M. V. Cobo
Sábado, 24 de diciembre 2016, 01:26
Hace un año, la discoteca del Serrallo salió a subasta tras declararse en quiebra el anterior propietario. Se la adjudicó Abel Pizarro por un importe de 415.000 euros. El actual dueño, que asegura que no recibió ninguna advertencia durante la subasta, se ha personado ahora en el caso Serrallo como perjudicado para reclamar una indemnización por la suspensión de actividad que ha solicitado la jueza que lleva el caso. Pizarro explica que ni los responsables judiciales ni los municipales le advirtieron de que podría paralizarse la actividad del establecimiento que estaba adquiriendo, por lo que estudian ya la reclamación «por daños y perjuicios y por lucro cesante» que le supondrá esta paralización de la actividad que ha solicitado el juzgado de Instrucción 2 de la capital. «Se han cancelado todas las reservas de Navidad y la fiesta de Nochevieja está prácticamente cancelada», apunta Pizarro, quien asegura que desde que se desveló el auto de la jueza, está tasando con un perito las pérdidas.
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