Fallece Víctor Andrés Catena, guionista e impulsor del teatro en Granada

Víctor Andrés Catena fue un vehículo cultural y literario que trajo las vanguardias europeas a Granada allá por los años 50, en plena represión franquista. Este adalid de la cultura ha fallecido recientemente en un hospital malagueño e injustamente lejos y olvidados quedan los recuerdos de una ciudad y un país que le vieron crecer allí donde mejor supo moverse, en el teatro.

Catena fue el fundador del Aula Cultural de la Universidad de Granada, la revista de poesía Caracol y diversos círculos literarios y tertulianos que, a mediados de los 50, sirvieron como pasarela para que Granada conociera a autores como Alberti, Neruda o León Felipe, movimientos como el Teatro del Absurdo y otras tendencias artísticas de Europa que chocaban con la intolerancia franquista.

Ya en los 60, Catena se trasladó a Madrid, donde fue el primer ayudante de José Luis Alonso, el reconocido dramaturgo que por aquel entonces dirigía el Teatro María Guerrero. Junto a esta compañía, el granadino viajó a Rusia para dar a conocer la escena española. Poco después de su vuelta, y ya consolidado como un hombre del y para el teatro, fue a Barcelona donde dirigió el Teatro Candilejas, para el que representó a los grandes comoLope de Vega, Benavente o Calvo Sotelo, y siempre buscando la oportunidad de introducir a las voces más vanguardistas y rompedoras. Allí montó la obra Don Juan o el amor a la geometría, de Max Frisch, y dirigió muchas otras.

Guionista de cine

Con la edad y la experiencia se fue pasando, poco a poco, al género de la comedia, y dirigió las mejores obras de Lina Morgan (Celeste no es un color o El último tranvía, entre otras). También escribió guiones de cine, como por ejemplo el de Por un puñado de dólares, la película más relevante del Spaghetti western.

Descubrió y debutaron con él en el teatro actores como Eusebio Poncela, Cayetana Guillén Cuervo o José Sancho, entre otros, y también trabajó con los más grandes (Rafaela Aparicio, Ana Mariscal...). Ya en los 90 bajó su acelerado ritmo de producción y desapareció del panorama teatral español.