Un grupo de mujeres busca vestidos en un tenderete del mercadillo de Almanjáyar. Alfredo Aguilar

Elecciones Municipales 28M

Mercadillo de Almanjáyar: el voto bueno, bonito y barato

Los mercadillos son las cátedras de conocimiento del verdadero funcionamiento de las cuentas, los ingresos, los gastos y las necesidades de las familias granadinas

Domingo, 14 de mayo 2023, 23:31

La Marcha Verde de Almanjáyar es un espejo diferente en el que se mira Granada. Es la apoteosis de la supervivencia, el rescoldo de la picaresca, la innovación constante del buscavidas, el paraíso de los charlatanes y lo mejor del sentido del humor. Gente trabajadora ... y clientes felices.

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La campaña electoral de las municipales pasa sin mancharse por la avenida Joaquina Eguaras, donde se instalan los tenderetes donde los vendedores ambulantes venden prácticamente todo a un euro. Si algún candidato o candidata se dejara caer podría comprar votos buenos, bonitos y baratos. Es solo una idea, pero la economía de a pie, la de la cesta de la compra, el puchero y la mano en el cajón del pan se entiende aquí mucho mejor que con frías estadísticas o promesas inciertas.

«La gente ha vuelto al mercadillo por la subida de precios, por eso de la inflación. Está lleno de gente y se vende bien»

«La gente ha vuelto al mercadillo por la subida de precios, por eso de la inflación. Está lleno de gente y se vende bien». Te lo explica, por ejemplo, Juan, cuyos hijos son vendedores ambulantes y él y su mujer, Antonia, ayudan tras cerrar su tienda en la Almona de San Juan de Dios. «Este es un mercadillo baratero por ser de domingo. Nosotros vendemos la fruta y la verdura a precio de saldo, todo a un euro prácticamente».

La razón es sencilla. Se trata de la mercancía sobrante de la semana. «Hay que quitársela de encima para tener dinero y comprar el martes en Mercagranada de nuevo». Respecto a la campaña, Juan y Antonia tienen claro qué le piden al nuevo Ayuntamiento de Granada:«Que se dejen de paguitas y pensiones, buenos puestos de trabajo para los jóvenes». Vox populi vox Dei.

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Miguel el de las Flores con sus familaires. Antonio y Ainhoa en su puesto de verduras y frutas y Mari Carmen con su vestido nuevo. Alfredo Aguilar

Integridad y compromiso

Samuel es panadero y vende directamente desde su furgoneta, aunque entre semana tiene local en Casanueva, San Antonio, heredado de sus padres. Su visión de la campaña es que tiene que cambiar desde el punto de vista técnico. «Se necesita otro sistema para tener el control», apuesta. Ya los políticos les pide integridad y compromiso:«Todas las promesas tendrían que ponerse por escrito y con fechas».

Ciertamente, la Marcha Verde, es un crisol. Es también una fábrica de eslóganes de los que los expertos en campañas políticas podrían echar mano. «Más barato que en la fábrica», dice uno. «Ponte un vestido guapa y vete a la playa», recomienda otra. «Vendo a un euro todo el puesto porque no me ven en TikTok», se oye más arriba.

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Y los letreros y carteles para identificar el género. Hay albarikokes, sujetadores nacionales, braguitas de la abuela a un euro la unidad, 'slips' marca Kalvin Klun o algo parecido. Se venden en cada esquina dos manojos de espárragos a un euro y cinco a dos euros, también ajos a un euro y hay patatas artesanas fritas de perol.

También hay flores. Miguel lleva vendiéndolas toda la vida en la Marcha Verde y en la puerta de la antigua cárcel de Granada. De ahí que le llamen 'Miguel el de las Flores', con medio siglo de experiencia acumulada.

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Entiende Miguel que el mercadillo está muy bien organizado pero no quiere meterse en líos de política, algo bastante extendido por Almanjáyar. Tiene su filosofía. «El vendedor tiene que ser como el camarero del bar, que ni es del Real Madrid ni del Barcelona. Pues aquí igual, ni rojos ni morados, ni azules, ni morados ni verdes».

Mari Carmen vive en la propia avenida Joaquina Eguaras y lleva toda la vida comprando en la Marcha Verde. «Siempre voy a los mismos sitios, los que venden calidad y son de fiar», explica. Lleva las manos con muchas bolsas que cuelgan. Explica que se ha gastado 25 euros. «Un pantalón, un sujetador, una funda para el móvil, pan y mucha fruta y verdura».

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En total, 25 euros. «Pero si llego a ir de tiendas, me gasto más del doble». De cara a la campaña, esta madre de cuatro hijos tiene claro lo que pide a los responsables políticos. Ysuena a vieja cantinela del distrito Norte de Granada. «Aquí todos queremos trabajo para nuestros hijos». Tomen nota.

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