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Vista exterior del Observatorio de Cartuja.
¿Dónde está el legado del Observatorio de Cartuja?

¿Dónde está el legado del Observatorio de Cartuja?

Tras el desmantelamiento de la institución científica y las obras de reforma, la incógnita ahora es el destino que tendrá su patrimonio

CRISTINA GONZÁLEZ

Lunes, 22 de febrero 2016, 02:00

¿Dónde está el legado del Observatorio de Cartuja? La pregunta que encabeza este reportaje no puede ser más clara y concisa. La formulan en voz alta profesores de reconocido prestigio de la Universidad de Granada (UGR) que siguen atónitos ante el desmantelamiento de una de las instituciones científicas más importantes de España, referente durante más de un siglo por su labor de investigación en campos como la astronomía, la meteorología o la sismología. Pasan los días y su malestar, lejos de atenuarse, va en aumento.

Si el pasado viernes 29 de enero, en un escrito publicado en IDEAL y respaldado por 25 catedráticos, investigadores y arquitectos de renombre, se alertaba de la desaparición del tercer centro científico de estas características que abrió sus puertas en España, allá por 1902, y que es propiedad de la universidad granadina, ahora el interrogante es el paradero y el destino que tendrá del vasto patrimonio que albergaba: instrumental científico, biblioteca y documentación de gran valor que durante décadas fue parte indisoluble del Observatorio de Cartuja.

«Nos preocupa que el patrimonio se esté expoliando», confiesan José Miguel Reyes, profesor de Historia Económica y responsable del Grupo de Investigación de patrimonio Industrial de la UGR, y Miguel Giménez Yanguas, ingeniero industrial y profesor de Construcciones Arquitectónicas de la UGR, que dan la voz de alarma sobre la dispersión y el destino del legado del observatorio, «que además está inventariado por la propia universidad».

La UGR, a través de su gabinete de comunicación, asegura que el proyecto de reforma del observatorio es una «herencia» del rector equipo anterior, para acto seguido informar de que está «en proceso de estudio» el futuro de todo ese patrimonio científico. En concreto, se está sopesando si se vuelve a instalar en el edifico original o si se habilita algún lugar «especial» para ubicarlo y mostrarlo, «para ponerlo en valor». No hay nada concreto, ni precisan dónde descansa entre tanto. «Se han puesto todos los medios para que no sufran daño y estás guardados y almacenado de forma segura, agregan. Este periódico solicitó entrar tanto en el observatorio, para conocer su estado actual, como en el lugar donde se almacena el patrimonio. No obtuvo respuesta.

Un 'tsunami'

De puertas para adentro no queda nada, al menos en la planta baja, según han constatado los docentes de la UGR. En la segunda planta se mantienen erguidos los dos telescopios, uno de gran tamaño, que han sido testigos de todas las obras de remodelación del edificio «sin que ni siquiera los hayan protegido para evitar su deterioro». Tienen claro que se han salvado del 'tsunami' de la reforma «porque el acceso, por una escalera de caracol, es muy difícil». El resto ha sido ya desalojado.

Según el propio 'Inventario de instrumentos científicos y técnicos de la Universidad de Granada', publicado en 2007, el Observatorio de Cartuja, que últimamente albergó la sede del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos, «cuenta con una de las más interesantes colecciones de instrumentos científicos históricos de toda la universidad». En concreto, este inventario recoge 56 piezas, pero según los docentes no todas las que albergaba. Son aparatos e instrumentos empleados en investigación, «la mayor parte de ellos de principios del siglo XX». Objetos para medir la presión atmosférica (barómetros), la humedad del aire (higrómetros) o la velocidad de las nubes (nefoscopios).

Dos telescopios

«Las piezas de mayor interés histórico probablemente sean sus telescopios ecuatoriales 'Mailhat' y 'Grubb'», remarca el inventario. Recoge también el fotoheliógrafo 'Steward' con la cámara espectroscópica 'Adam Hilger' con la que se realizó «una fabulosa colección de observaciones de estadística solar desde 1906 que se conserva en las placas de vidrio originales».

En 2007, dos de los instrumentos del observatorio ya estaban expuestos en el Parque de las Ciencias: el círculo meridiano 'Mailhat' (telescopio para medir con precisión las coordenadas espaciales) y el teodolito 'Salmoiraghi' (que marca los ángulos). A ello hay que sumar instrumental científico como sismógrafos, termómetros, barómetros, relojes. y un siglo de registros meteorológicos, en los que día a día se dejó constancia manuscrita del clima en Granada, amén de una biblioteca científica con miles de referencias.

