El pescador de historias

«Yo nunca he hecho tatuajes de henna, porque lo que hago son dibujos», dijo un tanto indignado el artista Mohamed Mrabet (Tánger, 1936), durante la presentación de una muestra de su obra en la Fundación Euroárabe, un acto que lleva el sello del Hay Festival Alhambra.

Mrabet es un contador de historias a la manera de los narradores de Marrakech, heredero de la tradición oral, que tuvo la suerte de conocer a Paul y Jane Bowles, aquella extraña pareja de escritores de la Beat Generation que se afincaron en el Norte de África. Mrabet también es pescador, pero un pescador de historias y un dibujante de sus narraciones, donde aparecen sus amigos los peces atrapados en oníricas imágenes.

Mrabet también era cocinero de los Bowles, y fue así como empezó a narrarles sus historias, y el autor de 'El cielo protector' se encargó de traducirlas al inglés para que fueran editadas, según relata Mrabet. «Cuando falleció Paul Bowles, todo el mundo creyó que desaparecería Mrabet, pero continuamos la labor de puente entre Oriente y Occidente», señaló el comisario de la exposición, Simon-Pierre Hamelin. «No es muy reconocido en Marruecos y en Europa, aunque hay intelectuales que trabajan en su apoyo para promocionarlo», añadió Hamelin. «No formar parte de los artistas de salón de Marruecos es lo que le da más valor», comentó el responsable de la exposición.

Cocina y Choukri

Los libros basados en las narraciones orales del tangerino han sido traducidos a catorce lenguas y ahora «la nueva novela aparecerá a la vez en cuatro idiomas, porque él relata sus cuentos y luego se transcriben», dijo Simon-Pierre. Mrabet inauguró la muestra con uno de sus cuentos, que estaba ambientado en la visita que «hace cuarenta años hice con los Bowles a Granada, una historia un poco triste porque Paul dejó a su mujer en el Albaicín con dos mujeres inglesas que tenían un pequeño bar».

Mrabet coincidió en el tiempo y en la estela de los 'beatnicks' con el escritor marroquí Mohamed Choukri. «Lo conocí cuando él trabajaba de camarero en un café de Tánger allá por los años cincuen ta, y cuando regresé de América, en el año 1972, apareció en la casa de los Bowles», rememora el artista y escritor. «Apareció mi editor con los contratos, y Choukri aprovechó para firmar unos libros», añadió. «Paul me dijo que muchas de las cosas de los libros de Choukri eran mías», indicó el dibujante tangerino. «Fue muy amigo mío hasta que intenté casarlo con una joven para que sentara la cabeza, y a partir de ahí empezó a hablar mal de mí, porque decía que necesitaba el dinero», comentó Mrabet.

El artista es una efervescencia de historias que van desde sus recuerdos de los Bowles a Tenessee Williams y sus experiencias como pescador en la costa marroquí. «He escrito muchos libros y pinturas, porque no salgo de casa ni voy a cafés o a restaurantes, porque me gusta pintar y cocinar», señaló este pescador de imágenes.