De padre a hijo

Vergara: la firma tras 50 años de fotos de bodas en Granada

Jesús Vergara, que llegó a fotografiar a 340 novias al año, es toda una institución y un maestro de fotógrafos. La segunda generación sigue el legado

Andrea G. Parra

Granada

Domingo, 22 de septiembre 2024

La cámara de fotos ha sido una extensión del cuerpo de los Vergara. Los mejores recuerdos, los momentos más emotivos de miles de granadinos los han captado, y lo sigue haciendo el hijo, a través de su objetivo. La historia de Fotografía Jesús Vergara comienza ... en 1971, aunque la relación de Jesús Vergara Hurtado con este oficio fue anterior. Un detalle: en la década de los ochenta llegó a hacer hasta 340 bodas al año en Granada. Tanto el padre como el hijo, Jesús Vergara Molina, han impartido talleres y su saber por toda España y también en el extranjero.

Publicidad

La empresa la inició Jesús Vergara padre. Con solo 14 años entró a trabajar en Fotografía Mesa, el estudio donde encontró a su primer maestro. En la casa de los Vergara eran siete hermanos y en aquella época de posguerra no había muchos medios, por lo que los niños no tenían más remedio que trabajar desde bien temprano para poder ayudar económicamente a sostener la casa, recuerda la familia. Cuando entró a aquella empresa descubrió un mundo que era desconocido para él, ya que nadie de su familia tenía relación con la fotografía, y que le apasionó de inmediato.

Fue en 1971 cuando abrió su propio estudio en la calle Puentezuelas, donde permaneció hasta 2018, que se mudaron a Melchor Almagro. En Puentezuelas desarrolló todo tipo de trabajos, pero sobre todo fotografía infantil, comuniones y bodas. Pronto este granadino creó su propio estilo bien definido y que lo convirtió en un referente no solo en la provincia sino en todo el territorio nacional. Impartió seminarios por todo el país para fotógrafos profesionales. Y, también lo hizo en otros países como Francia, Portugal y Alemania.

Los Vergara han sido, y lo siguen siendo, unos maestros. Y también una institución, las dos generaciones, en esta capital con proyecciones a otras ciudades. Han inmortalizado momentos únicos.

Han sumado años de muchísimo trabajo donde generaciones de familias pasaban por el estudio de Puentezuelas para reflejar con la imagen la historia y los recuerdos de los momentos más especiales de sus vidas desde los bautizos, los primeros pasos de los niños, las navidades, primeras comuniones y adolescencia hasta las bodas. No solo eran los eventos, también esos instantes que marcan la vida.

Publicidad

Al estudio no iban solo las familias. Los Vergara han sido elegidos por profesionales cualificados para que los fotografiaran. Han retratado a en el ejercicio de su profesión y en imágenes que utilizaban en sus oficios. Lo hicieron con médicos, abogados, notarios, arquitectos, jueces, fiscales, forenses, catedráticos, ingenieros, maestros, escultores, pintores, escritores, profesores y artesanos, entre otros. «Confiaron en nosotros para la realización de sus trabajos e inmortalizar momentos únicos», rememoran.

«Hemos logrado un estilo propio, que alguien vea una foto y diga es de Vergara»

Lo mismo hicieron, acudir a ellos, todo tipo de empresas de todos los sectores no solo de Granada, también de toda España. «Recuerdo de pequeño ver largas colas de gente que salían por el pasillo en épocas de comuniones y navidades para fotografiar a sus hijos», relata Jesús Vergara hijos. «Mi padre me contaba que había años que se hacían 340 bodas, tenía un equipo de seis personas y yo que trabajaban con él para poder cubrir esas bodas», describe. Al mismo tiempo, puntualiza que las bodas de antes no eran como las de ahora. Solo se hacían fotos en casa de la novia, la iglesia y luego fotos de pareja en algún jardín.