«Estamos muy preocupados por la integridad de este legado científico, de alto valor histórico y técnico, que ha sido despreciado a pesar de los reiterados llamamientos para su salvaguarda», afirman. De primera mano, han podido saber que algunos objetos, una mínima parte, se encuentran en un depósito de la Biblioteca Politécnica. «Los vimos junto a documentos en cajas y por el suelo», se lamentan, «pero es sólo un porcentaje muy pequeño. ¿El resto dónde está? Lo desconocemos. Sólo hemos visto una parte pequeña, maltrecha, en el Politécnico».

Estos instrumentos, junto a revistas científicas de valor histórico fueron recogidos del observatorio -según relatan Reyes y Giménez Yanguas- por personal de la universidad «con gran sensibilidad por el patrimonio», que los encontró «cuando recogía precisamente las revistas». «Iban directos a los escombros», aseguran. Finalmente cambió su suerte y están en esas dependencias, preservados.

La propia universidad granadina, en una circular informativa de fecha 18 de enero a la que ha tenido acceso este periódico, recordaba a toda la comunidad universitaria que, en caso de bienes muebles con valor cultural e histórico incluidos en el inventario de patrimonio de la UGR, como es el caso, «no se desechen o almacenen indebidamente» y se rogaba «prudencia y responsabilidad (.) en el tratamiento».

Igualmente, advertía de que «cuando se pretenda mover, trasladar, reutilizar o dar de baja alguno de estos elementos se deberá comunicar con antelación al Servicio de Contratación y Gestión Patrimonial, que emitirá el informe pertinente, previo asesoramiento técnico del Secretariado de Bienes Culturales y del Secretariado de Conservación y Restauración».

«Es patrimonio universal»

«No cumplen ni su propia normativa», según subrayan los docentes, y recuerdan «la historia de destrucción» que tiene a sus espaldas la universidad granadina. Sin ir más lejos, el caso de la rotativa del diario Patria, que acabó en la chatarra siendo de titularidad del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología y destapó la falta de celo de la institución académica. «No es sólo patrimonio de la universidad, sino de la ciudad de Granada e incluso patrimonio universal». La propia Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía del 2007 protege este legado por su antigüedad y valores científicos y técnicos.

La universidad es tajante. «Estamos intentando minimizar cualquier posible daño tanto en el edificio como en los objetos. Se ha hecho todo lo posible por mantener ese valor patrimonial», aseguran desde la UGR. Sostienen que su compromiso «por la conservación y puesta en valor del patrimonio de todo tipo histórico, artístico y científico es claro».

Para ambos profesores lo que está pasando con el Observatorio de Cartuja es «fruto de la incultura de la sociedad en la que estamos». Recuerdan que en 2007 la universidad decidió transformar este espacio en un museo, para lo que se llegó a encargar un proyecto que, finalmente, quedó guardado en un cajón. Fue el año pasado cuando la universidad decidió remodelar este edificio histórico pero con otro destino, creen que para despachos del Departamento de Musicología.

En el cartel de la obra, lo único que se puede leer es: 'Obras de mejora, rehabilitación y adaptación', con un plazo de ejecución de tres meses y un presupuesto de 278.929 euros financiado con fondos FEDER, de la Junta de Andalucía y de la propia universidad. Recuerdan con memoria casi fotográfica cómo estaba distribuido el espacio. «En las obras han arrasado con todo: con las puertas, ventanas, vitrinas y demás mobiliario. ¡Han hecho simples despachos, con los edificios que tiene la universidad! ¿Qué necesidad había?», cuentan con tristeza y consternación.

En 1902 los jesuitas, con una donación de la familia Osborne, fueron los artífices de abrir las puertas de aquel flamante y pionero observatorio por el que han pasado científicos de renombre a lo largo de más de un siglo. «No sólo es el instrumental, la biblioteca, la producción científica, con atlas de astronomía, boletines editados por el propio observatorio, documentación gráfica. Con las obras se ha destruido toda la estética y la atmósfera de principios del siglo pasado. Tenía que haber permanecido todo su propio ambiente», abundan.

Y miran, los dos, hacia el futuro más inmediato: «Que se localice todo el instrumental, se restaure lo que haga falta y se haga el museo proyectado. Se trata de una institución de mucho prestigio internacional. La universidad no puede destruir su patrimonio», valoran los docentes de la UGR. Ahora esperan que, aún con una parte del daño hecho, impere la sensatez y se pongan en valor los 'tesoros' de Cartuja.

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