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INÉS GALLASTEGUI
Lunes, 14 de diciembre 2015, 12:22
Se imaginan a Elvira Fernández, la discretísima, casi invisible esposa de Mariano Rajoy, haciendo el tonto detrás de un dirigente de Podemos mientras le sacan una foto, como hizo Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, en el debate electoral del 30 de noviembre? No le pega nada. ¿Y a Beatriz Tajuelo, la novia azafata a la que Albert Rivera ha mantenido escondida durante un año? Quizá, pero aún no la conocemos lo suficiente para afirmarlo.
Para variar, la campaña electoral puede guardar sorpresas. Todo es nuevo. No solo los candidatos de los principales partidos -a excepción del propio presidente-, sino su forma de presentarse ante los electores. En los últimos meses los presidenciables se han metido en el salón de nuestras casas a través de los más variopintos programas de televisión. Los hemos visto jugar al futbolín y al ping-pong, subir montañas, dar vueltas de campana en un coche o tomarse unos vinos, algo impensable hace poco.
Las parejas de los candidatos no son ajenas a este fenómeno. Un ejemplo fue la ruptura sentimental de Pablo Iglesias y Tania Sánchez, difundida a bombo y platillo. «Nos queremos y nos respetamos», dijeron en Facebook, sin que nadie les hubiera preguntado. Otro: la puesta en escena de la proclamación de Sánchez como candidato, con su mujer espectacular en un vestido rojo y una gigantesca bandera española detrás, les valió el apodo de 'los Obama del PSOE'. Begoña volvió a acompañar a su marido en otro momento crucial, en el debate a cuatro del pasado domingo en Antena 3.
«En los sistemas presidencialistas, el protagonismo de la familia del candidato es mucho mayor que en los parlamentarios», explica Yuri Morejón, politólogo y consultor residente en Estados Unidos. En España, ni siquiera existe el concepto de 'primera dama': ese papel recae en la esposa del jefe del Estado, es decir, la Reina. «Pero estamos viviendo una transición», advierte el experto, director del documental sobre Hillary Clinton 'The human side of a leader' (El lado humano de una líder). «Hay una evidente tendencia en el marketing electoral a mimetizar los usos clásicos del modelo norteamericano -apostilla Teodoro León Gross, profesor de Comunicación de la Universidad de Málaga-. Aun así, la mujer de un candidato es casi invisible y solo se hace visible cuando llega a La Moncloa. Y entonces puede seguir siendo casi invisible, si quiere».
No hay más que ver las grandes diferencias entre las más recientes inquilinas del palacio presidencial. Carmen Romero continuó con su actividad como diputada socialista. Ana Botella aprovechó su condición de consorte omnipresente -nada escapaba a su férreo control- para iniciar su propia carrera hacia la Alcaldía de Madrid. Sonsoles Espinosa practicó para ella y sus hijas un ocultismo casi enfermizo. Y Elvira Fernández apareció en contadas ocasiones como 'candidata' -aún se recuerda el cariñoso gesto de consuelo a su marido tras la última derrota electoral- y, desde 2011, mantiene un perfil bajo y solo acompaña a Mariano en los actos y viajes institucionales más importantes.
De 'Viri', como la llamaban en familia para diferenciarla de su madre, sabemos lo justo. El propio Rajoy ha contado que se conocieron en 1992 en un bar de Sanxenxo y que le costó lo suyo convencer a aquella chica tan guapa, lista y dulce de que saliese con él. Licenciada en Económicas, está en excedencia de su puesto en Telefónica y se dedica a cuidar de sus dos hijos, Mariano, de 16 años, y Juan, de 10, el que recibió la famosísima colleja de su padre en la tele. Además de ejercer una gran influencia sobre su marido, ella 'gobierna' en La Moncloa: en su obsesión por recortar gastos de la residencia oficial, ha tomado medidas como sustituir los centros de flores por plantas, que duran más, o renunciar al servicio de catering para la copa de Navidad a los periodistas y servirla con personal y productos de la casa.
Las novias de Iglesias
Begoña Gómez parece tomarse con más naturalidad su papel de compañera. Aparte de su aparición como 'la mujer de rojo' y de su pequeña gamberrada detrás de Íñigo Errejón, a la bilbaína, licenciada en Marketing y empresaria, se la ha visto respaldando a su marido en actos del partido y en momentos de ocio familiar. Siempre sonriente y a menudo intercambiando con él besos y gestos de complicidad.
Ninguna de las dos está afiliada al partido de su cónyuge. ¿Y Beatriz Tajuelo? ¿Milita en Ciudadanos? Lo poco que se sabe es que, después de meses de secretismo, en las elecciones catalanas del 27-S acompañó a Albert Rivera a votar en L'Hospitalet, donde comparten el piso de ella. La atractiva azafata de Air Nostrum lleva saliendo con el líder de Ciudadanos poco más de un año, pero Rivera ya cuenta con su novia para hacerse cargo de la pequeña Daniela -la hija de 5 años que tuvo con su exmujer- cuando está ocupado. La presentación en sociedad tuvo lugar el 7 de octubre, en la gala de los Premios Planeta, y el pasado domingo subió al escenario del debate a cuatro para felicitarle, cariñosa, por su papel.
