
Aunque hasta hace algún tiempo las plagas de insectos eran más propias de la primavera y el verano, últimamente también están proliferando durante el otoño e incluso los meses más fríos del año. Tanto es así que cada vez es más común que se generen plagas de cucarachas durante el invierno, un problema que puede acabar convirtiéndose en una pesadilla si no se actúa correctamente contra él.
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«Antes no era normal que hubiera plagas en invierno porque teníamos un clima típico subtropical. Ahora los inviernos son menos marcados, así que con la tropicalización del clima es un problema más común en esta época», explica a IDEAL Jorge Galvan, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA).
Además de esto, el experto en plagas señala que las viviendas también están «mejor acondicionadas», lo que propicia que insectos como las cucarachas busquen refugio en ellas. «Buscan refugio y alimento para reproducirse. Además, necesitan una temperatura y humedad que actualmente se da. Las más comunes en España son dos de alcantarillado, la americana y la oriental, y una de interior, la rubia», argumenta.
Sobre cómo actuar ante una plaga de cucarachas, Galván explica que lo primero que se debe hacer es determinar si realmente es una plaga o no: «Si solo veo una cucaracha de vez en cuando no es una plaga. Pero si veo más de una y con cierta frecuencia sí. Ahí es cuando hay que recurrir a una empresa de sanidad ambiental para que ejerza un control de plagas».
En este sentido, el primer paso es el de diagnosticar qué está pasando, ya que puede tratarse de un repunte poblacional, de la rotura de una tubería, de los efectos de una obra cercana, entra muchas otras posibilidad. «Una vez se identifique el problema podemos saber qué solución hay que aplicar», añade Galván.
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El hecho de que no entren en todas las casas tiene que ver con que cada vivienda cuenta con unas condiciones diferentes. Para evitar la entrada de cucarachas lo aconsejable es contar con un hogar «limpio, bien aislado, sin grietas en las bajantes y con el fregadero bien sellado». «Si la casa está así no tendrá como entrar y tampoco va a estar cómoda en ella, pero si no se dan esas condiciones la probabilidad de que entren aumenta».
Hacer un diagnóstico del problema permite comprobar si se trata de un problema de la casa, del edificio entero o ajeno a la comunidad. «Si el problema no es nuestro, por mucho que hagamos en nuestra casa no será una solución definitiva». Por ello, considera «imprescindible» recurrir a un profesional de sanidad ambiental. «Se pueden recurrir a trampas de uso doméstico para problemas puntuales pero no para problemas más graves porque pueden llegar a ser contraproducentes», avisa.
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