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M. V. Cobo
Domingo, 30 de octubre 2016, 01:57
Tras cinco horas de pleno ordinario, con pocas sorpresas, el último punto del orden del día reservaba la parte más 'caliente' de la sesión de octubre del Ayuntamiento de Granada. Pasadas las tres de la tarde, Paco Cuenca tomaba la palabra para comparecer ante los otros 26 corporativos, como le habían solicitado desde Izquierda Unida. El primer edil repartió a los grupos municipales una carpeta con documentos y ofreció algunos detalles sobre el motivo por el que le investiga un juzgado de Sevilla, que le ha llamado a declarar por los delitos de usurpación de funciones, prevaricación y malversación.
Destacó que no hay «un solo motivo para hablar de corrupción, nadie ha metido la mano». Pero durante las dos horas siguientes, en un turno de réplicas que él mismo propuso, Cuenca tuvo que someterse al severo juicio del pleno. Hubo acusaciones, decenas de preguntas y también muchas menciones al pasado. El PP le pidió que dimitiera y 'Vamos, Granada' instó al alcalde que delegara sus funciones hasta que declare ante el juez. Ciudadanos quiso ser cauto y aseguró que esperaran acontecimientos, y desde IU fueron más incisivos, pero tampoco reclamaron la dimisión. Aunque Cuenca sigue de alcalde, el de ayer fue un ejercicio de 'todos contra el alcalde', aunque no se apreció en el resto de grupos ningún tipo de unidad que pudiera hacer temer una moción de censura.
Casi ocho horas
El pleno del viernes fue atípico por su duración -cerca de ocho horas- y por la fórmula que Cuenca estableció para su rendición de cuentas sobre la investigación en la que está citado a declarar ante un juzgado de Sevilla. El primer edil estableció dos turnos de palabra para cada grupo municipal, como si del debate de un expediente se tratara, lo que le 'obligó' a escuchar decenas de preguntas y acusaciones.
El regidor arrancó señalando que esta es la cuarta vez que se enfrenta a una situación así «desde que soy candidato al gobierno de la ciudad». Se refería a distintos procesos judiciales que, en su opinión, coincidieron con los procesos electorales. Como el caso 'Morelábor', de 2011, cuando se le investigó por un presunto cohecho, causa que se archivó; en 2015 Cuenca resultó imputado -junto a los otros siete ediles del PSOE- por presunta denuncia falsa contra Torres Hurtado, causa que también fue archivada. Y «durante tres años» Cuenca afirma que sintió una «persecución hacia mi familia», con la investigación a su mujer en el caso Mercamed, de la que también salió libre de sospecha, y que le costó una reprobación. Quiso arrancar Cuenca con este relato de «procesos que llegan cuando llegan» y que se usan para «usos de parte o partidistas; no todo vale». El primer edil continuó dando «los pocos detalles que conozco del caso». Como ya hiciera el martes, Cuenca señaló que se investigan dos contratos a dos consultoras a las que se contrató desde la delegación de Innovación que dirigía, siguiendo una instrucción que regulaba el proceso, con los avales de Intervención.
«Uno de los trabajadores en Almería de la consultora firma donde pone inspección», resumió el primer edil, en relación al documento que dio origen a la denuncia del Sindicato Andaluz de Funcionarios que ha motivado la investigación judicial. Cuenca señaló que se dio orden para contratar a esas consultoras porque estaban especializadas y que se hizo con contratos menores porque así se ordenó desde Sevilla. El primer edil volvió a enmarcar el asunto en una cuestión administrativa. «Nada hay que esconder. Entiendo que, después de lo sufrido por esta ciudad, haya alarma. No quiero que se ponga en riesgo la tranquilidad de esta ciudad».
En los turnos de palabra arrancó Izquierda Unida señalando que no iba a ejercer de juez, pero que sí se tenía que dirimir «si la figura del alcalde está habilitada para gobernar por estar incurso en una investigación». Puentedura insistió en que «exigimos garantías porque venimos de una situación muy complicada, la pérdida de confianza se ha dado hacia la gestión de muchos años», apuntó, en alusión a la Operación Nazarí. El edil de IU aseveró que «este grupo tiene dudas y muy serias».
Delegar funciones
El grupo de 'Vamos, Granada' fue de los más duros hacia Cuenca, porque lanzó preguntas sobre el caso investigado en Sevilla, pero también criticó abiertamente la gestión como alcalde en estos seis meses. «Los cargos son graves y a mí no me debe bastar con su palabra», señaló la portavoz, Marta Gutiérrez Blasco. La edil señaló que «en estos meses de gestión tenemos dudas y graves sobre su gestión». La concejala volvió a reclamar la documentación de la causa, «a la que debe tener usted acceso al estar investigado» y le lanzó además toda una lista de preguntas, que pasó por escrito al alcalde. Entre ellas, le preguntaban si tenía «algún interés directo o indirecto con las empresas adjudicatarias de los cursos de formación o con las empresas encargadas de la supervisión», además de preguntas por asuntos de su gestión como alcalde.
El portavoz de Ciudadanos, Luis Salvador, apuntó que «los grupos también nos examinamos ante este tema». Reiteró la postura de su partido, anunciada ya esta semana. «No hemos querido precipitarnos, porque venimos de un cambio drástico. Queremos separar la gobernabilidad de este proceso», descartó una moción de censura y se mostró partidario de esperar a las explicaciones que vaya dando el alcalde y a como se desarrolle la investigación judicial.
El Partido Popular abundó también en su tesis de estos días, de vincular la investigación en la que está Cuenca, con la investigación de los cursos de formación, que se lleva en el mismo juzgado, aunque ésta parte de una denuncia diferente. La portavoz, Rocío Díaz, desveló que una de las empresas que inspeccionó los cursos recibió contratos menores en las ocho provincias. «Eso es fraccionamiento de contratos», espetó, para calificar el asunto como el «mayor escándalo del país». La portavoz de los populares volvió a pedirle a Cuenca que «se aplique su misma vara de medir y presente su dimisión».
Como si del debate de un expediente se tratara, tomó la palabra el portavoz del equipo de gobierno, Baldomero Oliver, y Cuenca llegó a realizar tres intervenciones.
Oliver ahondó en la idea de la persecución política, «es un acoso y derribo al señor Cuenca y, de paso, al resto del grupo municipal». El portavoz lamentó que esto se produzca «cuando estamos intentando arrojar un poco de luz en este Ayuntamiento».
Cuenca remató el debate, en el que escuchó acusaciones y preguntas duras, asegurando que su comparecencia en el pleno ya era indicativa de que estaban cambiando las cosas en el Ayuntamiento. Se comprometió a seguir facilitando información tan pronto la fuera recibiendo. «Asumí, junto a mi equipo, una responsabilidad en un momento de descrédito y desconfianza», aseguró Cuenca.
«Si estoy aquí, y he escuchado barbaridades, es porque estoy convencido de que soy útil a mi ciudad», aseguró el primer edil, quien asumió que en estos primeros meses de gestión han podido «cometer errores». Pidió lealtad al resto de grupos municipales y se comprometió a seguir rindiendo cuentas con periodicidad semanal si fuera necesario. A 'Vamos, Granada' le contestó que la respuesta a las tres páginas con preguntas que le habían hecho se la daría con la transcripción de su declaración ante el juez. Y pidió que se tuviera en cuenta el derecho a la presunción de inocencia.
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