M. V. Cobo
Miércoles, 3 de febrero 2016, 01:22
Cerca de 23.000 productos de toda índole fueron retirados durante el pasado año de los estantes de distintos establecimientos comerciales de la capital por no ajustarse a la ley o por resultar nocivos para los usuarios. Este trabajo lo llevaron a cabo los inspectores del área de Consumo del Ayuntamiento de Granada a través de las campañas propias de inspección que suelen hacer periódicamente y gracias a la red de alertas europea que advierte de artículos que pueden resultar peligrosos. En este mismo servicio se atendieron también casi 18.000 consultas ciudadanas, lo que supone un 2,81% más.
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Los responsables del servicio, que presentaron ayer su balance de actuación junto a la concejala Telesfora Ruiz, quisieron dejar claro que los establecimientos comerciales de la capital son muy seguros pero alertaron sobre ciertos productos que se venden en grandes bazares y que no cuentan con los oportunos controles. Es el caso de los cosméticos que se comercializan ya en estos grandes establecimientos de bajo precio y de los que se retiraron 2.950 artículos durante el pasado año. Todos ellos se detectaron en tiendas con productos de origen asiático.
«Hay que extremar la precaución al comprar aquellos productos que son para un uso directo sobre la piel, porque puede haber riesgo de erupciones o daños; también con los de droguería, porque se ahorra muy poco y no hay certeza de qué producto se está adquiriendo», destacó la edil Telesfora Ruiz.
También se decomisaron 904 artículos de droguería en estas superficies, otras 2.187 unidades electrónicas que no cumplían los requisitos legales y 2.316 artículos dedicados a los niños y que no eran seguros. Además de los mencionados, se retiraron gran cantidad de productos de electricidad, pequeños electrodomésticos o ambientadores, hasta sumar 12.189 artículos retirados en virtud de los mensajes de alerta que difunde la Unión Europea a todos los países miembros cuando detectan algún producto potencialmente peligroso para el consumidor.
«Cuando se recibe una de estas alertas, a veces se ubican los productos en tiendas concretas y en otras ocasiones hay que buscarlos para conocer si se comercializan en Granada», destacó la concejala Telesfora Ruiz, de quien depende el servicio de Consumo.
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Siete cierres
Fruto de estas alertas, los trabajadores del área de Consumo realizaron 111 visitas a establecimientos para comprobar la seguridad de los productos, en las que decretaron el cierre de siete establecimientos. En seis casos carecían de la preceptiva licencia de actividad y en uno de ellos, además de no tener licencia, estaban vendiendo productos alimenticios frescos que no habían pasado ningún control «y en malas condiciones», según aseguró José Javier Montero, responsable del área de Consumo municipal.
Pero además de estas alertas europeas, los inspectores municipales llevan a cabo una labor preventiva con campañas de inspección propia. Durante el año pasado llevaron trece campañas concretas, dedicadas cada una a un sector. Se revisaron establecimientos de funerarias, disfraces, hoteles, puericultura, telefonía, souvenirs, tintorerías, rebajas de verano, alimentación y bazar, material escolar, productos navideños y se controlaron precios en grandes superficies y anomalías.
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De las 1.084 visitas de inspección decretaron 47 expedientes de disciplina, por lo que los responsables de Consumo destacaron que la gran mayoría de los comercios granadinos son seguros. Alertaron, una vez más, sobre aquellos productos de bajo precio que no están bien etiquetados o que pueden suponer un riesgo por no ajustarse a los requisitos legales.
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