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Guadix

El golf rústico también existe

Hernán Valle adapta el elitista deporte del golf al mundo rural Los golfistas del anejo de Guadix tratan siempre que pueden de acertar con el hoyo entre balas de paja y maquinaria agrícola

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Martes, 5 de agosto 2008, 14:13

SOTOGRANDE? ¿Marbella? ¿Cuál es el único campo de golf cuyo trofeo consiste en un conejo frito con ajos? Podría ser una pregunta de Trivial y la respuesta correcta sería -tic, tac, tic, tac...-: 'El Nacimiento', de Hernán Valle. Sin embargo, aunque sorprendente, este destacado hecho no es la única peculiaridad de este campo de golf que se autodefine de entrada como «rústico».

Hernán Valle es un anejo de Guadix separado por un puñado de kilómetros del centro urbano. La pedanía accitana tiene muchas características que la diferencian de las verdes tierras escocesas donde se inventó este deporte. Está rodeada de extenso terreno que le permite ser sede de un velódromo, un aeródromo y, desde el año pasado, tampoco falta un campo de golf para hacer las delicias de sus vecinos más golfistas.

El campo de Golf 'El Nacimiento' no esconde su carácter rústico. Lo es desde la entrada a la salida y a mucha honra. La entrada está rodeada de maquinaria de labranza, balas de paja y sus límites están marcados por troncos de álamos. Su imagen corporativa está resuelta con un par de botes de pintura -uno de cada color- bien aplicada en los carteles y la señalización. Unos metros de césped artificial para los greenes lo completan todo.

Sin duda, todos estos detalles -a primera vista toscos- resultan secundarios cuando se trata de matar el gusanillo. Para los parroquianos éste es un auténtico campo de golf -no un sucedáneo- que ofrece «las mismas sensaciones que cualquier otro», según asegura el asiduo Jesús Hernández, que cuenta las horas para que llegue el fin de semana, coger los palos y ponerse a atinar con la bolita «porque le hemos cogido el gustillo», dice.

El golf en su nueva modalidad rústica engancha, y es que en definitiva guarda la esencia de este deporte. Como dice Jesús, sólo hace falta echar un vistazo desde la autovía -la A-92 Norte- y ver que «siempre hay coches aparcados» en la puerta del campo. La Sociedad de Amigos del Deporte, el club deportivo del pueblo, tiene más de ochenta afiliados y, de ellos, cerca de cuarenta, se declaran adictos al golf. Ya son mitad y mitad.

Es un deporte para todas las edades. María Porcel, con tan sólo seis años, se familiariza con sus palos, el putter o driver -palo al que llama cazuela- adaptados a su tamaño. En el otro lado de la pirámide de población, nos encontramos a Antonio López, que a su edad -62 años-, se ha acercado al golf por primera vez y ahora dice que no puede pasar un día sin practicar. Hasta ahora sólo conocía el golf por la televisión, ahora batalla cada día contra la caprichosa bolita para mejorar su handicap.

La fiebre del golf en Hernán Valle está justificada por una sencilla razón: «Es un deporte muy goloso», reconoce el creador del campo, Miguel Ángel Ortega. El golf llegó a Hernán Valle de su mano y él ha ido convenciendo a sus vecinos para convertir el golf en el «deporte nacional de Hernán Valle». Ortega insiste en la idea de que se trata del mismo deporte y que produce el mismo grado de satisfacción aunque no se pisen las verdes praderas de cualquiera de sus hermanos mayores, «conserva toda la esencia», subraya.

Ortega manifiesta que en el juego «la bola va por el aire y no por el césped». Así las tostadas tierras de la antigua cantera de El Nacimiento no necesitan de las verdes praderas que se suelen ver en sus hermanos mayores. ¿Y para los problemas? Soluciones. Ortega dice que con una buena dosis de imaginación se han resuelto todas las dificultades y así es como nació este campo rústico. El campo tiene tiene sus dieciocho hoyos y sus dieciocho recorridos, aunque en realidad se trata de una simple combinación matemática de salidas y hoyos.

De hecho, aunque no abunde el verde y el lago del campo sea virtual, el campo de gol 'El Nacimiento' es un oasis para los seguidores de este deporte desde el Puerto de la Mora a Puerto Lumbreras.

En un pueblo que apenas supera los tres centenares de habitantes, probablemente se dé la mayor densidad de palos para practicar este deporte. No es sencillo lograr la equipación necesaria y los golfistas rústicos de Hernán Valle tienen que desplazarse a veces muchos kilómetros para encontrar el palo deseado o echar mano de Internet.

El campo de golf rústico 'El Nacimiento' incorpora 'escuela de golf' para los que aún no saben qué es eso del 'swing', el 'doble bogei', el 'tee' o el resto de anglicismos de este deporte. Ya dispone de campos de prácticas para los que se inician en el deporte y organiza torneos periódicamente para demostrar lo aprendido.

Ah, por cierto, ¿qué es un conejo frito con ajos? Es el trofeo que debe pagar quien logra colar la bola en el hoyo con un golpe directo desde fuera del green y consiste precisamente en invitar al resto de jugadores a ese rico premio gastronómico.

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