El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo ayer sábado en la convención autonómica que celebró el Partido Popular en Madrid que «no estamos para amateurismos en los momentos que vivimos». No lo tengo demasiado claro, porque quizá uno de los grandes problemas que perciben actualmente los ciudadanos sean los excesos de quienes se han tomado la actividad política como única profesión, cuando debería ser más bien una ocupación y, fundamentalmente, un servicio público. Desde luego, lo peor es que haya quien la ha utilizado en beneficio propio o de los suyos para enriquecerse o malgastar.
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