Lugar donde tuvo lugar el accidente del turismo conducido por el herido, poco antes de llegar a Pinos Puente por la N-432.

Sufre un accidente y se percatan en la ambulancia de que tenía un balazo

La Guardia Civil investiga qué hay detrás de este suceso que mantiene entre la vida y la muerte al propietario de una tienda de Pinos Puente

JOSÉ R. VILLALBA

Martes, 16 de febrero 2016, 11:59

Un hombre de 47 años, vecino de Pinos Puente, ingresó la noche del domingo en el Hospital de Traumatología con un balazo en la cabeza, aunque los facultativos no se percataron de la herida de bala hasta que la víctima iba de camino al Hospital en la ambulancia. El herido se debate entre la vida y la muerte, y el pronóstico era de máxima gravedad, al cierre de esta edición.

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El servicio de emergencias del 112 recibió a las 23.10 horas del domingo una llamada de un particular alertando de un accidente de tráfico en la N-432 a la altura del kilómetro 413 en sentido Granada, apenas a cinco kilómetros del municipio de Pinos Puente. La Guardia Civil de Tráfico así como los servicios sanitarios se desplazaron a l lugar del siniestro donde se encontraron un turismo accidentado junto a un quitamiedos y al único ocupante con manchas de sangre apoyado sobre el 'airbag' que saltó en la zona del volante. La sangre impedía ver orificios de bala en el herido y nadie en aquel momento podía imaginarse que la víctima hubiera recibido el impacto de una bala. No era fácil.

Los responsables sanitarios del dispositivo de cuidados críticos y urgencias que lo trasladaron al hospital de Traumatología sí se dieron cuenta del orificio de bala, con entrada y salida desde la parte izquierda de la sien hacia el lado derecho de la frente. Aquello en principio quedó como un accidente de tráfico y poco más. Fueron los responsables sanitarios quienes avisaron de que había algo más.

La esposa del herido recibió el aviso de lo ocurrido sobre las dos de la madrugada del lunes y no veía a su marido desde las cinco de la tarde que se marchó de casa.

La víctima, ingresado en la UCI, regenta una tienda de electrodomésticos en la localidad pinera donde tenía como clientes asiduos, entre otros muchos, a clanes dedicados al cultivo de la marihuana que le compraban cámaras de vigilancia, focos halógenos o aparatos de aire acondicionado, utensilios necesarios para proteger las viviendas, así como para cultivar cannabis sativa. Muchos de estos clientes retrasaban sus pagos hasta que la plantación no comenzaba a dar sus frutos y le veían beneficios económicos a la inversión. Este extremo hace que en su contabilidad cada vez figuren más clientes morosos, aunque el herido no tuviera nada que ver con estos clanes. Él es un empresario honesto que se limitaba a vender sus productos y así lo venía haciendo desde hacía años.

En el turismo siniestrado apareció ayer la pistola y un buen número de cajas de pastillas de Tranquimazin. De momento, se barajan todas las hipótesis aunque la posibilidad de un homicidio va perdiendo fuerza conforme pasan las horas, aunque en un principio era la hipótesis más plausible teniendo en cuenta los extremos citados anteriormente. El herido no tenía permiso de armas, pero adquirir una pistola no es demasiado complicado en el mercado negro.

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Las pruebas acumuladas sobre la trayectoria de la bala y el informe toxicológico restan casi toda la credibilidad a los primeros rumores que barajaban la posibilidad de que las mafias de la marihuana lo hubieran podido aniquilar, después de sacarlo fuera de la carretera para posteriormente dispararle, aunque de momento no hay nada o casi nada descartado.

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