
El pequeño huérfano de Granada que creó un gran negocio joyero
Segunda generación ·
El empresario Félix Jiménez Checa, criado en el Hogar de San José, levantó desde la nada una de las joyerías más emblemáticas de GranadaSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Segunda generación ·
El empresario Félix Jiménez Checa, criado en el Hogar de San José, levantó desde la nada una de las joyerías más emblemáticas de GranadaCriado en el orfanato de San José tras la muerte de sus padres, Félix Jiménez Checa no lo tuvo fácil en su infancia, pero sacó ... de las dificultades el empuje para salir adelante y de la escasez la fuerza para montar su propio negocio, la joyería San Eloy, una empresa que se ha ido transformando, pero que más de setenta años después, sigue siendo un referente en Granada. La historia empresarial de Félix Jiménez Checa empezó en mayo de 1952 con la apertura de la joyería Jiménez Reyes en la calle Salamanca de la mano de un socio inicial, Reyes, al que luego le compró su parte.
En diciembre de 1963 abrió la joyería San Eloy en su primer emplazamiento en el número 7 de la calle Reyes Católicos. Al año siguiente inauguraba la Joyería Feisol en la Acera del Darro y al siguiente, en 1965, la joyería Ganivet en la calle del mismo nombre. Antes de emprender sus propios negocios, Félix Jiménez Checa empezó en una tienda haciendo cerámica y de ahí pasó a la Joyería Regente. Félix Jiménez Checa trabajó anteriormente en un taller de joyería y orfebrería donde conoció a su socio Reyes, que era mayor que él y tenía más solvencia económica, y lo convenció para iniciar un negocio junto. Jiménez Checa llegó a tener cuatro joyerías a la vez en Granada. Finalmente se quedó solo con San Eloy, una sociedad que data del año 1952.
Esos fueron los inicios empresariales. Los de vida fueron mucho más duros. Los recuerda su hijo menor, ahora al frente de San Eloy, que se llama Félix Jiménez Muñoz-Cobo. «Mi padre vivió una vida muy humilde, ya que perdió a sus padres cuando era muy pequeño y no guardaba recuerdo de ellos. Se crió entre su abuela y el orfanato El Hogar de San José, ubicado al principio en el Albaicín, junto a su hermano Salvador. Después fue becado para estudiar en los Jesuitas junto a su hermano también, pero no estuvieron mucho tiempo, ya que no tenía vocación religiosa. También tenía una hermana menor, Trinidad, que se fue a vivir con unos familiares», rememora.
Tristemente, su hermano Salvador murió a los 18 años de tuberculosis. «Por tanto, podemos decir que mi padre siempre ha sido un superviviente y una persona hecha a sí misma, que logró grandes éxitos desde la nada y sin un sustento o respaldo familiar o económico», ensalza Félix Jiménez Muñoz-Cobo el mérito de su progenitor.
Al principio, Jiménez Checa vendía joyería de plata, de oro, cubertería de alpaca y plata, orfebrería, relojes de sobremesa, guarniciones para las casas y posteriormente ya diferentes marcas de relojería. Joyería San Eloy fue concesionario único oficial Rolex en Granada hasta 2022.
San Eloy está gestionada hace años por la segunda generación. Concretamente por Jiménez Muñoz-Cobo, el pequeño de cuatro hermanos con mucha diferencia de edad. «Yo soy del segundo matrimonio de mi padre», explica.
«El relevo generacional se produjo tras el fallecimiento de nuestro padre en 2006. En ese momento yo tenía 18 años e iniciaba mis estudios universitarios, por tanto, mi hermana Marisol y Clara se hicieron cargo como administradoras mancomunadas hasta que yo terminé los estudios y me incorporé en 2012 a la empresa como administrador mancomunado con Clara. Desde 2016 hasta hoy continúo como administrador único de la sociedad», relata. Cuenta que tienen además otro hermano que en su momento trabajó con su padre durante un tiempo en la joyería, Félix Salvador, «aunque le llamamos Fico». «Por tanto, somos por orden de edad María Soledad Jiménez López, la mayor, Clara Jiménez López y Félix Salvador Jiménez López de la misma edad, y por último yo», describe el benjamín de la saga, Félix Jiménez Muñoz-Cobo, que tiene 37 años.
