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La escultura de Moreno Romera, en el centro del parque de Fuentenueva.
Fuentenueva, remanso de paz e intimidad rodeado por el tráfico

Fuentenueva, remanso de paz e intimidad rodeado por el tráfico

El parque está calzado entre importantes vías de circulación de la ciudad, pero su interior es tranquilo e invita a la reflexión y la vida contemplativa

Miguel Margineda

Jueves, 21 de agosto 2014, 01:09

Es uno de los lugares predilectos de los estudiantes del campus homónimo. El parque de Fuentenueva es en agosto uno de los lugares más tranquilos de la ciudad. En la mañana de un jueves no hay ni cinco personas, incluido el jardinero. Por la tarde hay más movimiento, pero no mucho más. Y eso a pesar de que flanquean el lugar la avenida de la Constitución, una de las más transitadas de la ciudad; la calle Severo Ochoa, que conduce el tráfico alrededor del centro urbano; y la estación de ferrocarriles de Renfe.

A diferencia de otros parques de la ciudad, este es muy 'casual'. Su diseño no está muy marcado, los caminos son de gravilla y los montículos de césped no están delimitados. Eso le da un toque muy natural, que choca con el paisaje urbano que lo rodea.

Antes de que se construyera el campus, ya en 1944 se proyectó por primera vez lo que iba a ser el gran parque de la ciudad. Pero fue a partir de 1977, con la edificación de las facultades, cuando se le dio la forma que hoy tiene. El diseño es responsabilidad del Ayuntamiento, que contó con la colaboración del desaparecido Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) y del departamento de Botánica de la Universidad de Granada. Dotaron al parque de especies vegatles como adelfas, yucas, chopos, ciruelos, pinos, cedros y árboles del amor. Esta última especie es llamada así por la forma de corazón de sus hojas. También se le llama árbol de Judas o algarrobo loco.

El recinto está vallado y las puertas se cierran por la noche. Hay cinco, pero normalmente solo hay tres abiertas, en las dos esquinas que dan a la avenida de la Constitución y la que se abre a Severo Ochoa. Por cierto, si alguna vez han pensado en colarse por la noche para un momento romántico sin molestias, que sepan que hay un guardia de seguridad. También está durante el día y a veces despierta a vagabundos que duermen en los bancos. No es un parque familiar, ya que no tiene columpios, sus montículos de césped están hechos para tumbarse y ver pasar las nubes.

Un entrentenimiento tan universatario no está exento, sin embargo, de cierta dosis de conocimiento. En cada pequeña colina hay bloques geológicos con placas de identificación con el orígen del mineral, sobre todo piedras calizas de diferentes lugares de la provincia.

Además, en un lugar central destaca la sinuosa figura de una escultura del granadino Miguel Moreno Romera. También hay una estación de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire y cuenta con contenedores para la recogida selectiva de envases y pilas.

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