Almería. Domingo Fernández Zurano -44 años- volverá a presentarse a unas elecciones en las que el Partido Popular lo tiene más difícil que nunca. Y eso que en Huércal-Overa nunca tuvo un camino raso. Después de dos mayorías absolutas justas (nueve de los 17 ... concejales del pleno huercalense), Fernández Zurano se presenta con el viento generalizado en contra, con Vox picoteando en su electorado natural y con la dificultad añadida de saber que pactar con Ciudadanos no va a ser -siendo absolutamente optimistas- un camino de rosas.
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Fernández logró durante ocho años sostener al PP huercalense por encima de los 4.000 votos. Pero esa mágica cifra ni tan siquiera se ha percibido a lo lejos en las dos últimas citas con las urnas. En la primera de ellas, en las andaluzas, y con una candidata cabeza de lista del municipio, Maribel Sánchez, rebasó por un puñado de votos los 3.000 apoyos. En las generales, no sólo perdió, sino que además lo hizo con muchos menos apoyos (2.603 votos).
18.816 habitantes tenía el municipio de Huércal-Overa a enero de 2018.
1.101 residentes están inscritos para la búsqueda de empleo.
Pero es que con la candidatura de Fernández Zurano no sólo se juega el PP uno de los municipios más poblados de Almería, sino el simbolismo del único gran ayuntamiento junto a Mojácar y Pulpí en el que gobiernan los populares en la comarca del Levante. Es el puntal comarcal una vez relevado el timonel levantino Jesús Caicedo, ahora en el puente de mando del buque portuario almeriense. Y pese a un mandato sin grandes estridencias, la amenaza del fraccionamiento espera como la espada de Damocles. Porque en Huércal se presentan cuatro opciones, y tres son de derechas.
Es -además de la ola sobre la que surfea el PSOE, ejemplifican algunos- su gran baza. Francisca Fernández Ortega, hasta hace pocas semanas delegada provincial de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía en Almería, ha tomado las riendas de una candidatura socialista que está entre las más preciadas de la provincia. Como quien le precediera en la candidatura durante años, Luis García Collado (alcalde entre 2001 y 2011, cuando accedió al cargo Domingo Fernández) es también docente, ha estado ya expuesta a la gestión pública en uno de los más mastodónticos departamentos de la administración andaluza y, para más inri, cuenta con mayores márgenes para el pacto. Porque es ahí donde tiene el principal talón de Aquiles el PP: o vence con una amplísima mayoría -absoluta o con escaso margen de alternativas- o corre el riesgo de caer con estrépito.
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Ciudadanos han renovado su cartel. El actual portavoz de la formación en el Consistorio, Ginés Navarro, ha dejado paso a María del Mar Meca, licenciada en Farmacia y diplomada en Óptica y Optometría. Tras ella sigue José Diego López, con quien el PP no ha tenido -en absoluto- un mandato de pasear de la mano. A la archiconocida animadversión entre miembros de ambas formaciones se han sumado algunos episodios difíciles. Por ejemplo, la denuncia ante la fiscalía interpuesta por los naranjas contra el PP por supuestos pagos irregulares al grupo municipal del PAL una vez que éste se había extinguido y los dos regidores electos habían pasado al grupo de no adscritos. Pero también la expulsión del portavoz Navarro de un pleno municipal o la denuncia de un regidor popular, Antonio José Lázaro, ante la Guardia Civil por «insultos homófobos y amenazas» presuntamente proferidas por parte «una persona vinculada de forma laboral y familiar a varias personas que forman parte del partido Ciudadanos», relató entonces el Partido Popular, en el año 2015.
A este cuadrilátero se le ha sumado un último lado: Vox. La formación derechista liderada por Santiago Abascal cuenta con Luis Martínez García, huercalense, bombero, como aspirante al cetro de esta Villa con 351 años de historia independiente. Una formación que no viene precisamente a arañar votos a la oposición de Fernández Zurano, sino a llevarse algunos de sus fieles apoyos.
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Ser el más votado, no obstante, puede ser la gran baza, gane quien gane las elecciones. La imposibilidad de acuerdo otorga la Alcaldía de forma automática a quien obtiene más papeletas (aunque sea una) que sus adversarios. Domingo, que sale a jugar el partido en el rol defensivo de quien ganó las elecciones hace cuatro años, es experto en Coaching, dice en su currículum. Intentará evitar el embudo. O al menos, no tener que enfrentarse al 'no-pacto', la última de las bazas.
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