![La familia que habla el lenguaje de las flores](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2025/02/06/Caladium-web-gris-k80C-U230781122428qcE-1200x672@Ideal.png)
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Dicen que no se puede dejar de mirar. Los amantes de las flores encuentran algo nuevo siempre. Hay un millar de variaciones de caladium bicolor. Caladium es un género de plantas con flores de la familia araceae. Y también da nombre al negocio familiar de los Muñoz Maldonado y Castillo Olmo. Un detalle más, el nombre de Caladium se debe a la floristería que «visitamos en nuestra época de estudiantes, que así se llamaba y se sigue llamando en la actualidad, ubicada en la ciudad de Úbeda». Y la ubicada en Granada. Están hermanadas, por el nombre, por esta planta.
La tienda familiar Caladium comenzó su andadura en la capital granadina en el año 1985, en el mismo lugar donde se encuentra ubicada en la actualidad. En la calle Tejeiro, 29. El negocio lo inició Emilio Muñoz Maldonado, autónomo y único trabajador en la tienda, pasado un tiempo se incorporó su mujer, María Castillo Olmo. Allí siguen, eso sí con sus hijos ahora al frente. Han participado de los momentos más felices de miles de granadinos, en nacimientos, bodas y otros muchos eventos de alegría. También algunos tristes.
Empezaron a vender a clientes del barrio que poco a poco fueron conociéndolos. En los comienzos solo trabajaron con plantas ornamentales ya que desconocían las técnicas básicas para elaborar composiciones florales. «En cambio sí que teníamos bastantes conocimientos en lo que se refiere a todo tipo de plantas ornamentales, fuimos muy aficionados a ellas desde muy jóvenes. Cuando estudiábamos, durante los recreos, casi todos los días hacíamos una pequeña escapada a una floristería que había frente al colegio», recuerda María Castillo.
Aquella pasión por las plantas no quedó en el olvido. Pasaron de trabajar en una academia impartiendo clases de francés y otras materias, a montar, su negocio.
«Fue del tirón, nos gustaba mucho este sector». María recuerda, que al poco tiempo comenzaron a formarse en diferentes escuelas nacionales y en la escuela andaluza para introducir las flores y poder realizar composiciones con la técnica adecuada. A partir de ese momento y hasta el día de hoy, el negocio «sigue su ritmo» y ha ido evolucionando según las tendencias de cada época. «Nunca dejamos de lado la formación, consideramos que no podíamos quedarnos estancados con los conocimientos de antaño y seguimos innovando para tener un negocio que fuera siempre actual», destaca María Castillo.
«Emilio y María, nuestros hijos, empezaron a colaborar en el negocio en el año 2007 y como no podía ser de otra manera, comenzaron su formación para llegar a ser buenos profesionales floristas», apunta Castillo. Hace dos años y medio se produjo el relevo generacional y fue de la manera «más sencilla y natural y sin ningún tipo de trauma ya que conocen perfectamente el funcionamiento y las necesidades del negocio». «En cuanto a nosotros, los fundadores, nos seguimos sintiendo parte de todo, ya que para nosotros sigue siendo como si nada hubiera cambiado, aunque ¡vaya si ha cambiado!, sobre todo en la gestión, actualmente las nuevas tecnologías ayudan, mucho y aunque nosotros las introducimos hace años, ellos se desenvuelven mucho mejor.
Nuestros principios eran todo papel y lápiz, bloc para los encargos, bloc para facturación y bloc de anillas para archivar, ¡muchas cuentas teníamos que hacer!», rememora. En la actualidad Caladium cuenta con siete empleados, realizan todo tipo de arreglos florales y están presentes en los eventos donde les requieren. Siguen contando con una selecta exposición de planta ornamental. En cuanto a la flor cortada intentan tener la máxima y más novedosa variedad para satisfacer el gusto y las necesidades de cada cliente.
Cada historia de María es una lección relacionada con las floristerías. «En las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado (parece mentira), las composiciones florales se caracterizaban por ser trabajos muy compactos y con poca variedad de flores (margarita, clavel, gladiolo lilium, algunas rosas…), apenas se tenían en cuenta los volúmenes, los materiales verdes apenas eran significativos, se puede decir que eran trabajos algo abigarrados. En torno al año 2000 se empezó a tener muy en cuenta el color, los volúmenes, se fueron incorporando distintos tipos de verdes y otros complementos como telas, materiales secos, bayas, bisutería, etcétera», describe.
