José Antonio, al que le falta una pierna, con su 'riñón' mecánico detrás y junto a su mujer, que es su 'enfermera' .

Un riñón portátil de 25 kilos

El granadino José Antonio Garrido es uno de los 50 españoles que se hace hemodiálisis en casa

Ángeles Peñalver

Lunes, 28 de marzo 2016, 00:28

José Antonio Garrido tiene 47 años y el corazón le funciona al 18%. Los riñones, nada. Por eso, hace dos años y medio empezó a hacerse hemodiálisis -filtrar la sangre en una máquina que funciona como un riñón- en las instalaciones del hospital Clínico de Granada. Acudía tres o cuatro veces en semana al centro sanitario, de ocho de la tarde hasta la media noche. Era una especie de condena y de alivio a la vez enchufarse a ese aparato que le depuraba la sangre. Escogió aquel horario para poder compatibilizarlo con el trabajo de su mujer, que siempre lo acompañaba al hospital porque a él le falta una pierna y no puede conducir. Así más de año y medio. «Mi vida y la de mi mujer dependían de la hemodiálisis y yo no soy candidato a un trasplante de riñón por mis problemas de corazón. O sea, iba a tener que estar así toda la vida», narra el paciente.

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Un buen día, un amigo catalán de José Antonio vino a Andalucía «y trajo la máquina». El artefacto que menciona el protagonista es el primer dispositivo de hemodiálisis transportable en España que permite a los enfermos renales crónicos dializarse en sus casas de forma sencilla y poder desplazarse con libertad donde quieran. Donde quieran. El aparato se llama NxStage System ONE, pesa 25 kilos y más que una depuradora de la sangre tiene la función de unas 'alas'. Con esas 'alas' que le ha dado el nuevo artilugio, José Antonio ha volado en los últimos meses a Palma de Mallorca y en breve lo hará a Tenerife. Ese riñón automático de 25 kilos -el SAS lo gestiona y proporciona a pacientes muy concretos- es su libertad.

«Se la pedí a mis médicos del hospital Clínico y ellos, como siempre, se portaron muy bien, aunque no conocían el dispositivo. Me derivaron a la doctora María José Espigares, del Virgen de las Nieves de Granada, la encargada de la hemodiálisis y diálisis domiciliaria. Ella movió todo para que mi petición fuera realidad», narra -agradecido al SAS- José Antonio Garrido, quien ahora pasa la época más fría del año en Málaga, a la caza de una climatología menos agresiva para su salud.

«Él es el primer paciente granadino en beneficiarse de este sistema de hemodiálisis domiciliaria portátil. Pertenece a un grupo de unos cincuenta enfermos renales crónicos en toda España que están siendo tratados con ese dispositivo. Para usarlo, alguien de la familia tiene que hacer un curso de formación y debe haber un gran compromiso con la salud. Son casos escogidos, porque el usuario tiene que conectar en cada sesión el dispositivo a dos catéteres, uno de una rama venosa y otra arterial», apostilla la especialista, quien recalca que las analíticas de José Antonio han mejorado con la NxStage System ONE.

Nadie sabe -o quiere decir- cuánto cuesta ese maletín que permite realizar el tratamiento en cualquier lugar. «Ahora me dializo seis días a la semana, durante dos horas y media. En casa o en un hotel. Y me siento mejor, claro. Noto que acumulo menos tóxicos en mi cuerpo. Cada sesión dura dos horas y media. Intento hacer una vida más normal dentro de lo posible. Especialmente ha mejorado mi estado de ánimo. Aunque dependo de mi mujer, que es como mi enfermera, nuestra vida es más independiente y no estamos atados al hospital», celebra este hombre, diabético desde la adolescencia.

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Pese a sus problemas de salud, José Antonio estuvo trabajando hasta 2010 como jefe de ventas de una empresa. «Me pasaba el día en carretera», cuenta este padre de «un hijo mayor». Pero tuvo que echar el freno cuando sus riñones dejaron de realizar paulatinamente sus funciones y se volvieron incapaces de eliminar los deshechos de su cuerpo a través de la orina. Afortunadamente, en mayo de 2014 le llegó el dispositivo mágico, que le permitió aumentar la frecuencia del tratamiento, lo que disminuye su tiempo de recuperación, conlleva menores restricciones dietéticas y reduce la ingesta de fármacos.

Hay un lado más delicado, que es que en casa el paciente y su mujer deben estar preparados para afrontar cualquier tipo de alarma relacionada con el funcionamiento del equipo y resolverlo de manera autónoma. Cuentan con un manual de uso y una aplicación móvil para consultar cualquier duda, además de asistencia telefónica las 24 horas. A veces tienen un poco de vértigo, pero la libertad tiene un precio.

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