Una catadora de aceite de oliva presagia cuál será su precio

Si el aceite de oliva virgen extra ha mermado sus ventas en los dos últimos años no ha sido porque nadie dude de sus beneficios y su atractivo para la cocina. El mercado se ha visto afectado por unas condiciones climatológicas en contra de los intereses de su producción y el efecto más directo ha sido la descontrolada subida de precios, nunca antes vista.

Sin embargo, el panorama parece adquirir otro rumbo en este 2024. Las abundantes lluvias y la ausencia de un calor excesivo en el momento clave de la floración hacen que se espere una campaña mucho más positiva en calidad y cantidad. Eso, en teoría, debe incidir en los precios del aceite de oliva, pero los expertos puntualizan que tampoco es conveniente una bajada igual de descontrolada porque el productor se vería muy afectado y podría incluso peligrar unos ingresos mínimos para cubrir costes.

«Un precio justo para el consumidor y el agricultor», apunta Mª Paz Aguilera, técnica especialista del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), con 26 años de carrera profesional como experta formadora y catadora. Es decir, que el kilo de aceituna se pague a un precio inferior al que lo ha hecho en los dos últimos años pero por encima de una etapa anterior en la que muchos agricultores no obtenían beneficio alguno o muy escaso, lo justo para cubrir los costes de producción.

Aguilera es reacia a hacer un pronóstico contundente porque en este proceso influyen muchos factores, pero sí «apunta a que va a haber muy buena cosecha», tanto en calidad como en cantidad, pues «las lluvias han llegado en el momento en que se necesitaban y no ha hecho excesivo calor, como ocurrió hace dos años y lo que expla esa subida de los precios».

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