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La toma de posesión de Juan Hurtado como presidente de la Diputación consumó la 'rebelión de los catetos'. JUAN ORTIZ
El bipartidismo toma la plaza del Carmen

Elecciones históricas | 1983

El bipartidismo toma la plaza del Carmen

Las segundas elecciones municipales de la democracia se celebraron el 8 de mayo, por primera vez en domingo, abriendo la puerta a una práctica que acabaría imponiéndose. La 'rebelión de los catetos' dentro del PSOE marcó este periodo

Martes, 16 de mayo 2023, 00:11

Tras las elecciones generales de 1982, que ofrecieron una holgada mayoría absoluta al PSOE –202 escaños, nada menos–, poco más de seis meses después llegaron las segundas elecciones municipales de la historia de nuestra reciente democracia. Por primera vez, se enfrentaron los dos grandes partidos que han mantenido la pugna por el control de las instituciones hasta el día de hoy. De un lado, el mencionado PSOE –que gobernaba el Ayuntamiento de Granada tras las elecciones anteriores, encabezado por Antonio Jara por renuncia de Antonio Camacho– y por otro lado, Alianza Popular, sucesora de Coalición Democrática, comandada en el contexto nacional por el gallego Manuel Fraga. El abono taurino del Corpus constaba de cuatro corridas –más o menos como ahora, después de años de bonanza en que hubo hasta nueve–, y en las carteleras compartían espacio la entrañable 'E. T.', la oscarizada 'Volver a empezar' de Garci, la fantástica 'La decisión de Sophie' con Meryl Streep, y 'Frenesí erótico de una ninfómana'.

En el consistorio, las aguas no bajaban precisamente en calma. Unos días antes del inicio de la campaña, en el marco de un conflicto de órdago en el sector sanitario con huelga general de médicos incluida, José Luis Alarcón, teniente de alcalde de Sanidad, salió a la palestra para criticar la suspensión de un proceso de selección para tres médicos de centros de salud municipales. Alarcón no se anduvo por las ramas: «Ha sido una actuación impropia de la Alcaldía, más bien una actuación propia de una dictadura personal», dijo. En la calle, el comercio clamaba contra la venta ambulante, permitida «de forma indiscriminada» por los nuevos ayuntamientos, un tema sensible tras el escándalo del aceite de colza. Elvira Castro, directora de Educación de Helena Rubinstein (sic), visitaba Granada «para explicar a las señoras asistentes la nueva moda de maquillaje Primavera–Verano, ayudándose de la proyección de un vídeo». La Asociación de Vecinos del Albaicín se declaró insumisa ante el concurso de cruces organizado por el Ayuntamiento, y, quejándose por la afluencia desmedida de personas hacia el barrio en esa jornada, decidió organizar su propio certamen, a la vez que abogaba por un respeto a la tradición de la fiesta. Con la perspectiva que da el tiempo, se descubre que hay cosas que no cambian.

Ruido de sables

La campaña electoral se inició con ruido de sables en el PSOE. Ya en los días previos, se hizo público que más de 60 agrupaciones locales de la provincia apoyaban a Juan Hurtado como candidato a presidente de la Diputación, en detrimento de Javier Torres Vela, elegido por el aparato. En aquel momento, con el dominio que los socialistas tenían en los ayuntamientos, ser candidato era equivalente a ser elegido. Se inició una lucha interna que se peleó concejal a concejal, hasta que se consumó la 'rebelión de los catetos', tras la cual Hurtado ocupó el sillón de presidente de la Diputación, lo que provocó que Guillermo Galeote, por entonces fontanero mayor del partido, tuviera que remangarse y venir a Granada para disolver un buen puñado de agrupaciones, por desobediencia.

Mientras el PSOE presentó en la capital al ya alcalde Antonio Jara, en Alianza Popular el candidato fue el ingeniero de Caminos Manuel Vizcaíno. El PCE, por su parte, presentó al profesor Juan Mata, a quien arroparon 2.000 personas en un mitin en Bib Rambla con el secretario general, Gerardo Iglesias, como cabeza de cartel. Mientras, los candidatos de Alianza Popular sufrieron un sabotaje en sus comparecencias en los barrios de la Chana y Almanjáyar –entonces «el Polígono»–, donde fueron insultados y donde se les sustrajo el vídeo desde el que emitían sus mensajes. Los carteles se pegaban unos encima de otros para acallar los mensajes de los adversarios –según mostraba Soria en una de sus viñetas- y PSOE y PCE, tras la pérdida de fuelle de los andalucistas, se preparaban para reeditar los pactos de la izquierda, aunque no hizo falta. El Centro Democrático y Social, partido creado por Suárez tras la desintegración de UCD, ponía el acento en sus mensajes en mejorar la Educación, mientras AP pedía un Palacio de Congresos.

Jara recibe el collar de alcalde en 1983. GONZÁLEZ MOLERO

Un ayuntamiento tricolor

El resultado de las elecciones de 1983 fue fiel reflejo de la polarización política a la que se vio sometido el país en aquel tiempo. El bipartidismo llegó hasta tal punto que el resultado sólo repartió inicialmente concejales entre PSOE –que obtuvo 18 ediles– y Alianza Popular –nueve–. Luego, el recuento acabó otorgando un concejal al PCE, en detrimento de los socialistas. Los andalucistas sufrieron una debacle: solo obtuvieron 726 votos. El alcalde, Antonio Jara, se rodeó de un equipo que en los primeros puestos de la lista incluía a nombres de largo recorrido en la política posterior, como Javier Torres Vela –número dos y fallido presidente de la Diputación–, José Olea –que sí llegó a serlo–, Jesús Quero –a la postre su sucesor–, Antonio María Claret o el hostelero Juan Luis Álvarez.

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