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ARANTZA FURUNDARENA
Sábado, 22 de diciembre 2018, 08:46
El ser humano no sabe lo fuerte que es hasta que ser fuerte es la única opción», razona Marisa Jara. Y sabe muy bien de lo que habla. Hace poco más de dos meses a la famosa modelo le extirparon un tumor en el estómago ... que se llevó también parte de su intestino. El destino le puso contra las cuerdas. Pero esta sevillana no es de tirar fácilmente la toalla. El pasado miércoles reapareció rotunda sobre una pasarela en el desfile que el diseñador Toni Fernández celebró en la sala madrileña Joy Eslava. «Antes vivía la vida un poco como los locos, sin darle importancia -confesó Jara con una amplia sonrisa-. Ahora la vivo de otra manera, con más ilusión que nunca. Soy más fuerte y cualquier cosa que haga la disfruto mucho más».
A sus 38 años, Marisa tenía un sueño: ser madre. Sin una pareja en el horizonte, decidió cumplirlo sola. Y fue al comienzo de este otoño, durante los controles previos a la fecundación 'in vitro', cuando le detectaron el tumor. Ella misma lo explicaba el pasado 10 de octubre en su cuenta de Instagram, donde tiene casi 90.000 seguidores. «¡Buenos días amores! -escribió- Me estaba haciendo unas pruebas ginecológicas para ser 'mamiiii' y nos hemos encontrado con un tumor de 6x8 en el estómago que me extirparon el lunes y se ha llevado parte de mi colon, porque estaba pegado, ahora falta esperar que analicen el bicho. Millones de gracias a todos por vuestros cariñosos mensajes y por tanto ánimo». El agradecimiento iba acompañado de una foto de la modelo haciendo el signo de la victoria desde una cama del hospital Fundación Jiménez Díaz, al día siguiente de la operación en la que le extirparon un liposarcoma.
«Ha sido un golpe muy duro en mi vida, pero tampoco lo veo tan negativo. De hecho, ahora lo veo incluso como algo positivo, ya que ha sacado lo mejor de mí», explicaba el miércoles la sevillana tras el desfile. Ni en los peores momentos Jara se ha venido abajo. Al menos, de puertas afuera. Incluso tuvo el humor de compartir con sus seguidores en las redes una foto de su impresionante cicatriz, un corte vertical que le atraviesa torso y abdomen. «La cornada de la tripilla es lo de menos», aseguraba en ese mensaje. Hoy reconoce que durante un mes estuvo «sin saber si iba a salir adelante». Pero el último pronóstico ha sido esperanzador y Marisa tiene razones para ver la botella medio llena... «La vida me ha dado otra oportunidad -proclama-. Ahora los médicos me dicen que estoy sana, entre comillas, así que cada día que pase lo voy a vivir a tope».
La modelo se siente inmensamente agradecida por las muestras de cariño que recibe a diario. «El amor es una de las mejores medicinas. Y ha hecho que me cure más rápido». Se refiere al amor de su familia, amigos y admiradores, porque, de momento, dice no haber encontrado «la pareja perfecta». Tras ser novia del cantante Manu Tenorio y posteriormente vivir una intensa relación de un año con el bailarín Joaquín Cortés, Marisa se casó con el empresario mexicano Vicente Gómez Escribano, de quien se divorció dos años después. Se le atribuyó más tarde un breve romance con el músico José María Cano, pero ese mismo año, 2011, se casó con el anticuario italiano Manuel Vittorio. Sin embargo, en febrero de 2015, Marisa anunciaba su separación (en el estreno de 'Cincuenta sombras de Grey') de forma elocuente: «Parece que no voy a celebrar San Valentín. No tengo con quién».
Más allá de su azarosa vida sentimental, lo que ha convertido a esta sevillana en un personaje admirado y cercano ha sido su sinceridad a la hora de desvelar que llegó a padecer bulimia. «Yo también decía que no vomitaba», reveló en una ocasión a este periódico. Tras muchos años castigándose con dietas extremas en las que, según relató, llegó a subsistir «con tres manzanas diarias y varios cafés», Marisa decidió decir basta. Denunció la tiranía de la báscula en un libro titulado 'La talla o la vida' y se reinventó como modelo de tallas grandes, un sector emergente en el que ha logrado reconquistar las pasarelas sin necesidad de pasar hambre. Icono 'curvy' y diseñadora, a Jara solo le quedaba pendiente el sueño de ser madre. Ahora, su ginecóloga se lo ha desaconsejado. «Me ha dicho que espere al menos un año y medio», explica sin perder nunca la sonrisa.
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