A Pablo Iglesias se le han atribuido varias novias tras su sonada ruptura con Tania Sánchez, pero no ha trascendido si vuelve a tener pareja estable. «¿Está preparada España para tener un presidente soltero? -se pregunta Jorge Santiago, director del Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) de Madrid-. Es cierto que tener pareja proporciona estabilidad a un político, como al resto de los mortales, pero no influye en su capacidad profesional».
Los tres expertos coinciden en que el hecho de que haya dos casados, un separado que ha rehecho su vida y un soltero entre los candidatos con más opciones a llegar a La Moncloa refleja la realidad de la España de hoy. «Lo importante es la imagen de normalidad y naturalidad; ver que ese señor que quiere dirigir nuestro país es una persona como yo, como el resto», resalta el decano de la Facultad de Comunicación de la UCJC. «Mostrar a la familia del candidato es una manera de suavizar, humanizar y complementar su perfil», recuerda Yuri Morejón, que en España ha asesorado a cabezas de lista de ocho partidos.
Pero un cónyuge también puede perjudicar las expectativas electorales del aspirante. «Lo que resta votos es que no haya coherencia entre lo que el candidato dice y lo que hace», afirma el experto. «O que la pareja adopte un rol que no le corresponde», agrega Jorge Santiago, quien recuerda el caso de Nadine Heredia, esposa del presidente peruano Ollanta Humala, que ha llegado a recibir a ministros y anunciar medidas políticas.
En Estados Unidos el electorado pone una lupa sobre la vida de los políticos porque considera que la conducta privada se proyecta sobre la pública. «Si traicionas a tu esposa, podrías traicionar a tu país», ejemplifica Gross. En cambio, los latinos somos mucho más tolerantes con las debilidades humanas. Las indiscreciones de François Hollande son un buen ejemplo. Por cierto, el jefe del Estado galo piensa excluir a su novia, la actriz Julie Gayet, de la campaña para las elecciones de 2017. «¡Los franceses no eligen a una pareja, eligen a un presidente!», ha dicho a sus próximos.
Lo que votan los españoles lo veremos en una semana. Mientras tanto, los candidatos pueden -o no- seguir el consejo de Pablo Iglesias: «Hay que follar en campaña». Él piensa hacerlo a menudo. No ha dicho con quién, pero tiempo al tiempo.
TANIA SÁNCHEZ
La ex de Iglesias nació en Madrid en 1979, pero la familia se trasladó pronto a Rivas Vaciamadrid. Estudió Educación Social y trabajó en centros de drogodependientes antes de ser nombrada asesora de IU primero y concejal de Cultura después en el Ayuntamiento de su pueblo. En 2011 fue elegida diputada autonómica e inició su relación con Iglesias. Este año fue imputada, junto a su padre, por presunto tráfico de influencias, pero la causa fue archivada. Tras ser proclamada candidata a la presidencia de Madrid, en febrero abandonó IU y en marzo se separó de su pareja.
BEGOÑA GÓMEZ
De raíces leonesas, nació en Bilbao en una fecha que no ha trascendido. Estudió Marketing en ESIC. Es socia de la empresa Task Force, que capta fondos para ONG y fundaciones, e imparte clases en la Complutense. Conoció a Pedro Sánchez en una fiesta y poco después él se mudó a su piso de La Latina. En 2005 tuvieron a su primera hija, Ainhoa, en 2006 se casaron por lo civil y poco después vino al mundo Carlota. Las niñas asisten a un colegio público en Pozuelo de Alarcón, donde ahora viven. Practica aeróbic y pilates y le gustan los conciertos de pop.
BEATRIZ TAJUELO
La azafata de Air Nostrum, filial regional de Iberia, inició su relación con Albert Rivera en verano de 2014, pero durante los primeros meses el líder de Ciudadanos se mostró muy reacio a hablar de ella. Las cosas cambiaron en las elecciones catalanas del 27-S, cuando acudieron juntos a votar en un colegio de L'Hospitalet. Poco después, él confesaba que Beatriz es «su casera», ya que cuando va a Cataluña comparten su piso de 50 metros. Su puesta de largo fue la entrega del Premio Planeta, el 7 de octubre. Hace poco cerró al público su cuenta en Twitter.
ELVIRA FERNÁNDEZ
Pontevedresa de 1965, 'Viri' estudió Ciencias Económicas en Santiago y ha trabajado en Antena 3 y en Telefónica como analista de contenidos para el mercado audiovisual. Conoció a Mariano Rajoy en 1992 en un bar de Sanxenxo y cuatro años más tarde contrajeron matrimonio. Vivían en un lujoso dúplex en Aravaca hasta que se trasladaron a La Moncloa en 2011. Ella ha pedido una excedencia y se dedica a atender los compromisos institucionales y a sus hijos, Mariano, de 16 años, y Juan, de 10, que acuden al Colegio Británico. Es amante de la lectura, el cine y el arte.
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