María Francés
Miércoles, 9 de agosto 2023, 23:51
Antes de empezar quiero que sepan que en moda hay muchísimas palabras en inglés y a veces tienen traducciones complicadas.
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Dicho esto, en una sociedad donde la moda parece ir cada vez más rápido, donde las tendencias se desvanecen tan rápido cómo aparecen gracias al « ... fast fashion» (moda rápida), hay una joya escondida donde seguramente hemos jugado mil veces de pequeños a disfrazarnos con la ropa de nuestros abuelos o nuestros padres. Y es que adentrarse en el fondo del armario de generaciones anteriores ha pasado de ser una simple tarea de limpieza a una emocionante búsqueda de autenticidad y nostalgia. Una mina de oro de estilo y recuerdos.
Soy una amante de la moda vintage (tesoros y joyas que datan de 1920 hasta fines de los 2000) desde hace años, con quince años me puse mi primera prenda vintage, una chaqueta de cuero de mi padre que compró en su viaje de novios en Santander en el año 70. Para mí siempre ha tenido un rollo nostálgico encontrar auténticas joyas ya no sólo en el armario de mis padres sino en tiendas especializadas de ropa vintage, que poco a poco han ido proliferando en España en los últimos años. Y es que, por fin, la compra de moda de segunda mano se está normalizando. Ya no sólo por una cuestión económica, que también, si no como una elección de estilo que nos ofrece tener un fondo de armario con personalidad, único, de calidad, diferente y sostenible.
Esta tendencia no es una moda, ha llegado para quedarse y está desafiando las normas de la moda contemporánea. Tanto es así que la compra de moda de segunda mano ha crecido de forma exponencial en los últimos años y además se está sofisticando, algo que a mí me encanta, pero para los que ya llevamos años siendo consumidores de este tipo de moda, hemos visto como han subido los precios, sobre todo en artículos de lujo como bolsos o ropa de firma.
Pero ¿cuáles son los beneficios del consumo de este tipo de moda para mí?
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El primero es la diferenciación. Por ejemplo, ir a una boda con un vestido vintage se aseguran que nadie va a llevar el mismo vestido. Además, esto nos brinda la oportunidad de desarrollar un estilo personal auténtico y crear «looks» originales que reflejen nuestra individualidad y personalidad. Mi vestido de novia lo compré de segunda mano e hice un «upcycling» (transformar un desecho en un producto de mayor calidad y valor ecológico), estoy segura que en 2015 nadie llevó un vestido como el mío.
El segundo beneficio es apostar por la calidad. Mucha ropa de segunda mano está hecha con materiales de calidad y confección sólida, lo que se traduce en prendas más duraderas que algunas opciones de ropa nueva de menor calidad. Esto significa que podemos obtener artículos que durarán más tiempo en nuestro armario. Con el tiempo y la moda rápida, los tejidos han cambiado, es complicado encontrar tejidos naturales, en un mundo conquistado por el polyester (del cual no estoy en contra). Cada vez se vuelve más difícil encontrar, por ejemplo, una seda en condiciones como encontrábamos hace unos años en La Villa, por ejemplo. Hay prendas vintage que son prácticamente irrompibles. Una de mis filosofías es compra menos y gasta más, y con esta opción podemos encontrar auténticas joyas a precios asequibles de una calidad excelente y unos acabados impecables.
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El tercer beneficio es para el medio ambiente, la famosa sostenibilidad. Y aunque esta palabra empieza a resultar un poco aburrida, es cierto. Comprar ropa de segunda mano ayuda a reducir la demanda de producción de nuevas prendas, lo que a su vez disminuye el consumo de recursos naturales y la energía necesaria para fabricar ropa. Además, alargar la vida útil de las prendas reduce la cantidad de textiles que terminan en vertederos, contribuyendo así a la reducción de residuos y la conservación del medio ambiente. Al estar comprando productos que ya se han fabricado, se le puede dar una segunda vida o incluso la primera, ya que hay un montón de prendas en tiendas de segunda mano que aún conservan su etiqueta intacta. Por si no lo saben, en www.mariafrances.es pueden encontrar una colección de joyas vintage originales de los 70, 80 y 90s, de stocks de mercerías antiguas y mercadillos que fueron abandonados a su amor y que le pueden dar su primera oportunidad.
El cuarto beneficio es la reducción de la huella de carbono. La fabricación y el transporte de ropa nueva generan una cantidad significativa de emisiones de carbono. Optar por ropa de segunda mano o vintage, disminuye la necesidad de producción y transporte, lo que ayuda a mitigar el impacto ambiental asociado con la industria de la moda.
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El quinto beneficio es para nuestros bolsillos: ahorro económico. Ya que hay mil opciones donde poder encontrar ropa de alta calidad a precios mucho más bajos que los productos nuevos. Y si vamos de compras por nuestros armarios, el ahorro es total.
Como verán son muchos los beneficios, también hay objeciones sobre el olor, la energía que transmite… pero eso es harina de otro costal. Por eso, entiendo que pueda haber aún recelos, pero somos libres de elegir.
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Para principiantes, yo les recomendaría si no tienen su estilo personal definido, apostar por prendas básicas de fondo de armario, como, por ejemplo, una blusa de seda blanca, un pantalón de lana negra, una americana oversize de lana fría, un abrigo de lana austríaco o un bolso de piel. Y si van de compras por los armarios familiares, prendas significativas o de eventos concretos, a mí me encanta el vestido de punto rojo que mi madre llevó en mi bautizo hace casi 43 años que me sigo poniendo cada verano y que está intacto.
La ropa vintage cuenta historias, a través de ella, podemos conocer la moda de cada época y adentrarnos en nuestra propia historia familiar o fantasear con otras historias.
Al elegir ropa vintage, abrimos la puerta a un mundo de autenticidad, creatividad y conexión con el pasado, creando una declaración de estilo con una pizca de historia Esta elección, no sólo le da otro rollo a nuestro armario, sino que también contribuye a hacernos más conscientes hacia la moda y el planeta.
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Por cierto, hace unos meses Inditex anunció que entraba en el mercado de segunda mano, en Zara se podrán reparar y vender prendas antiguas. La Reina Sofía nos tiene muy acostumbrados a sacar vestidos de hace años en perfecto estado que parecen nuevos e incluso la propia Reina Letizia, ha usado el vestidor de su suegra. ¿Necesitamos más razones para no ir corriendo a los armarios o plantarse en una tienda vintage? Yo creo que no.
Eso sí, es importante tener el ojo bien entrenado.
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