Después de trece años, el mandato de Torres Hurtado ha acabado de la peor manera posible para el Partido Popular. El agotamiento, equivocaciones de bulto en la gestión municipal, falta de cohesión e iniciativas en el equipo de gobierno, con unas formas de trabajar opacas y avasalladoras, no fueron suficientes para que se produjera un cambio de rumbo en la plaza del Carmen hace tiempo. Ha tenido que ser una investigación judicializada sobre corrupción urbanística, incluida la detención del alcalde y su concejala de Urbanismo, la que desalojara a Torres Hurtado por la puerta de atrás y obligara a su partido a abandonar el poder tras no saber administrar su victoria en las urnas.
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