Amanda Martínez
Domingo, 28 de septiembre 2014, 16:00
Publicidad
Recién estrenado el otoño, cuando septiembre pinta las manzanas de color verde, los granadinos suben al Cerro del Aceituno. Antaño eran tres los caminos para acompañar al Arcángel: por la Carrera del Darro y Cuesta del Chapiz; por el camino de San Diego, el utilizado para carruajes, y por la cuesta de San Gregorio, aunque este último era el preferido por los romeros, por transcurrir a la sombra de los cármenes y porque estaba salpicado de altares de ánimas, bandejas con frutas y flores y puestos con jarras de agua pura de Alfacar.
Seguir leyendo: La sencillez encantadora de la romería de San Miguel
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.