Elecciones 28M en Granada
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Elecciones 28M en Granada
Tres papeletas y un claro rival a batir en LojaCuando se logra una victoria electoral de esas tan rotundas que acaban con todos los calificativos –espectacular, histórica, arrolladora– el ganador tiene única desventaja y es que, para las siguientes elecciones, es casi imposible no empeorar el resultado. Le pasó en 2019 al popular Joaquín Camacho, que no solo arrasó con 15 de los 21 concejales –la mayoría absoluta son 11– sino que se convirtió en el alcalde más votado de la historia de Loja, con el respaldo de un 68,74% de sus vecinos.
El candidato que ha encadenado dos mayorías absolutas para el Partido Popular aspira a un tercer mandato y se presenta como el gran rival a batir en unas elecciones con solo tres partidos en liza y el PSOE como única opción de los vecinos que busquen una papeleta de izquierdas.
El municipio de Loja, cabecera de comarca con 20.555 vecinos y bandera del Poniente granadino, viene de un pleno bipartidista. A contracorriente de la tendencia general hace cuatro años, ni Ciudadanos, ni Podemos ni Vox lograron representación. Esta vez, los 15.892 lojeños llamados a las urnas tendrán tres papeletas para elegir: PP, PSOE y Vox como tercera fuerza en liza, dispuesta a dar la batalla e irrumpir en el pleno bicolor.
El 15,34% del voto que la formación de ultraderecha logró en Loja en las pasadas autonómicas, con 1.418 votos, le daría esa representación pero en unos comicios donde suelen pesar más las caras que las marcas está por ver el tirón del candidato Jesús Lobato, gerente explotación de olivos, entre los vecinos. Él tiene clarísimo que esta campaña en Loja no es cosa de dos y que tiene opciones incluso de gobierno.
El partido que ha ejercido la oposición en solitario en este mandato, el PSOE llega a estas elecciones en la situación opuesta al PP. Ellos vienen de los peores resultados de su historia en Loja por lo que ahora solo les vale subir. Los seis concejales actuales son el suelo de este partido tradicionalmente fuerte y que ha gobernado más años que ningún otro el municipio. El escenario de 2023 es muy distinto para los socialistas, que llegaron a las Municipales de 2019 sin haber cosido las heridas internas de unas primarias y lo pagaron con un batacazo. En 2019 perdieron la confianza de 2.000 vecinos que ahora, con la agrupación unida y un candidato renovado y a priori con más tirón popular, confían en que volverán a coger la papeleta del puño y la rosa.
El candidato Antonio María García Morales, licenciado en Matemáticas y director del instituto Virgen de la Caridad, es un vecino muy conocido y activo en el tejido social de Loja. Es hijo de un histórico del socialismo granadino, Antonio García Olid, diputado nacional por Granada en la primera victoria de Felipe González que, aunque sonó como alcaldable nunca llegó a presentarse a la Alcaldía.
«Mi madre no estaba muy de acuerdo con que diera el paso y ahora conmigo sigue sin estarlo», recuerda entre risas el candidato socialista. El mensaje que está trasladando Antonio María García en esta campaña para intentar convencer a sus vecinos es que Loja necesita un impulso, que la ciudad tiene ahora menos vida que la Loja en la que él se crió y que el PSOE va a revertir esta tendencia con propuestas en positivo, como medidas que favorezcan la instalación de empresas.
Cree que además que el desgaste de doce años de gobierno y una lista socialista unida y potente, que cierra el antiguo alcalde Manuel Plata (91-95), suman para darle «serias opciones de gobierno».
El debate sobre seguridad ciudadana, tras un par de agresiones recientes y una concentración vecinal promovida por el propio gobierno municipal, es uno de los temas que marcan esta campaña, además de las propuestas de los partidos para el casco histórico, que cuenta con un plan especial que está complicando las rehabilitaciones.
Por su parte, la campaña que está haciendo el candidato popular quiere basarse no en promesas sino en pedir apoyo para culminar su modelo de ciudad con proyectos que ya están en marcha y que hay que finalizar, como la estación de autobuses que tiene las obras adjudicadas o el parque fluvial, que ha logrado cinco millones de fondos europeos y que tendrá que desarrollarse en los próximos tres años.
La rotonda del cruce de la carretera de Ventorros, una reivindicación histórica para la seguridad o la culminación de la calle Real son algunos de los proyectos que hay que rematar.
«El que gane tiene la legislatura planteada y es el momento de continuar con el equipo que ha diseñado estos proyectos, sería un riesgo cambiar la tripulación del barco en plena travesía», defiende Camacho.
Otra bandera que enarbola el actual alcalde es la reivindicación de medidas complementarias para compensar al municipio por la construcción del AVE. El popular cree que en las municipales pesan más la confianza en las personas que las siglas y confía en volver a aglutinar voto de distintas ideologías para revalidar una mayoría suficiente. Cree que su mayor valor es la honestidad pero no se olvida de la humildad y asume que, pese a sus dos mayorías, la campaña está abierta: «Cuando se abren unas urnas todos partimos de cero».
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