La tienda actual está en Reyes Católicos 8, en esta ubicación están desde 2011 y en 2016 se cerró la antigua ubicación de calle Reyes Católicos 7. Fue debido a finalización de alquiler de renta antigua, que les llevó a no renovar el contrato de alquiler del local en el que actualmente está Viandas de Salamanca. También tuvieron otra tienda ubicada en Recogidas 7, entre 2019 y 2024. Actualmente son nueve personas las que trabajan en la empresa y San Eloy sigue siendo un 'manjar' para los amantes de la joyería. Su oferta se centra en la alta joyería tanto de fabricación propia en sus talleres externos, como de reconocidas firmas italianas y españolas, así como marcas de relojería suiza y japonesa en el caso de Seiko, así como una pequeña colección de obras de arte, como figuras de marfil y su colección de pinturas de Apperley, una de las más extensas en la actualidad, Galán Polaino y Gómez Moreno.
Lo más vendido actualmente es la joyería en general, tanto de fabricación propia como puede ser la colección que se hizo para el 70 aniversario. «En el pasado no se tenían firmas de joyería internacionales y se trabaja solo con los talleres y proveedores nacionales de joyería, hoy en día en el mundo global en el que vivimos es importante tener estas firmas como pueden ser Messika, Damiani, Gucci, Recarlo, Gold&Roses entre otras», señala. En relojería destacan las marcas Tissot y Frederique Constant. Tienen más de mil artículos para la venta.
También cuentan con piezas de gran valor histórico como los cuadros de Apperley por la vinculación del pintor con la ciudad de Granada y particularmente con el Albaicín a principios del siglo XIX, así como algunas joyas antiguas de estilo isabelino o art deco. Estos artículos viajan por el mundo. «Sería más fácil encontrar a los clientes de países a los que no le hemos vendido en los más de 70 años que llevamos en activo. Pero desde luego nuestro principal valedor y al que nos debemos es al cliente de Granada, que es por el que hoy somos lo que somos en el sector, gracias a ellos sin duda», subraya.
La tradición y abrir sus puertas al mundo han sido señas de identidad de este negocio que presume de rituales muy arraigados con su entorno. Por ejemplo, mantienen la tradición de cerrar la Navidad el día 5 de enero tomando unos bocadillos del bar Aliatar y unos vinos en la joyería desde la época de su fundador. Y, por supuesto, recuerda su famoso belén a tamaño real en la marquesina de la antigua fachada del local de Reyes Católicos 7, que ponían todas las navidades. Durante varios años fueron sonadas las noticias de los robos del niño Jesús.
Sin duda, la familia está muy contenta de haber tenido la suerte de regalar a empleados y amigos de San Eloy el décimo del gordo de la lotería de Navidad del año 1997. «Repartimos una gran alegría a muchas familias de Granada», recuerda. Son solo algunos ejemplos de las muchas anécdotas que acumulan. Precisamente, la historia de la empresa es un orgullo, pero también un peso para la gestión de la segunda generación. «Así como estar a la altura de un negocio con tanta solera en la ciudad, adaptar un negocio tan tradicional a estos tiempos globales e internacionales que vivimos e intentar siempre renovarse intentando ser transgresores con nuestros productos sin perder nuestra esencia, de ahí nuestro lema de: Tradición y vanguardia», afirma. Miran al futuro con ambición. Siempre están visitando las más prestigiosas ferias de joyerías y relojería internacionales para tener siempre las últimas tendencias en el sector e incorporar nuevas firmas.
En su afán está seguir fabricando su propia joyería y en estos tiempos también customizando y dando una nueva vida a joyas de «nuestros clientes que nosotros mismo hemos vendido hace años y que por su especial valor sentimental, nos hace especial ilusión transformar o renovar, para que las nuevas generaciones familiares puedan disfrutar y darle otra vida a esas joyas que guardaban con cariño».
Para Jiménez Muñoz-Cobo al final, «las joyas y relojes cuentan historias, van ligadas a regalos de personas especiales o, acompañan a eventos que son recordados en el tiempo como bodas, aniversarios, graduaciones y que por suerte son artículos de valor que pasan de generación en generación. «Nos enorgullecemos de ser parte de esas historias y de seguir creando o iniciando en la actualidad esas historias que perduran en el tiempo», afirma el propietario, al que le hace ilusión reconocer alguno de sus modelos por la ciudad.
Así agradecen a todas las familias de Granada que hacen posible que sigan adelante y siempre están «abiertos a nuevas oportunidades para seguir creciendo».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.