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C. L.
Miércoles, 16 de octubre 2024, 11:59
Las herencias son un asunto que sigue provocando mucho debate. Donar una parte o la totalidad del patrimonio en vida a hijos o familiares puede parecer una buena noticia para muchas personas que desean garantizar el futuro de los suyos. Sin embargo, el profesor de la Universitat de Barcelona y economista Gonzalo Bernardos, cuya opinión se tiene muy en cuenta, ha lanzado un serio aviso a quienes están considerando esta posibilidad: «Antes de la donación todo es maravilloso, pero todo puede llegar a cambiar».
El Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD) es uno de los elementos más importantes al valorar este tipo de donaciones. Este gravamen, que varía según la comunidad autónoma en la que se efectúe la transmisión de bienes, puede resultar una carga significativa para los beneficiarios de la donación. La cuantía del tributo depende de factores como el valor de los bienes transmitidos y el grado de parentesco entre el donante y el donatario, que resulta más favorable para los familiares cercanos. Entre otras cuestiones, hay que tener en cuenta que las donaciones en vida pueden suponer un coste tributario más elevado en comparación con las herencias que se reciben tras el fallecimiento.
Bernardos advierte de que donar en vida puede generar situaciones complicadas tanto a nivel económico como personal. «Antes de la herencia todo es espectacular, fantástico, maravilloso... Pero en el momento en que recibe la donación, todo puede llegar a cambiar», explica el economista, haciendo referencia a los problemas que pueden surgir una vez que los herederos reciben los bienes.
Sin entrar en los cambios en el comportamiento personal de los heredores cuando reciben el patriomonio, las donaciones en vida llevan aparejadas unas complejidades legales que hay que tener en cuenta. A diferencia de las herencias post mortem, en las que los bienes se distribuyen según la voluntad testamentaria del fallecido, las donaciones inter vivos pueden verse afectadas por reclamaciones, impugnaciones o incluso la revocación parcial o total del acto. Para evitar problemas es importante contar con un asesoramiento legal adecuado antes de llevar a cabo cualquier donación.
Bernardos señala que uno de los mayores errores que cometen los donantes es no prever la carga fiscal que recaerá sobre sus herederos, lo que puede dificultar que estos puedan mantener o aprovechar plenamente los bienes recibidos. Un punto importante es que la carga impositiva de las donaciones en vida es mayor que la de las herencias que se reciben tras el fallecimiento. Al donar en vida, los bienes se transmiten de manera directa y generan un aumento inmediato del patrimonio del donatario, lo que está sujeto a tributación.
Bernardos sentencia: «No recomendaría a nadie donar todo su patrimonio o la principal parte de su patrimonio a uno de los hijos». Esta acción puede generar más problemas que soluciones, tanto a nivel emocional como financiero.
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