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La incógnita Vox se resolvió sin estruendo. De una expectativas grandilocuentes y eufóricas, de unas pretensiones maximalistas y rupturistas, los adeptos de la formación de Abascal pasaron en la madrugada de anoche, durante las horas del recuento, a posar los pies sobre la tierra. Los ... resultados sitúan a Vox como un actor absolutamente determinante en la política almeriense, uno de cada cinco votantes (el 19,15% de los electores) introdujo en la urna una papeleta de la formación derechista. Venían de un ridículo 0,14%, por debajo de UPyD o Pacma. Pero las expectativas eran tan elevadas que lo que en cualquier otra formación habría sido visto como caso de éxito (terceros en la provincia; partido más votado en tres municipios, dos de ellos de tamaño medio como El Ejido y Níjar, y un salto de menos de un punto de apoyo popular a los casi veinte de ayer) se ha traslucido en Vox como una especie de conato, como un baño de realidad que aplacó la exaltación.
La imagen gráfica se daba en su hotel de concentración ayer, el Gran Hotel Almería. Conforme los minutos avanzaban y el recuento se iba desvelando como algo inmutable, el rictus cambiaba. Las banderas que en diciembre celebraban exaltadas la eclosión de Vox en un conocido local de copas de la ciudad ondeaban ayer con menos ardores. La espuma no subió tanto como habían llegado a pensar, y el contagio del feudo almeriense al resto del país resultó -para muchos de sus adeptos- una decepción.
«A nivel nacional, y con el ambiente generado, teníamos unas expectativas que no se han cumplido. Pero a nivel local se ha confirmado lo que arrojaron las andaluzas. El resultado es bueno». Juan Francisco Rojas es el coordinador provincial de Vox en Almería. Ayer iba de número tres en la papeleta. No salió. Tampoco el número dos, Rodrigo Alonso -ahora diputado autonómico-. Sólo la cabeza de lista, Rocío de Meer. Nueva en política en Almería (de hecho, es madrileña pero reside aquí porque de aquí es su esposo, militar de profesión) tuvo sus mejores resultados en los municipios agrarios y del área metropolitana de Almería. Ella misma reside en Huércal de Almería. Calcó -prácticamente- el resultado de entonces.
«Yo era muy optimista, creía que era posible el segundo diputado. Pero bueno, hemos obtenido el 19,10% en Almería, el mejor porcentaje de España», defiende Rojas. No es nuevo en política, en 2015 se presentó como número dos de Ciudadanos (el partido que ahora define como «la veleta naranja») al Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora. Entonces no entró. En las próximas locales, intentará tener más suerte con Vox en el Ayuntamiento de Almería. «Pese a no tener base social, hemos demostrado que había dos millones de españoles que estaban silenciados y que no se veían representados», argumenta.
Los de Abascal hicieron en Almería una campaña de segundo plano. Sin riesgos, sin grandilocuencias. Sólo un acto grande: su número dos, Javier Ortega Smith llenó el Teatro Cervantes de la capital almeriense (520 localidades) que se quedó muy lejos de las concentraciones que trae consigo el líder. Y el resto de actos fueron pequeños encuentros locales sin demasiada difusión, anunciados por whatsapp y redes sociales. Ninguna exposición mediática de su candidata -fue invitada a una entrevista en IDEAL sin que ofreciera ninguna respuesta, ni positiva ni negativa-.Y un único tema permanente: la migración. «Haremos un muro de hormigón que no se podrá saltar ni con pértiga», decía en una especie de imitación 'trumpista' Ortega Smith en su acto de Almería. En esta provincia del sureste peninsular, el 20,3% de la población residente es de nacionalidad extranjera. Las cifras son mayores aún en El Ejido (el 30,1%) o en Níjar (el 43,83%), dos de los municipios que mejores resultados arrojaron para su formación.
La explicación que buscan muchos es por qué y de dónde. La segunda de las preguntas tiene una respuesta fácilmente visible. Vox recibió ayer en Almería 62.529 votos. El PP perdió 58.227 respecto a las generales de hace tres años. Son cifras prácticamente idénticas. Este es el dato al que señalan desde las filas socialistas para relacionar de forma directa ambos elementos: Vox es un trozo del PP, votantes que han cambiado de marca. El por qué... «El PP tendrá que hacer su reflexión interna», trasladan fuentes orgánicas del PSOE. Su impacto se ha limitado, en Almería, a desangrar a los conservadores. Pero apenas ha conseguido ganar en tres municipios o ensanchar su base. «Esto demuestra que en España no hay ultraderecha y que en Almería tampoco», abundan dichas fuentes. «Son gente del PP que ahora se ha destapado, pero no son mayoritarios». Vox sólo han ganado en Balanegra (34%), El Ejido (30%) y Níjar (28%). En este último municipio, por 54 votos.
«Hablar de que pueda haber tocado techo es demasiado prematuro», advierte Pablo Ruiz. Politólogo, técnico de investigación en el Colegio de Politólogos y Sociólogos de España y miembro del Observatorio de Gobiernos de Coalición de la Universidad de Barcelona, recuerda que Vox es un partido «en proceso, no consolidado». «Puede que en Almería haya habido un movimiento de maximización del voto. Crece 2,5 puntos, mientras que la bajada del PP es de tres puntos. Pero es muy difícil poder decir así, de forma rotunda, que ha tocado techo», remarca. Eso no quita, a su juicio, que no se hayan cumplido las expectativas iniciales. «Especialmente, en otras regiones de lo conocido como la España vaciada. Ahí ha estado por debajo de las expectativas de las encuestas».
Vox no contagió, pero propició el hundimiento sin paliativos del PP. Casi 60.000 votos menos en Almería. Prácticamente la mitad de sus votantes se esfumaba. No se evaporó, pero se cambió de acera. «Eso en las municipales va a ser diferente», indican fuentes cercanas al PP. Hoy, la formación conservadora no ha convocado a los medios. Están aún digiriendo el duelo. Harán análisis interno antes de convocar una Junta Directiva Provincial. «Nosotros tenemos estructura, presentamos listas en toda la provincia. Y eso va a aupar algo nuestros resultados en las municipales», dicen con esperanza en el entorno de los conservadores. Ruiz lo confirma. «En las municipales, los incentivos para votar al PP van a bajar porque Ciudadanos obtiene buen rédito. Pero en cambio, el PP, como el PSOE, tiene una amplia base local. Vox va a presentar menos listas, y eso va a condicionar las posibilidades de conseguir votos y concejales, y es probable que menos listas se corresponda con un peor resultado», asevera. La excepción: El Ejido o Balanegra. «Ahí hay una incógnita, porque Vox tiene fuerza especial en algunos municipios y puede conseguir alguna alcaldía».
¿Cómo está el vaso? ¿Medio lleno? ¿Medio vacío? Todo depende de con qué ojo se mire. En el PP hay quienes se consuelan con un análisis positivista en el corto plazo. La inmensa mayoría de sus feudos serían, de calcarse los resultados de ayer a las municipales, gobernables con un bipartito PP-Vox. Eso tranquiliza. Al fin y al cabo, han sido -hasta anteayer- sus votantes.
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