JULIO ARRIETA
Jueves, 25 de junio 2009, 12:29
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Los primeros humanos modernos que vivieron en lo que ahora es el suroeste de Alemania tenían una tradición musical desarrollada ya en los inicios del Paleolítico Superior, entre 35.000 y 40.000 años. Así lo demuestra una flauta fabricada en hueso encontrada en el yacimiento de Hohle Fels, excavado por un equipo de la Universidad de Tubinga y cuyo hallazgo se publica en la revista científica 'Nature'. Según los investigadores, se trata del instrumento musical más antiguo encontrado hasta ahora.
Los orígenes de la música han sido muy discutidos por los prehistoriadores porque se trata de un arte que en muchos casos no deja restos físicos. No hay modo de documentar la aparición del canto y expresiones musicales como la percusión sobre estalactitas o huesos pueden no dejar evidencias reconocibles. Los instrumentos musicales más antiguos conocidos son silbatos y flautas realizadas en hueso.
La naturaleza de todos estos vestigios ha sido objeto de polémica científica. Así, se ha descubierto que algunos son de origen natural: los orificios que hacen que suenen cuando se sopla por un extremo son consecuencia de las mordeduras de carnívoros. En otros casos los agujeros son sin duda artificiales, pero se discute el uso de los artefactos. ¿Eran realmente instrumentos para hacer música o sólo se usaban como reclamos para atraer a las piezas de caza?
Según los investigadores Nicholas J. Conard, Maria Malina y Susanne C. Münzel, firmantes del artículo de 'Nature', hasta ahora «no existían pruebas convincentes de la existencia de instrumentos musicales anteriores a los 30.000 años», salvo quizá una de las flautas de Isturitz (País Vasco), cuya antigüedad exacta se desconoce porque «fue recuperada en una excavación pobremente documentada a principios del siglo XX». Para los tres expertos, el único instrumento comparable al publicado ahora es otra flauta de 19.000 años encontrada en Grubgraben, Austria.
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La flauta de Hohle Fels está fabricada con un hueso de buitre. Mide cerca de 21,8 centímetros y apareció rota en 12 fragmentos. Tiene cinco agujeros y, aunque todavía no se ha podido experimentar con una réplica, se supone que puede producir por lo menos siete notas diferentes.
Los trozos de la pieza aparecieron junto a los fragmentos de otras dos flautas de marfil hechas con defensas de mamut. Hohle Fels es un yacimiento muy rico y de hecho fue noticia recientemente por otro hallazgo notable: la Venus paleolítica más antigua conocida hasta ahora, también de marfil de mamut. El instrumento de viento y la estatuilla estaban a 70 centímetros uno de la otra y en el mismo nivel arqueológico.
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Hohle Fels no es el único yacimiento de la zona en el que se han encontrado flautas prehistóricas. Por eso los arqueólogos concluyen que todas estas pruebas «sugieren que los habitantes de estos lugares tocaban estos instrumentos musicales en diversos contextos culturales y sociales». Los tres expertos aventuran que la música pudo contribuir a consolidar grandes redes sociales formadas por diferentes grupos de cazadores recolectores.
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