En la actualidad, «se tiene muy en cuenta la técnica, los trabajos florales son más sueltos, la flor necesita su espacio para lucir más y los complementos ayudan a obtener un trabajo de apariencia ligera y armoniosa. En nuestro trabajo lo más difícil de gestionar, tal vez sea la clientela, nosotros tenemos que captar la idea de lo que necesita y el cliente acoger el estilo de trabajo que tiene nuestra empresa, eso se va consiguiendo poco a poco con la confianza que el cliente va depositando en nosotros después del trabajo pedagógico que con mucha constancia y paciencia, se realiza para que sea conocedor del producto que adquiere. Hoy en día hacemos gala de esa educación que la mayoría de nuestros clientes han adquirido en cuanto al conocimiento de flor cortada y en el cuidado y mantenimiento de las plantas».
Tras cuatro décadas, que cumplen este 2025, el objetivo de este negocio es «crecer día a día como lo venimos haciendo y mantener una clientela satisfecha y fiel como hasta ahora. Como siempre decimos, lo mejor de Caladium son sus clientes, gracias a ellos hemos conseguido el objetivo que en el año 1985 nos propusimos».
María, muy conocida en el sector del comercio en la capital, tiene mil y una anécdotas en su tienda. Muchas de ellas despiertan una sonrisa tal como las relata ella: «Una de las que más recordamos y además con mucho cariño fue en época de Navidad hace muchos años: Una señora entra en la tienda y pregunta: ¿tienen ustedes nochebuenos? (por entonces se vendían unas tortas que se llamaban así) y le contestamos: «No, aquí no es, vaya usted a la panadería que hay en la otra calle», y pasados unos minutos vuelve y nos dice: «pero si yo lo que quiero es un «nochebueno de estos» señalando a la flor de pascua típica en Navidad, fue simpático el momento y todos reímos, incluida la señora».
Con mucho cariño rememora otra. «En otra ocasión un chico joven quería comprar un bonsái pequeño, después de venir en bastantes ocasiones y de haberle explicado los cuidados al menos seis o siete veces en distintos días, vino decidido a llevárselo. Su pregunta rutinaria era ¿Y si se me muere? Y como era de esperar en el momento de la compra lo volvió a preguntar. Emilio sintiéndose ya impotente al llevar varios días con la misma cantinela le dijo en tono jocoso: «Me puedo morir yo, también tú, tu tía, tu abuela… y yo» viendo la situación le dije: «Para ya, que le vas a enterrar a toda la familia», acto seguido dice Emilio: Y ahora me voy a tomar un café. A mí me dio risa nerviosa y me metí en el baño dejando al chico solo, delante del mostrador mirando el arbolito, lo peor de todo es que yo reía a carcajadas y no podía salir. Cuando ya pude hacerlo, pero algo apurada volví, le pedí disculpas y realicé la venta después de explicarle que de quien me reía era de mi marido»..
1985 Inicio
Nace Caladium
2000 Récord
Caladium participa en la elaboración del ramo 'Guinness World récords'
2022 Premio
Caladium gana el primer premio de escaparates de Navidad por el Ayuntamiento de Granada
En su libro particular está también ocasión en que «enviamos a nuestro repartidor a llevar un ramo a un organismo oficial y no se le ocurre otra cosa que pedirle el DNI al agente que custodiaba la entrada. Desde luego, el día anterior se lo pidió al párroco de una iglesia , os podéis imaginar la reacción de ambos (jajaja)». «En tantos años ha pasado de todo, por suerte muchas más simpáticas que desagradables», cuenta.
La familia acumula varios reconocimientos por su trabajo. En el año 2016 fueron premiados por el Ayuntamiento con el segundo premio de escaparates de Navidad, en 2018 con el primer premio y en el 2022 también con el primer premio. En el año 2000 tuvieron la gran oportunidad de participar en la elaboración del ramo 'Guinness World récords' en Cádiz, una experiencia «inolvidable» de la mano de la Escuela Andaluza de Arte floral. En junio de 1994 fueron galardonados con el premio Máster de popularidad, acto que «recordamos con mucho cariño, fue cubierto por el Diario Ideal».
Sus actividades han sido muchas y muy variadas a lo largo de estos cuarenta años, sería casi «imposible» enumerarlas todas: Encuentros con floristas en varios países, entre ellos en Portugal, Alemania, Holanda, en distintos puntos de España; participación activa en la organización del homenaje a Ángel Ganivet con motivo del centenario de su muerte; homenaje a Carlos Cano con la colaboración del Ayuntamiento y otras organizaciones (Abril para vivir), organización de distintos y variados cursos de arte floral y participación en ellos. Son solo unos ejemplos entre un listado muy amplio. Son las flores y plantas siempre de protagonistas.
Por último, María recuerda que la primera inversión que «hicimos en plantas para abrir la tienda fue de 36.000 pesetas. Si no me equivoco ahora serían 216 euros». Ha cambiado todo, pero el amor por las plantas y flores de esta familia sigue igual o más.
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Inés Gallastegui | Granada
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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