J. E. POVEDA
Martes, 6 de mayo 2014, 16:20
Después del revuelo armado, el párroco de Canena, ya consciente del revuelo que se había formado con sus palabras, el párroco aseguraba que «jamás, nunca» ha hecho apología de la violencia de género ni ha justificado violencia de ningún tipo. «No es que apruebe que se pegue a la mujer y no apruebe que se la mate. Las dos son malas. Inaceptables. Pero yo insistí en que se han perdido valores morales, y que estamos inmersos en una cultura de la muerte, en la que se ha perdido la razón de por qué hay cosas que no se deben hacer», aseguró. El sacerdote concede una «importancia mínima» a la polémica porque «jamás he defendido ni voy a defender ningún tipo de violencia, y menos voy a justificar la violencia contra las mujeres». Tras la eucaristía, relata, una mujer entró a mostrarle su discrepancia con sus palabras y otra persona a felicitarlo.
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