Publicidad

Las cinco y las seis

Fue años después cuando empezaron a hacer los retratos en casa de los novios y en el cóctel de bienvenida. «Me contaba que él entraba en la iglesia de San Juan de Dios y hacía la boda de las cinco, de las seis, de las siete y de las ocho. Y, los que trabajábamos con él les hacíamos las casas y fotos de pareja. Fueron años de muchísimo volumen de trabajo. Hablamos de los ochenta y noventa hasta primeros del dos mil donde ya solo hacíamos bodas él y yo. Bajó muchísimo el número de bodas pero yo me sentía más cómodo con el trabajo que pudiéramos hacer los dos», reflexiona. Jesús Vergara hijo empezó a trabajar con 16 años en el estudio familiar, en 1991. Estudiaba y trabajaba a la vez y ya cuando terminó bachiller, se fue a la mili y volvió, se dedicó de lleno al estudio de fotografía. Al principio trabajaba con negativos y después afrontó la transformación al formato digital.

La era digital

«Mi gran suerte fue, primero, tener al maestro que tuve y pasar por lo analógico; y segundo, no parar de formarme para lo que denominamos la era digital. A partir de entonces fue cuando empecé a desarrollar mi propio estilo donde la base de mi fotografía es la que heredé de mi padre, pero fui desarrollándola hasta llegar al estilo actual y conseguir afianzar el estilo que hoy día tengo», explica.

Publicidad

A su juicio la formación en esta profesión es «indispensable ya que todo cambia de manera muy rápida y hay que aprovechar todas las herramientas que tenemos disponibles a nuestra alcance e ir adaptándonos a las nuevas tendencias, pero sin perder la base de nuestra fotografía».

Las claves del éxito para él son no parar de formarse y ser honesto en su trabajo. «Pero lo más importante es amar lo que haces, intentar mejorar día a día, sentir de manera única lo que haces e intentar dar todo lo que tienes en cada trabajo, el éxito es ver a tus clientes volver año tras año; eso para mí es el verdadero éxito», reflexiona.

Publicidad

Referente a lo económico, detalla que hoy día el volumen de trabajo no es el que había antes y la inversión es continua, cámaras nuevas cada dos o tres años, objetivos, ordenadores, impresoras, etcétera. «Eso es lo más difícil de gestionar», señala mientras lamenta que «hoy día en esta profesión, como en muchas otras, tenemos mucha competencia desleal donde trabajan sin darse de alta; y no puedes competir con los precios que tienen, pero sí puedes luchar con tu buen hacer. Aunque no todo el mundo valora un buen trabajo y dan prioridad a lo económico».

Define su trabajo como una fotografía con una base clásica. Indica que intenta que sea elegante, pero sobre todo cuida muchísimo los detalles, tiene un aire vintage y unos tonos pastel son la base de su estilo. «Me ha costado muchísimo trabajo, pero creo que al final, después de mucho esfuerzo, lo he logrado; que cuando alguien ve una fotografía diga esa fotografía es de Vergara y sean capaces de identificarla con solo verla», expone.

Noticia Patrocinada

Vergara acumula varios premios y reconocimientos. En ese listado está el de fotógrafo distinguido de Federación Española de Fotografía e Imagen (FEPFI); maestro fotógrafo de FEPFI, premio a la calidad fotográfica otorgado por FEPFI, certificado de calidad europea otorgado por la Federación Fotográfica Europea; ganador premio nacional de fotografía en el apartado de Comunión; entre otras muchas menciones y galardones nacionales, europeos, autonómicos y locales. Ha formado parte dos veces en el año 2013 y 2021 del equipo español formado por ocho fotógrafos de distintos apartados para representar a España en la WPC (World Photographic Cup) copa del mundo de fotografía.

También ha impartido workshop por muchas ciudades de España como Granada, Almería, Cádiz; Valencia, Castellón, Valladolid, Bilbao, Jaén, entre otras.

Los Vergara están presentes en miles de casas de granadinos que han sido fotografiados por ellos. También en empresas. Lo han hecho con una colección de cámaras incontables, ya que confiesan que tienen tantas que no sabrían calcular el número.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad