granadinos que compró un vehículo nuevo se decidió por un Kia), a la vez que ha concedido a ARM Motor el galardón al mejor concesionario de España.

Igualmente, la nueva apuesta del grupo es MG, que fue una marca adelantada a su tiempo desde sus inicios bajo el nombre de Morris Garage, fundada en 1924 en Inglaterra. Ahora, una nueva generación puede elegir un automóvil «renovado y eléctrico». Son solo algunos ejemplos del trabajo de la familia Castilla, que sigue su carrera empresarial en la automoción con acierto.

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