Sánchez con su jefe de gabinete en su primera visita a Ucrania en plena guerra EFE
Estrategas de Campaña. PSOE

La mano derecha de Sánchez «bajo el radar»

Óscar López ·

Las elecciones del 28-M, que creía tener controladas, no salieron como esperaba, pero el presidente le ha vuelto a confiar la estrategia para remontar el 23-J

Martes, 4 de julio 2023, 21:05

Hay quien dice que segundas partes nunca fueron buenas, pero Pedro Sánchez debió de pensar otra cosa cuando en julio de 2021 decidió incorporar a Óscar López a su equipo en la Moncloa para sustituir al que venía siendo su gurú electoral desde septiembre de ... 2017, Iván Redondo, como jefe de Gabinete del presidente del Gobierno. El fichaje fue recibido con sorpresa por buena parte del PSOE, ajeno a la reconciliación entre bambalinas de los dos viejos amigos de juventud. Algunos de los que se habían mantenido fieles al hoy jefe del Ejecutivo en su horas más bajas, cuando perdió la secretaría general en un golpe interno, nunca entendieron la decisión. Otros, la interpretaron como la prueba de que su líder estaba listo para pasar página y retomar una conversación abruptamente interrumpida con su partido, una vuelta a las raíces, a los valores y a la cultura socialistas.

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Redondo, principal responsable de las campañas de 2019 y promotor, según sus críticos, de una repetición electoral concebida para aglutinar el voto útil del centro y gobernar en solitario –objetivo claramente fallido– no tenía más vínculo con el PSOE que el económico. Como consultor político había trabajado antes para el popular Xavier García Albiol, al que impulsó con una campaña de tinte xenófobo bajo el lema 'Limpiando Badalona', y para otro dirigente del PP, el extremeño José Antonio Monago, con el que diseñó una agresiva operación de desprestigio contra el socialista Guillermo Fernández Vara. Imposible que se le viera internamente como algo más que un mercenario.

López es exactamente lo opuesto. Con una dilatada trayectoria en el PSOE, no escapa de las filias y fobias de un partido con instintos cainitas, pero nadie duda de su compromiso. Hoy se mueve en un discreto segundo plano –«bajo el radar», según expresión propi–, pero hubo un tiempo en el que parecía que era él el destinado a ascender a lo más alto. De los tres amigos –Sánchez y Antonio Hernando eran los otros– que un caluroso día de julio, hace 23 años, se plantaron en la puerta de Ferraz para ofrecer sus servicios a un recién designado José Luis Rodríguez Zapatero, él fue el elegido por José Blanco como mano derecha. El entonces secretario de Organización recordaba que alguien se lo había presentado, le había llamado la atención y esa misma mañana había pedido que le localizaran su número para llamarle. No hizo falta; se lo topó al salir a la calle.

Éxitos y fracasos

Con Blanco, López aprendió mucho de campañas electorales, de diseccionar el mapa electoral, localizar los escaños que bailan entre un partido u otro y buscar intervenciones quirúrgicas para intentar que caigan de su lado. Aprendió de marketing y de debates televisivos. En 2008, él fue, por ejemplo, el encargado de negociar con el PP la celebración de dos encuentros entre Zapatero y Mariano Rajoy. También en 2011 los de Rubalcaba. Conoce el éxito y el fracaso. Suya fue la campaña de 2007 a la Alcaldía de Madrid con el ministro de Industria, Miguel Sebastián como candidato, suyo también el primer intento de conquistar la Comunidad con Ángel Gabilondo de cartel. Casi lo consiguen.

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Para entonces ya se habían vuelto las tornas entre él y Sánchez, su compañero de correrías en Bruselas, donde habían coincidido uno como asesor de la eurodiputada Carmen Cerdeira y el otro como ayudante de Barbara Dührkop. Hasta 2014, Pedro 'el guapo' había sido, políticamente, el patito feo de los tres 'chicos de Blanco'. Mientras Óscar López se bandeaba como secretario general del PSOE de Castilla y León (época en la que se granjeó enemistades que aún perduran) o como el responsable de Organización con Alfredo Pérez Rubalcaba, el hoy presidente del Gobierno no había pasado de concejal en Madrid y diputado raso por carambola. Pero tuvo la osadía de presentarse a las primarias y ganó gracias a que Susana Díaz lo eligió, ingenuamente, como hombre de barro.

Como secretario general, Sánchez nombró a Antonio Hernando portavoz en el Congreso y a López, portavoz en el Senado. En 2016, tras las elecciones que condujeron a un bloqueo institucional, vendría la guerra civil del PSOE. El 'no es no'. El golpe interno. La abstención en la investidura de Rajoy que defendió ante el pleno Hernando. La gestora. Las primarias... El hoy jefe de Gabinete de Sánchez decidió entonces apostar por Patxi López como secretario general, una tercera vía sin recorrido en un partido polarizado. Pese a la traición, tras la moción de censura que tumbó a Rajoy, el presidente lo situó en un puesto bien remunerado, la presidencia de Paradores. Allí fue fraguando su rehabilitación política.

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La campaña del 28 de mayo, que en Moncloa creían tener controlada, estuvo lejos de salir según lo esperado. Aún así, Sánchez ha vuelto a poner en manos de su viejo amigo la del 23-J, aunque hay quien asegura en el PSOE que quienes realmente susurran al oído del presidente son 'los Migueles': Miguel Barroso, consejero de Prisa y exsecretario de Estado de Comunicación con Zapatero, y José Miguel Contreras, productor, creador de La Sexta y socio fundador de Globomedia.

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