Adiós al príncipe indigesto

Su representante, Geir Håkonsund, fue el encargado de dar la noticia el pasado miércoles: «Con gran dolor en el corazón, los familiares más cercanos de Ari Behn informamos de que se ha quitado la vida. Pedimos respeto a nuestra privacidad de ahora en adelante», rezaba su escueto comunicado.

En octubre de 2018, Ari Behn contó con pelos y señales en un libro titulado 'Infierno' cómo había sufrido con su separación de la primogénita de los reyes Harald y Sonia de Noruega y hermana mayor del heredero al trono, Haakon. «Puestos en lo peor, soy un payaso. Visto con más clemencia, soy una persona cualquiera y un actor. Para muchos, soy un loco», decía en la presentación de su obra, en la que confesó que sufría depresión. «Es un gran cambio en mi vida. Se puede comparar con una muerte», apuntaba sobre su divorcio, que asociaba al «dolor, sufrimiento, extrañeza, tristeza y pérdida».

Tras conocerse el fallecimiento, la casa real noruega difundió una nota de condolencia: «Ari ha sido una parte importante de nuestra familia durante muchos años, y tenemos recuerdos cálidos y afectuosos de él». También los príncipes herederos, Haakon y Mette-Marit, lamentaron su pérdida: «Fue un buen amigo, un querido miembro de la familia y un tío maravilloso, con quien compartimos muchos de los pequeños y grandes momentos de la vida».

Pero la procesión siempre fue por dentro. Solo ellos saben lo que pasaron mientras formaba parte de la familia. El propio Behn, un irreverente escritor de origen danés con una infancia difícil tras el divorcio de sus padres, reveló que había sido muy complicado que los reyes aceptasen su relación con Marta Luisa. La conoció en casa de su madre, donde la princesa acudía para aprender una extraña técnica de fisioterapia poco ortodoxa.

Después de muchos años haciendo de tripas corazón, la gota que colmó el vaso y acabó con la paciencia de los reyes y el matrimonio de la pareja fueron las fotografías que la bloguera Marna Haugen se hizo en un fotomatón con Ari Behn, mientras éste metía la cabeza entre sus pechos, y que posteriormente colgó en redes sociales. «Si pudiese, la reina Sonia me asesinaría a veces. Cree que he cometido muchos errores», admitió en una entrevista concedida a la revista 'Vanity Fair' en 2013, cuando todavía estaba casado con Marta Luisa. Quizá se refería a la «vergüenza» que les hizo pasar a menudo, protagonizando actos escandalosos para la Corona. Desde deambular como un mendigo por las calles de Londres a asegurar que votaba al Partido de los Trabajadores y que era de izquierdas. O acudir a tertulias televisivas, esnifar cocaína en un documental y hasta tener su propio programa de televisión, en el que se paseó por Barcelona vestido de 'drag queen'. ¿Lo último? Hace dos años, cuando reveló que el actor Kevin Spacey se propasó con él durante una fiesta con motivo de la entrega del Premio Nobel en 2007.

Firmado el divorcio, Marta Luisa rehizo su vida con el chamán Durek Verret. Pocas horas antes de trascender el suicidio de Behn, se les pudo ver sonrientes en la misa de Pascua celebrada en la capilla Holmenkollen, en Oslo. Nada hacía presagiar entonces una Navidad tan triste para la princesa y sus hijas.