Juan Ramón Olmos
Lunes, 20 de abril 2015, 00:25
En la gris Manchester, prácticamente a medio camino entre los dos grandes estadios de los equipos de la ciudad -el City y el United-, se encuentra un edificio abandonado en el que aún se puede leer sobre los ladrillos los restos del antiguo cartel que señalaba 'Granada TV'. Esos eran los estudios en los que empezó a emitir una cadena británica a mediados de los 50, una emisora que se ganó el corazón de los ingleses durante medio siglo y que recibió el nombre de la capital de la Alhambra por el capricho de su creador.
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Ese hombre era Sidney Bernstein. Nacido en 1899, su padre había iniciado un próspero negocio en el mundo del entretenimiento. A los 23 años, cuando su progenitor falleció, Sidney se encontró con que su familia ya era dueña de ocho salas de teatro, de las que él fue convirtiendo algunas en cines. Viajaba regularmente a Estados Unidos, de donde tomaba ideas para el desarrollo de su industria del entretenimiento en el Reino Unido. Fue en uno de sus viajes a Nueva York de donde salió convencido de la idea de convertir algunas de sus salas en lo más parecido a algo que pudiera catalogarse con el concepto de 'palacio'.
Y así, tras adquirir unas propiedades en Dover, quiso que el nuevo cine que iba a construir transmitiese desde su propio nombre la 'calidad' que quería que fuese asociada a su establecimiento. Recordó entonces unas vacaciones que había pasado en España, en 1926, y el nombre de la ciudad cuyo nombre le sugería el 'esplendor exótico' que andaba buscando. Semanas antes de que el cine abriese, lanzó una campaña de publicidad con la que llenó de carteles la ciudad y un sencillo logo: 'Empiece a decir Granada'.
Ese fue el nombre con el que bautizó a su querido 'palacio', y de la misma forma, viendo el éxito que le había proporcionado, bautizó a su cadena de cines y a la emisora que construyó cuando se abrió la oportunidad de formar cadenas comerciales de televisión. Estableció los estudios de Granada TV en Manchester, desde donde formó una emisora que conseguiría varios hitos, como ser la primera televisión que puso a los Beatles ante la audiencia, en 1962. Granada TV desaparecería como tal en 2004, pasando a llamarse ITV Granada tras una fusión con otras cadenas.
Sidney Bernstein había muerto antes, en 1993, tras haber dejado la gestión de la televisión en los años 70 y ser nombrado barón por su relevancia en su país. Aquel 'amuleto' que fue el nombre de Granada le acompañó en la construcción de un conglomerado de empresas que llegó a acumular 31.000 empleados.
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