Luis Salvador (Cs) y José Torres Hurtado tras el acuerdo que permitió al PP continuar en minoría. A. Aguilar

Elecciones históricas | 2015

Ciudadanos se convierte en la muleta de un PP desgastado

Los partidos surgidos tras el 15M, como Vamos Granada, y el salto al resto de España del liberalismo de Ciudadanos rompen la estructura tradicional | El PP de Torres Hurtado se derrumba, pierde 20.000 votos y la mayoría absoluta tras ocho años

Jueves, 25 de mayo 2023, 00:59

Del mayo de 2011 al mayo de 2015 muchas cosas habían cambiado en España. El descrédito del bipartidismo tradicional –que solo Izquierda Unida rompía a veces tímidamente– cayó en un bache del que aún se está recuperando. Los casos de corrupción que venían salpicando a ... PP y PSOE en distintos puntos de la geografía nacional, unidos a la desazón generada por la crisis económica de 2008, de la que el país no terminaba de salir, generaron cambios en las estructuras políticas que empezaron a vislumbrarse en la elecciones europeas de 2014 y que se refrendaron en las municipales de 2015.

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Por un lado, el movimiento del 15M había conseguido cristalizar en plataformas políticas que fueron uniéndose a la izquierda más tradicional que representaba IU en unos casos o creando nuevas siglas. El denominador común era trasladar eslóganes al nombre del partido. En la capital granadina, por ejemplo, surgió Vamos Granada. El grupo estaba ligado en cierto modo al Podemos de Pablo Iglesias, pero con sello local propio. Izquierda Unida se apellidó 'Para la Gente'. Porque a pesar de la ilusión que generó el nuevo panorama, la realidad es que la izquierda nunca terminó de unirse del todo en el momento de llegar a las urnas, tal y como sigue pasando en la actualidad.

Vamos Granada, 'filial' de Podemos, entró en el pleno con tres ediles, pero Cs, con cuatro, se erigió en la llave del gobierno

En el otro ala, pese a navegar con el viento a favor desde 2011, con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, el PP sentía el desgaste a nivel local tras ocho años de mayorías absolutas. La polémica reorganización del transporte urbano, con nuevas líneas derivadas de la implantación de la línea de alta capacidad (LAC), hizo mella en el gobierno de José Torres Hurtado un año antes de los comicios. La LAC, como se conoció, era un servicio de autobuses dobles que cruzaban exclusivamente el centro de la ciudad desde el Palacio de Congresos hasta Caleta.Vino a sustituir al 'tranvía sin cables' que Torres Hurtado prometió en 2011.

Por donde pasaba la LAC solo podía pasar la LAC, lo que obligó a reordenar el resto de líneas y a la desaparición de algunas clásicas de largo recorrido. Los transbordos llegaron a la ciudad y el caos se apoderó del transporte urbano. Para ir de un punto a otro de la urbe había que montarse en tres autobuses distintos. Cuatro si el origen o destino era el Área Metropolitana. Aunque el PPnunca reconocería su fracaso, aquello dinamitó la imagen de la concejala de Movilidad, Telesfora Ruiz, y del propio Torres Hurtado, convencido de que el modelo era el idóneo.

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El Bajo Albaicín, revuelto

Otro fracaso fue la peatonalización de la Carrera del Darro y del Paseo de los Tristes en el primer año de mandato. El programa del PP lo recogía y se llevó a cabo nueve meses después de las elecciones de 2011. En febrero de 2012 se iniciaron unas obras de remodelación y en marzo la calle se reabrió con algún retraso pero cerrada totalmente al tráfico. Vecinos, comerciantes –cifraban en un 20% las pérdidas–, taxistas y hasta turistas se quejaron. La solución inicial fue la 'diablina', un tren turístico 'eléctrico' que los vecinos podían utilizar. No fue suficiente.

Un año después, los taxis pudieron volver a circular. Y en el verano de 2013, los buses regresaron. El caos de tráfico volvió con más potencia. El Ayuntamiento tuvo que dar marcha atrás, como más adelante pasaría con la LAC, aunque no sería el gobierno del PP el que la retirase, como veremos en el siguiente capítulo de esta serie.

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Marta Rodríguez y Paco Cuenca negociaron un acuerdo al que le faltó el apoyo de Ciudadanos para fructificar. A. Aguilar

En el plano político, el 15M había iniciado un sigiloso trabajo en los barrios y juntas de distrito para ir consiguiendo adeptos. A su vez, UPyD, representada en el pleno por Mayte Olalla, vio cómo Ciudadanos, el partido surgido como contrapunto al nacionalismo independentista catalán que había dado el salto al mapa nacional en las Europeas de 2014, empezaba a comerle la tostada. Ambas formaciones llegaron a acuerdos en algunas ciudades, no así en Granada. El liberalismo de centroizquierda progresista inicial de la formación naranja liderada por Albert Rivera había virado hacia líneas más conservadoras con un cartel de partido centrista.

En Granada, Luis Salvador, huido del PSOE por quedarse sin sitio y con apariciones en tertulias televisivas a nivel nacional, se hizo con las riendas de Cs. Las negociaciones con UPyD no fructificaron y ambas formaciones acudieron a las urnas por separado. Tampoco lo hicieron las que mantuvieron IU y Vamos Granada. La arquitecta Marta Gutiérrez lideró a la 'filial' de Podemos en Granada, mientras Paco Puentedura siguió su camino con IU Para la Gente, una confluencia en unión con Alternativa Socialista. La izquierda a la izquierda del PSOEacudía dividida una vez más pese al 'buenrollismo' surgido del 15M. Los resultados, eso sí, hicieron descarrilar al bipartidismo y el panorama adquirió otros tintes. La llave la tuvo Cs. Y tremenda fue la gozadera.

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Luis Salvador mareó la perdiz y 'traicionó' a su antiguo partido

De las urnas del 24M de 2011 salió una amalgama nunca antes vista. El PP se dejó 21.000 votos (39.063), gran parte de los cuales fueron a parar a Ciudadanos. El PSOE, con Paco Cuenca otra vez, perdió otros 3.000 votos (28.565) con respecto a 2011. La sangría fue menor en su caso y se quedó con sus ocho ediles. El PP pasó de 16 a 11. Cs, con 15.465 apoyos, se erigió en la tercera fuerza política y en la llave, con cuatro concejales. UPyD desapareció. Vamos Granada 'rascó' 3.000 votos a IU, pero sobre todo recuperó voto perdido en convocatorias anteriores por el socialismo. Sus 14.032 votos le dieron tres actas. Puentedura quedó como única voz de IU. Cuando parecía que Luis Salvador enviaría al banquillo opositor al PP en favor del PSOE, se impuso el criterio nacional de apoyar a la lista más votada. La 'traición' no sentó nada bien en su antigua casa. Después de marear la perdiz e incluso llegar a pedir que Torres Hurtado se marchara como condición, Salvador selló un acuerdo con el PP supeditado a unos requisitos. Para el PP fue el primer pacto de su historia. En el archivo queda la foto 'cazada' por IDEAL de ambos comiendo 24 horas antes del pleno de investidura. Torres Hurtado siguió de alcalde.

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